10 Ganadores del Óscar que dieron más que hablar por su discurso que por su buen trabajo

Famosos
hace 1 año

A veces nos vendría bien tener un guion que nos indique cómo comportarnos cuando somos el centro de atención. Pues lo mismo les sucede a los actores; en sus películas suelen tener todos sus ademanes y actitudes ensayadas, pero cuando tienen que subir al estrado o recibir un premio, puede que sus emociones los traicionen; aparecen los gestos, los errores o las torpezas y el discurso de agradecimiento termina por ser lo menos importante de la noche.

1. Brendan Fraser

FREDERIC J. BROWN/AFP/East News

Brendan Fraser fue un actor muy popular en la década del 90 y al inicio de los 2000, cuando conquistó a todos con películas como La momiaGeorge de la selva. Sin embargo, de un momento a otro desapareció de los radares de Hollywood, y no hubo más noticias de él hasta que se supo con qué injusticia había sido desplazado del espectáculo luego de su esfuerzo. Así que cuando el actor volvió protagonizando la película La ballena, no se esperaba ni él mismo que sería un éxito que recaudaría 30 veces más de lo que había costado, que conquistaría al público y que lo llevaría a conseguir el premio al mejor actor en la entrega de los Óscar.

Cuando dijeron su nombre y recibió la estatuilla, conmovido hasta las lágrimas, solo pudo confesar: “Quiero decirles que solo las ballenas pueden nadar hacia las profundidades. Empecé en este negocio hace 30 años y las cosas no han sido fáciles. Pero sí tuve una facilidad que no valoré hasta que dejé de tenerla. Es como si hubiera estado en una expedición al fondo del océano y el aire me llegara a través de un tubito, que vigilaban mis hijos”, expresó el actor con la voz entrecortada, conmoviendo al público que lo aplaudía luego de su merecido reconocimiento.

2. Sally Field

El discurso de Sally Field fue muy popular en 1985, cuando la actriz recibió un Óscar a la mejor actriz por su trabajo en la película En un lugar del corazón, pero no por conmovedor, sino porque se pasó un poco de la raya con su entusiasmo al decirle a toda la audiencia: “¡Les gusto! ¡Ahora! ¡Les gusto!”. Pero para entender lo que realmente quiso decir, tal vez se necesite algo de contexto.

En la década del 70, Sally había sido muy popular en las series de adolescentes, y le fue muy difícil conseguir papeles serios que la sacaran del encasillamiento. Tuvo que enfrentarse a muchos fracasos y películas de bajo presupuesto hasta conseguir este protagónico que la llevó a ser una actriz consolidada. Y en realidad, su discurso era más bien una parodia de su personaje de la película Norma Rae, pero al parecer no todos habían visto ese filme como para entender el chiste.

3. Halle Berry

Aunque Sally Field tuvo su reconocimiento, si se entregase una estatuilla al exceso de entusiasmo, sin duda se la llevaría Halle Berry. Cuando la actriz ganó el Óscar en el 2002 por su trabajo en Monster’s Ball, estaba visiblemente sorprendida, y fue tanto su llanto por la emoción que no pudo hablar frente al micrófono durante varios segundos. El público la alentó con aplausos para evitar la pausa incómoda mientras ella se recobraba. Y aunque no pudo dejar de llorar, sin dudas dio un discurso desde el corazón.

Sin embargo, aunque su reacción fue bastante parodiada, tenía motivos de sobra para estar contenta: no solo ese era su primer premio de la Academia, sino que hasta entonces ninguna mujer afroamericana había ganado un Óscar a la mejor actriz, y estaba sentando un gran precedente.

4. Julia Roberts

Imagina que te dan un reconocimiento por un trabajo por el que te has esforzado. Seguramente habrá muchas personas a quienes les querrás agradecer, y otras tantas cosas que contar y mencionar. Pues bueno, lo mismo sucede con los actores, y como la gala de los Óscar es muy larga, cuando se exceden frente al micrófono, eso puede generar una complicación en la agenda.

Así que en el 2001 la Academia decidió regalar un televisor para premiar el discurso más corto. Pero cuando Julia Roberts recibió el premio a la mejor actriz por Erin Brockovich, una mujer audaz (una película basada en hechos reales), le advirtió al público: “Ya tengo televisor, así que voy a emplear un buen tiempo en decirles algunas cosas, porque no sé si volveré a estar aquí arriba”. A la Academia no le habrá causado nada de gracia, pero el que avisa no traiciona.

5. Jorge Drexler

Cuando la canción “Al otro lado del río” de la película Diario de un motociclista fue nominada al Óscar, la Academia consideró que Jorge Drexler no era lo suficientemente conocido por el público como para que la interpretara en vivo durante el evento, por lo que en su lugar cantó Antonio Banderas junto con Santana.

Así que cuando ganó el Óscar a la mejor canción, Drexler, antes de comenzar con un típico “gracias”, o “no lo puedo creer”, simplemente entonó la primera estrofa de su canción para demostrar que él estaba a la altura de las circunstancias.

6. Pedro Almodóvar

El momento en el que ganó el Óscar a la mejor película extranjera gracias a su trabajo en Todo sobre mi madre ya había sido icónico gracias a Penélope Cruz, quien al anunciar su nombre gritó: “¡Pedroooo!”, pero su discurso fue lo más memorable de la noche.

Es que el director sacó una lista de dos páginas con nombres de personas a las que quería agradecer, incluyendo familiares, santos y gente de la producción. Y por si fuera poco, Pedro, al ser español, no tenía un buen manejo del inglés, así que para la Academia fue un verdadero dolor de cabeza transcribir su discurso, y cometieron varios errores en el proceso. Finalmente, tuvieron que finalizar su discurso poniendo una canción de fondo para seguir con el espectáculo, y hasta los actores que lo anunciaron tuvieron que sacarlo prácticamente a rastras.

7. Frank McCarthy

En 1971 George C. Scott ganó el Óscar al mejor actor, pero fue el primer famoso en rechazar el reconocimiento. Según él, era absurdo que los actores estuviesen obligados a competir entre ellos. En su nombre, recibió el premio Frank McCarthy, que dio un discurso agradeciendo el buen trabajo de la Academia al premiar el talento, lo cual fue muy incómodo para los que estaban enterados del asunto.

8. Roberto Benigni

Cuando tocaba el momento de anunciar la mejor película extranjera de 1999, había una ganadora indiscutida: La vida es bella. Y no lo decimos nosotros; incluso antes de que sacaran el nombre del sobre, desde el público se escuchaban gritos aclamando a “Roberto”, quien la había protagonizado. Y cuando finalmente lo nombraron, era tanta la felicidad del actor que comenzó a caminar sobre los asientos de la audiencia. Algo arriesgado, casi le pisa la cabeza a algún que otro colega, pero seguramente habrá despertado a otros que se habían quedado dormidos durante la función.

Y aunque su inglés no fue muy bueno, lo cual llevó a que su mensaje fuese difícil de entender para la audiencia que lo miraba confundida, una de sus últimas frases conmovió a quienes presenciaron el momento: “Quiero darles las gracias a mis padres por darme el mejor regalo: la pobreza”, porque fue la mejor lección de su vida.

9. Jennifer Lawrence

Tal vez Jennifer debería haber tomado un curso rápido de Roberto para hacer equilibrio sin caerse, porque cuando ganó un Óscar por su actuación en la película El lado bueno de las cosas, se tropezó con las escaleras al subir al escenario.

Sin embargo, lejos de fingir que nada había sucedido, mientras todo el público se levantaba para ovacionarla de pie al recibir la estatuilla, ella solo dijo con mucho humor: “Ustedes solo se están parando porque me acabo de caer en las escaleras. Es tan vergonzoso”. Seguramente no es el sueño de la vida de nadie caer al piso en un momento tan trascendental para la carrera, pero sin duda fue el momento memorable de la noche.

10. Ke Huy Quan

Ke Huy Quan bien podría ganar un Óscar al discurso más conmovedor luego de haber recibido la estatuilla al mejor actor de reparto en la gala del 2023, ya que, totalmente emocionado y con lágrimas en los ojos, dijo frente a las cámaras:

“Mi madre tiene 84 años y está en casa viéndome. ¡Mamá, acabo de ganar un Óscar! Mi viaje comenzó en un bote, viví un año en un campo de refugiados, y de alguna forma, he acabado aquí, en el mayor escenario de Hollywood. Dicen que historias como estas solo ocurren en las películas. No puedo creer que me esté pasando a mí”.

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