Traicioné a mi mejor amiga por su esposo, pero la vida me está devolviendo el golpe

Hablar solo es algo con lo que todos estamos familiarizados, ya sea porque lo hacemos o porque conocemos a alguien que lo hace. Puede parecer una locura, pero hablar con nosotros mismos no siempre es una señal de problemas. Al contrario, esta práctica, conocida como habla autodirigida, no solo es más común de lo que crees, sino que también tiene muchos beneficios para la salud mental, el desarrollo personal y los procesos cognitivos. De acuerdo con un estudio, al menos el 25% de los adultos hablan consigo mismos en voz alta. La pregunta ahora es: ¿por qué?
Aunque hablar con uno mismo es una práctica que te puede ganar un par de miradas juzgonas de vez en cuando, la realidad es que muchas personas tienen un monólogo interno, incluso si nunca ponen sus pensamientos en palabras. Hablar solo puede ayudarte a entender el mundo, a poner tus ideas en orden y a concentrarte en el presente. Además, significa que estás en constante reflexión, pues no solo escuchas tus propios pensamientos, sino que interactúas con ellos conscientemente. Hablar solo en un tono positivo puede aumentar tu confianza, pero lo contrario también ocurre cuando hablas contigo mismo en un tono negativo y pesimista. La mejor forma de sacarle provecho a este hábito es conocer sus beneficios y usarlos a tu favor.
Hablar en voz alta al estudiar, trabajar o realizar una tarea del hogar nos obliga a interactuar con el material en un nivel más profundo. También permite el desarrollo de habilidades de razonamiento y aumenta la satisfacción con el aprendizaje. Esto es valioso, sobre todo, cuando nos enfrentamos a una tarea difícil. Pensar en voz alta puede ayudarnos a procesar la información de otra forma.
Hablar solo en voz alta es mejor para ayudarte a recordar cosas que simplemente repetir todos tus pendientes en tu mente una y otra vez. Esto es porque, al hablar en voz alta, estimulas más canales sensoriales. No solo escuchas los sonidos, sino que tu cuerpo los siente a medida que el sonido viaja por tus huesos. Además, al hablar en voz alta conectas con tus emociones, lo que también ayuda a recordar una tarea, palabra u objeto por sus asociaciones con los diferentes sentimientos que puede producir.
Un estudio encontró que el habla autodirigida, sobre todo cuando se realiza en tercera persona, es una manera sencilla y efectiva de analizar nuestras emociones y así obtener un mejor control de las mismas. Además, reduce el estrés y la ansiedad y promueve una forma más positiva de ver las cosas. Al hablar en voz alta, confrontas tus emociones de una forma clara, y esto a su vez permite que las entiendas mejor. Hablar solo también nos permite establecer metas, ofrecer comentarios críticos sobre uno mismo y analizar situaciones complejas.
Dialogar con uno mismo ayuda a mejorar la expresión lingüística y la capacidad de exponer ideas de forma clara y concisa. Esto es de gran ayuda cuando se trata de trabajar en equipo, pues los miembros que tienden a hablar solos están más abiertos a la comunicación con otros y tienden a crear un ambiente positivo, lo que facilita la colaboración entre miembros del equipo.
Hablar solo es una gran forma de regular las emociones y de procesarlas con más calma y dedicación. Tomar distancia de las situaciones de nuestro día a día nos permite analizarlas de manera más objetiva y desde diferentes ángulos. Además, reduce las probabilidades de actuar de manera impulsiva al dejarnos ver las cosas con más claridad.
A veces, cuando nos sentimos atorados en una tarea que parece imposible, unas palabras de aliento de un compañero pueden ayudarnos a seguir. Pero, si no tienes a nadie a tu alrededor, tú mismo puedes ser tu propio porrista. Los comentarios positivos ayudan a la motivación y recordar nuestros logros es una buena forma de darnos un empujoncito hasta llegar a la meta. Ten en mente que la mejor forma de sacarle provecho a este beneficio es hablarte a ti misma en segunda o tercera persona. Es decir, en vez de decir “puedo hacerlo”, intenta decir “tú puedes”.
Hablar solo mejora la productividad en diferentes áreas, ya sea en el trabajo, la escuela e incluso en los deportes, al mejorar la confianza en uno mismo y ser una fuente de motivación inagotable. También ayuda a reducir el estrés, permite identificar puntos débiles en los que podemos trabajar y ayuda a mantener la concentración, por lo que mejora nuestro desempeño en las tareas del día a día.
Cuando hablas en voz alta estás interactuando con el mundo de forma consciente. Ya sea que estés armando un mueble con un instructivo particularmente complicado o que estés en medio de una caminata por el parque, habar en voz alta sobre lo que sucede a nuestro alrededor nos obliga a poner atención a lo que sucede. Al estar concentrados en el momento, no hay tiempo para pensar en los errores del pasado o las pruebas del futuro que todavía no llegan.
Esta técnica, conocida como la autoexplicación, ayuda a monitorear tu progreso durante una tarea difícil. Además, explicar un tema, instrucciones o problema complicado en voz alta puede ayudar a encontrar soluciones que no te habrías imaginado de otra forma. Esto es gracias a que estás concentrado en cada parte del proceso y, por lo tanto, puedes entenderlo en profundidad.
Ya que hablar solo es una buena forma de mejorar la introspección, también nos ayuda a entender nuestras emociones desde diferentes ángulos, incluso si solo contamos con nuestra opinión en vez de un grupo de amigos que pueda ayudarnos. Esto es particularmente útil cuando no sentimos la confianza de contarle nuestros problemas a alguien más; hablarlos con nosotros mismos puede ayudarnos a procesar hasta que estemos listos para dar el siguiente paso. Al exponer nuestras preocupaciones en voz alta, podemos discernir las posibilidades reales de las exageraciones que nublan nuestro pensamiento, y así encontrar la mejor manera de abordar el tema.
Aunque cada quien tiene su propia manera de dirigirse a sí mismo y de establecer una conversación, hay algunos puntos en los que los expertos parecen estar de acuerdo cuando se trata de hablar solo. Para sacarle el mayor provecho a este hábito, no pierdas de vista los siguientes puntos:
La próxima vez que alguien te diga que no deberías hablar sola, hazle saber a esa persona que quizá debería intentarlo. Con tantos beneficios para la salud, es casi seguro que encontrará una buena razón para llenar el silencio con su propia voz de vez en cuando. Y tú, ¿de qué hablas contigo misma cuando crees que nadie te está escuchando?