10+ Fallos que los padres cometen sin saber que afectan el futuro financiero de sus hijos

Crianza
hace 1 día

Una característica común de los padres es que busquen formas de asegurar que sus hijos tendrán un futuro próspero y una vida feliz. Para lograrlo siguen consejos de crianza que creen adecuados para sus pequeños. Sin embargo, los tiempos cambian y lo que antes se creía que era lo mejor para los niños, ahora ya es cuestionado. A veces, estas acciones bien intencionadas de los padres pueden, de hecho, crear desafíos para el futuro de sus hijos.

1. Pagarle a un niño por obtener buenas calificaciones

Este tema sigue siendo objeto de debate, pero consideremos esta perspectiva: imagina que eres un contratista que paga continuamente más por un producto o servicio, con el niño como proveedor que lo ofrece a cambio de dinero o recompensas. No parece una buena idea, ¿verdad?

  • Los papás de Héctor decidieron motivar a su hijo a ser un mejor alumno, pagándole por cada calificación satisfactoria. Al inicio las cosas iban muy bien, su hijo tenía las mejores calificaciones de toda su clase, pero con el tiempo notaron que volvían a bajar. Cuando hablaron con Héctor, el niño les dijo que necesitaría más dinero para poder volver a tener buenas notas, pues la cantidad que le daban ya no era suficiente. Así fue sus padres se dieron cuenta de lo que estaba pasando en verdad: su hijo era capaz de tener un buen desempeño escolar, pero como estaba acostumbrado a recibir premios por todo lo que hacía, creía que si no le daban lo que quería, no tenía por qué esforzarse de verdad.

2. No apoyar a sus hijos frente a extraños

Todo niño necesita la seguridad de que sus padres lo defenderán cuando más lo necesiten, sin importar las particularidades de la situación, y que los adultos no confiarán ciegamente en las palabras de figuras de autoridad como maestros, directores o vecinos. Cuando los padres permiten que sus hijos hablen por sí mismos cuando están listos para asumir la responsabilidad de sus acciones, les ayuda a desarrollar una autoestima saludable y un sentido de responsabilidad personal.

  • Angélica creció con su abuela, quien siempre le recordaba que era importante portarse bien porque las demás personas podrían pensar que era una mala niña. Aunque su abuela no tenía malas intenciones con su preocupación, se enfocaba tanto en la opinión que podrían tener los demás, que podía llegar a ser injusta con Angélica. Por eso, a la pequeña le cuesta trabajo tomar decisiones simples, pues está preocupada por poder equivocarse, incluso en cosas tan simples como elegir un postre.

3. Evitar que sus hijos expresen sus sentimientos

A veces, los adultos desestiman los sentimientos de los pequeños como algo que no tiene relevancia, insistiendo en que los moretones no duelen, que sentir enojo hacia un niño que los golpeó es vergonzoso, o que estar triste, incluso con una razón válida, está mal. Los padres a menudo hacen esto con buenas intenciones, queriendo enseñar a sus hijos el comportamiento adecuado. Sin embargo, es crucial reconocer que una habilidad fundamental para los individuos modernos es la capacidad de reconocer y gestionar sus sentimientos, emociones y necesidades.

  • A Daniel le gustaba correr por toda la casa imaginando que estaba escapando de un monstruo malvado mientras su madre terminaba la cena. Mientras corría, se tropezó y se lastimó la rodilla. Aunque se había hecho un moretón bastante grande, su madre le restó importancia y le dijo que los niños grandes no lloran por esas cosas tan insignificantes. Esos comentarios, a pesar de que no fueron dichos con malas intenciones, se quedaron grabados en la memoria de Daniel, que ahora siendo adulto le cuesta trabajo expresar sus emociones, pues teme ser percibido como una persona exagerada y poco profesional.

4. No permitir que sus hijos fracasen

Los padres perfeccionistas a menudo buscan la excelencia en todos los aspectos de su vida, lo que los lleva a esperar niveles crecientes de perfección de sus hijos a medida que crecen. Esto va desde que las obras de arte de los niños nunca sean lo suficientemente buenas hasta que la cama no esté perfectamente hecha o no estudien lo suficiente. El niño enfrenta críticas y reprimendas constantes, pero nunca se le permite aprender de sus errores. Los hijos de padres perfeccionistas pueden terminar evitando sus emociones y sintiéndose como un fracaso cuando no cumplen con las expectativas de sus padres.

  • La madre de Juan lo comparaba constantemente con su primo, Rafael. Le decía que su primo tenía mejores calificaciones, era más ordenado, nunca hacía desplantes a sus padres y hasta ayudaba con las tareas de la casa. A pesar de que Juan se esforzaba por ser un buen estudiante y un buen hijo, parecía que sus esfuerzos no eran suficientes. Ahora, con casi 30 años, Juan todavía se compara con otras personas y se siente inferior a los ojos de los demás. No hace falta decir que esta constante comparación ha afectado su autoestima incluso en su vida adulta.

5. Presionar a sus hijos para que decidan sobre su futura carrera

Aunque antes era normal creer que las personas debían tener un solo trabajo durante toda su vida, las cosas cambian y ahora es cada vez más accesible el poder vivir de hacer lo que te apasiona. Muchas ocupaciones modernas no existían hace una década, mientras que otras ya se han vuelto obsoletas.

  • Desde pequeño, Santiago mostró una pasión inmensa por los videojuegos. Aunque al principio a sus padres les parecía una pérdida de tiempo, le dieron a su hijo la oportunidad de explorar sus intereses. Ahora que es un adulto, Santiago se dedica a desarrollar personajes increíbles que miles de personas en todo el mundo conocen a través de los videojuegos de la empresa en que trabaja. Al final su mayor pasión se convirtió en una oportunidad única.
  • Rocío trabajó como profesora hasta sus 35 años, cuando descubrió su pasión por la fotografía. Al principio se dedicó a tomar fotos de las reuniones familiares, lo hacía más bien como un pasatiempo. Pero al pasar los meses se dio cuenta de que disfrutaba mucho sus días cuando su única tarea era tomar fotografías. Aunque tenía mucho miedo de cambiar de carrera, decidió hacer lo que le hacía feliz, tomó algunos cursos para mejorar su técnica y a los 36 renunció a su puesto como profesora para abrir su propio estudio. Ahora disfruta de su nueva profesión y no se arrepiente de haber tomado un riesgo con tal de hacer lo que realmente le apasiona.

6. Discutir sobre dinero

Dado que los niños pueden absorber mensajes duraderos de estas circunstancias, es crucial evitar discutir sobre dinero u otros asuntos frente a ellos. En lugar de conflictos uno a uno, que pueden hacer que los jóvenes tomen partido y se angustien, las conversaciones deben llevarse respetuosamente y de una manera que promueva la participación.

  • Diego creció viendo cómo la mayoría de las veces que sus padres discutían, lo hacían por dinero. Cuando comenzó a vivir solo, se esforzaba por manejar muy bien sus finanzas, pero terminaba gastando en cosas innecesarias que después lo hacían sentir como una persona irresponsable con su dinero. Ahora teme comenzar una relación, creyendo que el dinero será la causa raíz de sus problemas en casa.

7. Inspirarse y compararse con personas exitosas

Cada generación tiene su propio conjunto de héroes a los que los jóvenes aspiran a imitar. En las últimas décadas, los relatos de éxito personal de individuos ricos e influyentes se han vuelto generalizados. Sin embargo, no es tan simple como aprender su historia de vida y alcanzar la felicidad. Si fuera tan fácil, todos los que leen sus libros habrían resuelto todos sus problemas financieros hasta ahora.

  • Alex desarrolló una pasión por las computadoras desde joven. Inspirado por la historia de Steve Jobs que su padre compartió con él, Alex se sumergió en aprender todo sobre Apple. Cuando llegó el momento de elegir una universidad, inicialmente creyó que no necesitaba educación superior porque Steve Jobs tuvo éxito sin ella. Eventualmente, Alex se dio cuenta de la importancia de la educación para su camino y asistió a la universidad para avanzar en su carrera. Ahora, Alex bromea: “Lo que funcionó para Steve Jobs es solo una pérdida de tiempo para un tipo ordinario como yo”.

8. Ayudar a sus hijos a aprender a ahorrar dinero

El mundo siempre está cambiando, y las formas antiguas de ganar o ahorrar dinero pueden no funcionar más. No podemos predecir qué habilidades serán valiosas en el futuro. Por eso es importante enseñar a los niños a entender el valor del dinero y cómo tener metas específicas y realistas para que puedan ser financieramente independientes en el futuro.

  • La mamá de Ana ahorraba todo el dinero que podía “por si acaso”. Sus ahorros permanecían escondidos en su casa, y cuando la economía pasó por una mala racha, el dinero que con tanto esfuerzo habían guardado, ya no valía lo mismo. Ana pasó toda su infancia y adolescencia viendo cómo la única meta de su madre era no gastar dinero y al final, de todas maneras se quedaron sin ahorros. Ahora Ana teme que la economía pueda colapsar en cualquier momento, por eso cree que la mejor inversión es en sus habilidades y conocimientos.

9. Prohibirle al niño usar redes sociales

Las redes sociales son ahora indispensables para la comunicación de los adultos, y se han transformado en una forma de interacción de los más pequeños. Si antes los niños se divertían en los patios y parques, ahora se comunican y crean vínculos a través del internet. Y aunque para muchos adultos esto puede parecer algo malo, los niños pueden aprender habilidades valiosas a través de programas integrados a plataformas de redes sociales. Lo más importante es que los padres supervisen los sitios a los que sus hijos tiene acceso y sepan poner límites y horarios para evitar que los pequeños pasen demasiado tiempo en línea.

  • La madre de Camila se sorprendió al descubrir que su hija de 10 años había aprendido a crear videos geniales. Aún más sorprendente fue darse cuenta de que Camila había aprendido esta habilidad ella sola, usando TikTok. Ahora, crear videos cortos se ha convertido en un pasatiempo familiar para ellas y las amigas de Camila se divierten viéndolos.

10. Enseñarle al niño que tienen lo necesario en casa

Muchos de nosotros recordamos momentos en los que pedimos a nuestros padres que nos compraran cosas, solo para escuchar: “Ya tenemos eso en casa; no lo necesitamos”. Algunos padres exponen repetidamente a sus hijos a tales situaciones, desalentándolos involuntariamente de obtener lo que realmente necesitan. Este patrón puede afectar significativamente sus hábitos financieros como adultos. Por otro lado, satisfacer constantemente cada necesidad del niño también puede tener efectos negativos.

  • Los papás de Tom nunca compran nada que “no necesiten”. La lista del supermercado es la que la madre dicta y no se puede agregar nada extra. Mientras crecía, Tom solo escuchó que sus antojos no eran “necesarios” y que no valía la pena concederle un gusto de vez en cuando. Ahora que es adulto, le cuesta mucho trabajo gastar dinero, incluso en cosas que necesita, porque cree que lo más importante es no desperdiciar, ni siquiera en cosas que lo harían feliz.

11. Evitar que los niños se metan en conflictos

Ser capaz de interactuar con los demás es quizás una de las habilidades profesionales más cruciales que alguien puede poseer. Es importante no solo ayudar a los niños a hacer amigos, sino también enseñarles cómo involucrarse en discusiones saludables. Las personas a menudo tienen opiniones diferentes, y hay varias formas de expresar emociones. Cuanto antes comprendan esto, más fáciles serán sus interacciones con los demás, tanto de pequeños como cuando sean adultos.

  • A los papás de Claudia no les gustaban las discusiones. Normalmente evitaban hablar de cualquier cosa que pudiera generarles incomodidad, y su hija era testigo de esto. Fue así que Claudia se acostumbró a no hablar de las cosas que la molestaban o la hacían sentir mal, y comenzó a actuar de la manera que fuera más conveniente para los demás. Una vez que creció, se dio cuenta de que esta forma de lidiar con los problemas era más perjudicial que beneficiosa. Así fue que Claudia aprendió sobre la escucha activa y decidió aplicar este enfoque en su vida profesional y personal. Se destacó en prestar atención a las perspectivas de los demás, mientras también expresaba sus sentimientos cuando otros intentaban aprovecharse de ella. Inicialmente, la gente encontraba su estilo de comunicación poco convencional, pero los diálogos con sus compañeros de trabajo, sus amigos, e incluso su familia, se volvieron más constructivos, llevando a resoluciones mutuamente beneficiosas.

12. Intentar construir un carácter fuerte con la ayuda de los deportes

Aunque los deportes tienen beneficios para la salud física de quienes los practican, existe la creencia de que son también una forma de disciplina y formación del carácter. Este tipo de pensamientos puede crear poco a poco una sensación de competitividad que puede ser perjudicial para la salud física y mental de un niño. Esta competencia puede ser alimentada tanto por otros jóvenes atletas como por los entrenadores. Solo unos pocos individuos se convierten en campeones, y los entrenadores a menudo priorizan a estos pocos seleccionados, descuidando al resto del equipo. Lidiar con este trato injusto a una edad temprana puede llevar a una baja autoestima y confusión sobre los caminos alternativos de vida si un niño debe dejar de practicar deportes.

  • El padre de Carlos siempre soñó con ser futbolista profesional. Cuando era pequeño jugaba sin parar con sus amigos de la escuela y al crecer comenzó a tomarse más en serio sus entrenamientos. Sin embargo, le fue imposible continuar con su sueño debido a una lesión. Cuando Carlos tenía cinco años, ya era parte de un equipo infantil de futbol y entrenaba tres veces a la semana. A pesar de sus esfuerzos, parecía que Carlos no mejoraba en el deporte y eso causó frustración en su padre y lo hizo sentirse como un fracaso. Después de varios años de intentos fallidos para que Carlos amara el futbol, su papá entendió que ese no era el camino que su hijo quería tomar. Ambos trabajaron juntos en descubrir cuál era el camino que cada uno quería seguir para poder cumplir sus metas.

Aunque es completamente normal querer cuidar a tus hijos, convertirte en un padre sobre protector puede ser contraproducente. Es importante establecer límites, al mismo tiempo que respetamos su privacidad, para poder crear un vínculo saludable entre padres e hijos.

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