11 Cosas por las que un adulto no debería tener que justificarse ante los demás

Hasta el 13 de abril de 2025, Mario Vargas Llosa fue el último escritor vivo de la llamada Edad de Oro de la literatura latinoamericana, la misma que forjó junto a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes. Y si bien con él se cierra un capítulo glorioso de las letras hispanoamericanas, queremos recordarlo contigo, haciendo un repaso por sus obras más relevantes y las frases que hoy siguen resonando.
Al leer a Mario Vargas Llosa nos encontramos con una intención de desnudar las contradicciones del ser humano y cuestionar las estructuras de la sociedad latinoamericana. El expolítico aprovechó desde los días oscuros en un internado militar hasta las arenas del Sertón brasileño, para convertir la experiencia, la historia y la política en material narrativo de alto voltaje emocional e intelectual.
El escritor peruano, que en 2010 ganó un Premio Nobel de Literatura, usó su arte como trinchera para alzar su voz para exponer una mirada crítica, aguda y profundamente comprometida con la libertad individual y sus ideas con respecto a la dignidad humana.
Considerado una figura central del “boom” latinoamericano, Vargas Llosa revolucionó la narrativa hispanoamericana con obras como La ciudad y los perros, La tía Julia y el Escribidor, La guerra del fin del mundo, Travesuras de una niña mala, entre otras. Su última novela, Le dedico mi silencio, publicada en 2023, marcó su despedida de la ficción, pero su obra sigue viva con las paradojas del poder, el autoritarismo, la identidad y la corrupción moral.
Con su partida, Vargas Llosa deja una marca indeleble en la cultura global y pasa a formar parte de las leyendas de la literatura, aquellas que permanecen inmortales a través de frases como las que acabamos de repasar. Aunque el tiempo avance y las generaciones cambien, sus palabras seguirán siendo eco de una época donde la literatura latinoamericana conquistó al mundo con una voz propia.
¿Cuál es tu frase favorita de Mario Vargas Llosa? ¿Cuál te ha llegado más al corazón (o a la mente)?