18 Famosos que dominaron el arte de manejar situaciones incómodas con gracia
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Hace muchos años, una seguidora del psicoanálisis clásico y pionera en la psicología que analiza los caractéres de las personas, Nancy McWilliams, creó y describió una lista de control de la salud mental. Desde entonces hasta nuestros días, recurren a ella tanto los psicólogos como las personas normales y corrientes. ¿Podrías estar de acuerdo con cada punto analizando si va o no contigo?
En Genial.guru siempre cuidamos de la salud de nuestros lectores y hoy te proponemos pasar esta lista de control con nuestras explicaciones sobre los momentos en los que se antoja necesario prestar especial atención.
Este punto se aplica tanto a nuestra pareja y la familia, como a cualquier otra persona a la que estemos dispuestos a amar, es decir, a aceptarla tal como es y abrirnos a ella.
Esto significa que no solo avanzas en tu trayectoria profesional, sino que también creas algo importante para ti y para los demás. Resulta importante que una persona deje su huella en la vida de otras personas y la capacidad de hacerlo es uno de los síntomas de una buena salud mental.
La capacidad de percibir el humor, la habilidad de salir de un estado de estrés emocional y mental y de desarrollarse a través de los juegos (deportivos, sociales, lógicos...) todo esto aporta un gran beneficio y regala momentos de descanso a nuestro sistema nervioso.
Aquí todo resulta bastante sencillo: el instinto de autoconservación es inherente en todos los seres vivos, mientras que las relaciones tóxicas son una de las maneras claras de autodestrucción, por lo tanto, las personas mentalmente sanas tienden a evitarlas.
En otras palabras: la capacidad de una persona a la hora de tomar decisiones por sí misma y ser responsable de su elección.
No podemos ser ideales ni la reencarnación del mal en estado puro: cada persona combina buenas y malas cualidades y una persona sana mentalmente las evalúa adecuadamente y las acepta en sí misma.
Nuestra mente no puede permanecer durante mucho tiempo en un estado de estrés. Y la capacidad de adaptarse a los cambios es uno de los síntomas de mayor resistencia.
Siendo demasiado autocríticos o, por el contrario, sobrevalorándonos, corremos constantemente el riesgo de alejarnos en exceso de la realidad en base a nuestras expectativas, lo que conlleva a la frustración, el estrés y las decepciones.
Con esto nos referimos a una situación en la que nuestros valores no solo nos dan una sensación de seguridad y estabilidad, sino que también pueden cambiar con el paso del tiempo y dependiendo de las circunstancias.
Esto significa saber cómo sentir las emociones, darse cuenta de las mismas y no sucumbir a ellas, mientras que al mismo tiempo se consigue mantener esa conexión entre el lado racional y emocional que albergas dentro de ti.
O de reflexionar: ver la situación independientemente de tu actitud hacia ella y elegir caminos para solucionar el problema que sean los más eficaces en este contexto.
Incluyendo también las emociones y los deseos. Así, una persona que nos ofendió, probablemente, no perseguiera tal objetivo, y nuestro resentimiento es nuestra emoción, que existe solo dentro de nuestra personalidad, es decir, no tiene relación alguna con la otra persona.
Cuando estamos expuestos a situaciones de estrés o de ansiedad, nuestro cerebro intenta “escapar” de esto, evitando inconscientemente esas situaciones desagradables o bien ignorando los problemas que deben abordarse. Todo esto nos ayuda a permanecer en un estado de calma. Sin embargo, una persona sana a veces va en contra de sus deseos subconscientes o hace aquello que es necesario y no lo que le resulta más agradable.
Estamos hablando de la capacidad de tener en cuenta nuestros propios intereses junto a los intereses y la comodidad de los demás, cuyas relaciones son importantes para nosotros.
O la sensación de vitalidad, es uno de los principales signos de la existencia armoniosa del hombre.
Es decir, la capacidad de sentir, experimentar el enfado y el dolor, y al mismo tiempo, la habilidad de comprender y resignarse sobre aquello que no somos capaces de cambiar.
Todos los ejemplos anteriores que engloban la salud mental de una persona, pueden estar presente en persona en un grado u otro y todos ellos afectan a nuestra calidad de vida y su plenitud. Además, esta es una buena lista de control que viene a demostrar qué en la vida vale la pena cambiar y qué está funcionando de manera intacta sin necesidad de modificación alguna.