20+ Personas que tienen claro que juzgar a alguien por su ropa es como apuntar con el dedo al cielo

¿Recuerdas haber intercambiado información con un disquete, o pasar horas jugando Snake en el celular? Si naciste en los 90, te invitamos a retroceder en el tiempo y a revivir aquella época en la que no existía la resolución HD y se ponía a prueba la paciencia para descargar una canción o poder rentar una película. Con la nostalgia inundando el ambiente, es hora de sumergirse en el pasado para traer de vuelta los recuerdos de la infancia y adolescencia de aquella década.
Este cuadradito de plástico guardaba todos nuestros secretos digitales, ya que era uno de los medios de almacenamiento más utilizados para guardar y transferir datos entre las computadoras de la época. Su bajo costo y durabilidad eran sus mejores cualidades, aunque con el auge de Internet y la llegada del almacenamiento en la nube, fueron quedando en el pasado.
Esta conexión es algo impensado en esta época, donde ya no se necesitan cables para conectarse a Internet. El trámite comenzaba conectando un cable a la línea telefónica para luego oír el glorioso chirrido de la conexión. Luego, se podía navegar a través de Netscape y acceder a sitios web de carga lenta y música que tardaba horas o días en descargar. Más adelante, comenzó la comunicación en salas de chat que permitían conocer a gente de todo el mundo, aunque esta conexión podía interrumpirse si a tu mamá se le ocurría levantar el teléfono. ¡Qué recuerdos!
¿Fuiste de los que crearon obras de arte en Paint y usó la Enciclopedia Encarta para sus tareas escolares? Entonces, fuiste uno de los usuarios de estas versiones de Windows que permitían pasar horas jugando Solitario y Buscaminas, o redactar los trabajos en Word con la ayuda de “Clipo” (también conocido como “Clippy”), el asistente de Office que podríamos llamar “un antepasado de la IA”.
Se puede decir que los reyes de la música portátil de aquella década fueron el Walkman y el Discman, los que fueron un gran avance en la forma en que se escuchaba música. Ambos permitían salir por ahí con una banda sonora propia, antes de que llegaran a nuestras vidas, plataformas como Spotify o Apple Music. Con estos dispositivos se podía escuchar casetes originales o grabados desde la radio, o una compilación de tus álbumes favoritos en MP3. Aunque si querías reproducir música durante horas, era recomendable llevar siempre un par de pilas de respaldo.
Si alguno de estos juguetes te suena conocido, es porque tu infancia tuvo lugar en esta década. Algunos de ellos, como los tazos y las canicas, hacían que cualquier recreo se sintiera como de 5 minutos, mientras que otros, como los soldaditos y los trolls, te hacían usar la imaginación al máximo. También estaban los resortes de plástico multicolores y el juego de la pesca milagrosa, que ponía a prueba la paciencia para tratar de coger uno de esos pequeños pescaditos con imán.
Cómo olvidar la llegada de los famosos “ladrillos” que reemplazaron a los teléfonos fijos y las cabinas telefónicas. Y es que estos aparatos no solo permitían comunicarse, sino que traían consigo uno de los juegos emblemáticos de celular: el “Snake”. Se podía jugar durante horas tratando de batir el récord anterior mirando esa pequeña pantalla con luz verde, a no ser que te interrumpiera el tono monofónico de una llamada entrante.
Al leer sobre los videoclubes se viene a la memoria el olor de aquellos lugares que albergaban a los indecisos durante horas antes de rentar su película favorita. Si la idea era una tarde de películas, podías leer el avance de cada historia en la caja del VHS sin riesgo de espóiler. También era una buena idea rentar un videojuego para PlayStation 1 o Super Nintendo, todo lo cual se puede hacer en la actualidad con un solo clic o un toque en la pantalla.
Si fuiste de los que soplaba los cartuchos de videojuegos, probablemente eras el flamante dueño de un Super Nintendo, Nintendo 64 o Sega Genesis. La diversión estaba asegurada por horas jugando solo o con amigos, con algunos de los cuales podías intercambiar videojuegos. Y si se trataba de llevar esa diversión a cualquier parte, existía la versión portátil: el Game Boy. Es tal la nostalgia que producen estos videojuegos, que existen emuladores para PC que permiten recrear esa sensación de estar jugando Mario Kart o Snow Bros como si fueras un niño.
La famosa mascota virtual llamada Tamagotchi, oriunda de Japón, llegó a mediados de los 90 para masificarse entre los niños y adolescentes de la época. Era como una mascota real, ya que había que entregarle amor, jugar con ella y darle de comer, e incluso limpiar sus “desechos”. Más tarde, evolucionó a modelos que podían conectarse entre sí mediante infrarrojo y luego por Wi-Fi. Fue como una primera versión del reconocido juego “Pou”, que hoy se puede descargar en dispositivos iOS y Android.
Si tenías uno de estos relojes, te podías sentir como un verdadero James Bond. Todo empezó con el reloj Casio modelo F-91W, el cual contaba con cronómetro, alarma, iluminación y resistencia al agua. Más adelante, la marca presentó un nuevo modelo que además incorporaba calculadora, todo un lujo en aquel entonces. Estos modelos se siguen comercializando hasta el día de hoy, y su éxito se debe en parte a la nostalgia que evoca en quienes tuvieron uno hace un par de décadas.
Así termina nuestro viaje al pasado, con una revisión de los objetos que ahora podrían ser una reliquia, pero que definieron a quienes crecieron en la década de los 90. ¿Te sientes identificado dentro de esa generación, o eres de los nacidos después del 2000 que crecieron con una mejor conectividad y resolución en sus pantallas?