Fenómenos naturales irrepetibles que nos dejaron sin aliento

Curiosidades
hace 10 meses

La naturaleza no deja de sorprendernos y no sólo con cosas usuales como cascadas o montañas gigantes. Hay algunos fenómenos que nos pueden helar la sangre y causar admiración al mismo tiempo.

Estás dentro de un avión dormitando junto a una ventanilla; está oscureciendo, porque son casi las 11 de la noche. De repente, te despiertas. Miras hacia afuera y ves algo realmente extraño, que te pone los pelos de punta... A lo lejos, hay enormes destellos rojos que iluminan el cielo. Parecen medusas de pesadilla, pero son sprites, también llamados espectros rojos, debido a su color. Estas variadas formas que parpadean en el cielo nocturno son descargas eléctricas de gran escala (un término muy ingenioso para referirse a un relámpago). Se producen muy por encima de las nubes de tormenta -a altitudes de entre 50 y 90 km-, por eso se ven tan bien desde la ventanilla del avión. Lo más llamativo de los espectros rojos es que son rayos cargados positivamente. Se trata de un tipo de relámpago muy poco frecuente, que solo representa el 5 % de todos los rayos. Este fenómeno se observó por primera vez en 1886, pero recién se logró fotografiar en 1989.

En 2018, las legendarias cataratas del Niágara, situadas en la frontera que separa el estado de Nueva York y el de Ontario (Canadá), sorprendieron a todo el mundo. Los turistas que acudieron a admirar las rugientes aguas encontraron las cataratas ¡congeladas! Bueno, no estaban congeladas realmente, ya que eso es imposible para una cantidad tan grande de agua en movimiento. Pero las microscópicas gotas y la niebla formaban una costra de hielo sobre la superficie. Y así, parecía que las cataratas estaban congeladas, pero en realidad, el agua fluía bajo el hielo. Imagina unos estanques llenos de agua helada y cubiertos de hielo. Fácil, ¿no? Y ahora imagina docenas de hocicos de caimán que asoman por los estanques, quietos y congelados. Eso es lo que habrías visto si hubieras visitado los pantanos de Carolina del Norte a principios de 2018. A pesar de esta terrorífica imagen, ¡los animales estaban muy vivos! Se trata de una adaptación que tienen estos grandes reptiles para sobrevivir a un clima muy frío. Como sus fosas nasales estaban por encima del agua, los animales podían respirar. Mientras tanto, su cuerpo estaba en un estado similar a la hibernación y así conservaban la energía y se mantenían vivos.

En el invierno de 2018, en el desierto del Sahara, uno de los lugares más secos y calurosos del planeta, la gente se despertó con una gruesa capa de nieve que cubría la arena; el espesor de la capa era de unos asombrosos 40 centímetros. Los meteorólogos tenían una explicación para este emocionante fenómeno: las frías masas de aire, combinadas con las precipitaciones de la tormenta más reciente, dieron lugar a una nevada en lugar de lluvia. Esto ocurrió en junio de 2009. Los habitantes de algunas zonas de Japón salieron de sus casas tras un fuerte aguacero... y encontraron que había peces, ranas y renacuajos por todas partes. Los campos, las carreteras, el césped y los tejados de las casas estaban plagados de estas criaturas. Un hombre incluso encontró 13 carpas en su camión. Nadie sabe a ciencia cierta cómo se produjo esta extraña lluvia, aunque la teoría más conocida es que una poderosa tromba de agua recogió a los animales, los transportó a través de la atmósfera superior y, finalmente, los dejó caer sobre la gente desprevenida.

En Australia, a veces llueven arañas. Y es que estas criaturas pueden “volar en globo”. Es una forma muy peculiar de viajar. Una araña trepa hasta la copa de un árbol o un arbusto alto. Y luego teje varias hebras de seda que la ayudan a dejarse llevar por el viento. No es fácil detectar a estas arañas “en globo”. Pero a veces, cuando el tiempo está húmedo y desagradable, se producen “globos masivos”. Millones de arañas emprenden un viaje en busca de otro lugar mejor. Tal vez parezca que afuera está nevando. Pero no, son las arañas que están aterrizando. Las tormentas eléctricas más largas del mundo se producen en Venezuela, y pueden durar ¡9 horas al día! El corazón de la tormenta se forma sobre el lago Maracaibo, y las nubes son mucho más altas que las de una tormenta normal. Este fenómeno natural, conocido como relámpago del Catatumbo o, popularmente, como linternas de San Antonio o faroles de Maracaibo, se presenta entre 140 y 160 noches al año y puede producir hasta 28 rayos por minuto.

Seguro que has oído decir que un rayo no puede caer dos veces en el mismo sitio. Pues bien, el relámpago del Catatumbo parece no conocer esta regla. Al menos, no impide que las nubes de tormenta se reúnan en el mismo lugar, año tras año. Los tornados volcánicos son posiblemente uno de los fenómenos naturales más aterradores. Cuando un volcán entra en erupción, lanza a la atmósfera rocas y cenizas al rojo vivo. Los trozos de lava sólida y los gases calientes bajan por la ladera del volcán. Cuando este flujo desciende, algunos de los gases atrapados comienzan a subir y a girar al mismo tiempo. El aire que los rodea los aprieta y los hace dar vueltas cada vez más de prisa. Así nace un tornado volcánico. Por suerte, este fenómeno tiene una vida muy corta.

Aunque la isla de Terranova, situada en Canadá, no puede considerarse el lugar más cálido del planeta, tampoco hace tanto frío allí. ¡Pero imagínate tener que palear nieve delante de tu casa justo unos días antes de tus vacaciones de verano! Pues eso es exactamente lo que ocurrió en la isla en junio de 2018. Una tormenta fría que llegó desde la costa de Terranova cubrió varias regiones de las islas con una capa de nieve de 5 centímetros. Por si fuera poco, la temperatura también batió todos los récords. Durante el verano de Terranova, suele haber unos 20 grados centígrados de promedio y la temperatura puede llegar a los 32 grados en un día muy caluroso. ¡Pero aquel junio infame fue impresionante: solo hacía 3 grados por la mañana! Brrr...

Las nubes Morning Glory, o “nubes enredaderas”, son extremadamente raras. Parecen enormes tubos que se extienden por el cielo. Pueden serpentear a lo largo de casi 1000 km, y siempre están relativamente bajas. La mayoría de los investigadores coinciden en que estas nubes aparecen cuando una corriente ascendente las atraviesa, y entonces adquieren su característico aspecto ondulante. El aire frío de la parte posterior de la nube la hace descender. El mejor lugar (pero no el único) para ver las nubes Morning Glory es el golfo de Carpentaria, en Australia. Si decides viajar allí para ver estas maravillas, debería ser entre finales de septiembre y principios de noviembre. El 19 de marzo de 2018, los habitantes de Alabama vieron caer del cielo enormes trozos de hielo. Fue la infame granizada de Alabama, que causó daños por un valor de varios millones de dólares. Tras la granizada, el lugar presentaba un aspecto ruinoso: escaparates y vallas publicitarias rotas, parabrisas de coches destrozados y agujeros en los tejados.

Pero lo que entusiasmó a los investigadores fue una piedra de granizo encontrada cerca de la ciudad de Cullman, Alabama. Este monstruo del tamaño de una pelota de softball medía más de 13 cm de diámetro, por lo que estableció un nuevo récord estatal. En 2012, el cielo de Dorset, Inglaterra, se volvió primero amenazadoramente oscuro y luego, amarillo. Después, empezaron a caer al suelo unas bolas azules gelatinosas. Una persona que se dirigía a su garaje vio algo muy brillante, como rocas de granizo blanquecinas. Cuando los investigadores examinaron esta “lluvia gelatinosa”, descubrieron que las bolas estaban hechas de la sustancia que rellena los pañales o de tierra para macetas, y ambos materiales se utilizan para absorber líquidos. Aún no está claro si las bolas cayeron del cielo. O tal vez el hielo derretido hizo que unos pocos cristales ya existentes se expandieran en un abrir y cerrar de ojos. En marzo de 2018, en el norte de Nevada apareció la nube más extraña jamás vista: tenía forma de herradura. Era tan extraordinaria que hasta daba un poco de miedo. Pero los meteorólogos saben que este fenómeno se produce cuando una nube plana viaja sobre una columna de aire cálido ascendente. Es el aire el que le da esa forma insólita cuando hace rotar el movimiento de la nube. Estas nubes son muy fugaces y suelen durar solo unos minutos.

Las donas de nieve cilíndricas se producen cuando una ráfaga de viento decide jugar a las bolas y empieza a hacer rodar la nieve por una zona nevada. Si fuera una bola completamente compacta, acabaría pesando demasiado como para que el viento pudiera moverla. Pero el centro de una dona de nieve se ahueca, porque su capa interior es demasiado fina y se la lleva el viento cuando se completa la forma. Por lo tanto, la dona es más ligera que una bola de nieve normal, y por eso también rueda más lejos. Por desgracia, no es tan fácil encontrar estas donas. Son raras porque aparecen en condiciones muy precisas.

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