1 solo consejo, NO te cases y usa ese dinero en viajar
12 Consejos que debí haber seguido el día de mi boda para ahorrarme dolores de cabeza
Dicen que “quien oye consejos llega a viejo”, pero, a veces, la tacañería y la terquedad nos llevan a hacer oídos sordos y tomar decisiones sin pensarlo bien, especialmente cuando se trata de un día tan especial como el de nuestra boda, y terminamos pasando un mal rato o gastando de más al final.
Comparto mi experiencia con los lectores de Genial.guru para que vean qué cosas pudieron haber salido mejor el día que me casé... si tan solo hubiera escuchado.
1. Evita casarte en temporada alta (¡y mucho más un día antes de Navidad!)
Cuando me recomendaron esto, la terquedad me ganó, pues mis hermanos viven en otros países y hacía muchos años que no celebrábamos la Navidad todos juntos. Así que, para mí, no era negociable. Y en Venezuela, de donde somos, se viven esas fechas de una forma muy especial.
Sin embargo, escoger épocas como esa implica arriesgarse a no encontrar un lugar dónde reservar o que, si lo encuentras, el personal del local donde te casas trabaje a media máquina, bajando la calidad del evento. Y ni hablar de los precios de los pasajes de avión. Si quieres casarte en temporada alta, debes reservar todo más de un año antes.
2. Si viene gente de otras ciudades o países, no hagas el evento en la mañana
Yo quería hacer un almuerzo y temía que pasáramos demasiada hambre hasta la hora del evento, por lo que fijamos la boda a las 11 de la mañana y la recepción a mediodía. Tampoco quería que comenzara tarde, pues era en un lugar retirado y sin mucha iluminación de noche, además de que no iba con el estilo que había escogido para decorar.
Mis hermanos llegaron con suficientes días de antelación para pasar tiempo juntos y que me ayudaran con los detalles de la boda, pero otros actores importantes, como la madrina y uno de los pajecitos, casi se pierden de todo por haberse trasladado desde muy lejos con poca anticipación. Y si le sumamos que el oficiante fue absolutamente inflexible con la hora, eso de que “la novia llega tarde” no me iba a salvar de que el evento empezara sin mí.
Siempre que la seguridad de tu país lo permita, comienza el evento en la tarde para que cualquier imprevisto pueda solventarse con tranquilidad.
3. Reserva primero la fecha del evento religioso y adapta la recepción a ella
Nos tomó tiempo decidir si nos casaríamos por alguna religión. Una vez que lo hicimos, preguntamos si podíamos hacer la boda en el lugar que habíamos escogido para la recepción, a lo que el párroco de la zona, a quien debíamos pedir permiso, contestó un rotundo “NO”. Ahí descubrí que las bodas en exteriores de las películas son puras mentiras, al menos en nuestro país.
Nuestra siguiente apuesta era la capilla de la universidad donde nos conocimos, pero ya era demasiado tarde para reservar y las fechas disponibles no coincidían con la que ya habíamos elegido para la recepción. Por lo tanto, escogimos la parroquia a la que pertenecía el local y nos casamos allí para luego ser trasladados por un auto antiguo (que no habíamos contemplado originalmente, aunque fue una de las mejores cosas de ese día).
4. No escatimes en fotografía y video y sé extremadamente específico con el proveedor
Al pertenecer al mundo audiovisual, tenía muchos contactos en el área de fotografía y video a los cuales podía recurrir. Los profesionales por los que me decidí tenían un excelente portafolio, les tenía confianza y me dieron buenos precios, por lo que no tenía que pensar demasiado. Y el resultado fue muy lindo.
Sin embargo, como no pertenecían a una misma compañía, sino que el fotógrafo y el videógrafo eran independientes el uno del otro, hubo momentos importantes que no quedaron registrados: el primer baile, el vals y parte del brindis de mi papá se perdieron por problemas de transporte del chico del video.
También ocurrió que el fotógrafo, gracias a que le pedí que se enfocara en las fotos familiares, nos hizo sesiones de pareja bastante breves. En estos casos, es mejor pecar de fastidioso, ser muy específico y también gastar un poquito más para que el resultado sea el esperado.
5. Tampoco dejes de invertir en un buen servicio de cáterin
Si el precio es demasiado bueno para ser verdad, especialmente en un país donde ciertos alimentos son difíciles de encontrar, probablemente lo sea y te lleves un chasco tremendo.
En nuestro caso, lamentablemente, fuimos víctimas de una oferta engañosa, pues la degustación había estado exquisita, como se ve en la foto, pero el proveedor cambió el menú a última hora porque se quedó dormido la mañana de la boda y no compró los ingredientes a tiempo. Todo por ahorrarnos unos centavos.
6. ¡Delega!
Una boda tiene demasiados detalles para abarcar y es imposible organizar todo uno mismo. Pero dejarle esa tarea a una persona externa y, además, pagarle, era inconcebible para mí por el tamaño reducido del evento, así que pensé que podríamos manejarlo todo sin problemas. La dura realidad fue que la organización me consumió demasiado tiempo y esfuerzo por mi falta de experiencia.
Debería haber contratado, al menos, una compañía de decoración que se encargara de esa parte para que yo no tuviese que preocuparme. Pasé toda mi sesión de fotos en casa recibiendo llamadas de la amiga que nos ayudó y dando indicaciones, lo cual arruinó muchas de las tomas al final, y mi novio solo conducía de acá para allá resolviendo los últimos detalles antes del evento.
7. La familia directa solo debería preocuparse de estar arreglada y feliz para las fotos
Lo mejor es tener a un familiar o amigo cercano en casa que coordine toda la logística para liberar cargas a la familia directa: repartir desayunos, servir café, abrir puertas, recibir llamadas... En este caso, debería haber sido la madrina, pero... no seguí el consejo #2 y ella llegó tan tarde que casi no logra entrar a la iglesia. ¡Por suerte, fue mi mano derecha durante toda la celebración!
8. ¡No hagas los dulces en casa!
Este consejo no lo escuché porque mi madre estaba iniciando un emprendimiento de repostería y me pareció que era la oportunidad perfecta para mostrar su talento. Trabajó muchas horas con mi cuñada para tener todo listo antes del gran día y el plan era refrigerar todo hasta que fuera el momento de llevarlo a la casa de eventos.
Lo que no vimos venir fue que el refrigerador se descompusiera el día antes, con todos los dulces adentro, y que hubiese que llamar a un técnico de emergencia un viernes, 22 de diciembre. Y toda la producción se retrasó hasta la noche por ese contratiempo. Por suerte, se pudo resolver al final, pero ese dolor de cabeza no hubiera existido si hubiese escuchado a mi papá, quien es experto en planes de contingencia.
9. ¿Limpieza facial? Al menos dos semanas antes
Trabajar a tiempo completo y freelance y, además, organizar una boda y atender a tus invitados que vienen del exterior no es una tarea fácil, por lo que dejé todo lo relacionado con mi bienestar para último momento, cuando al fin comenzaron las vacaciones de mi empleo.
Todos los tratamientos de belleza fueron intensivos y, para cuando me hice la limpieza facial, faltaban menos de 5 días para el matrimonio y no hubo maquillaje que cubriera las imperfecciones que no habían sanado. Hazte este tratamiento, como muy tarde, un par de semanas antes.
10. Y hablando de antelación, si vas a tomar ideas de Pinterest contempla que te tomará más tiempo del que dicen, especialmente si no eres experto en manualidades
Todas mis ideas para decorar salieron de muchos meses de navegación a través de Pinterest. Se veían sencillas y me dediqué a buscar los materiales perfectos para que todo fuera de ensueño. Lo que olvidé en ese momento fue que yo no sabía ni hacer figuras de plastilina decentes, por lo que todo tomó mucho más tiempo y esfuerzo del necesario.
Además, fue imposible concertar una reunión para que nos ayudaran, así que solo quedamos mi novio, mi mamá y yo a cargo, cuando realmente se necesita un ejército para emprender una tarea titánica como la decoración de una boda.
11. La lista de invitados no es de piedra
Fui muy estricta con la lista de invitados, pues no quería que el evento se saliera de presupuesto. Dejé de invitar personas queridas por esa razón, a pesar de que me recomendaron que siempre dejara un margen abierto porque los invitados pueden cancelar a última hora o, simplemente, no consumir nada porque solo asisten un rato.
Sin estar preparada, tuve que aprender que es muy probable que los invitados vayan con algún “extra” (o “arroceros”, como les decimos en Venezuela) y que eso no va a descalabrar el presupuesto ni hacer de la fiesta un evento menos entretenido. Por suerte, si algo hizo bien el cáterin, fue incluir algunos platos de comida adicionales.
12. Ese día, ¡no existes!
Esto me lo dijo mi prima, quien lo practicó en su propio matrimonio. Desconectarse de todo desde el día anterior y apagar el celular el mismo día es lo mejor que puedes hacer, siempre y cuando, por supuesto, hayas seguido el consejo #6 y no seas tú la persona encargada de todo.
Las corridas de último minuto pueden arruinar totalmente tu look y paz mental. Yo me acosté tarde la noche anterior terminando de ajustar detalles y hasta me golpeé con el baúl de los regalos, haciéndome un moretón en el antebrazo que casi no logré ocultar. Amanecí con bolsas bajo los ojos, agotada y de mal humor, así que costó para que me sintiera feliz y consentida en el día de mi boda, pero, por supuesto, al final se logró.
También hubo consejos que sí seguí y que hicieron de nuestra boda un día mucho más memorable:
- Alquilar el auto para trasladarnos: fue una de las experiencias más bonitas de ese día y también salieron fotos hermosísimas. Si mi papá no me hubiese convencido, me lo habría perdido.
- Servir vinos locales: se aprovechó mejor el presupuesto y le dimos un toque venezolano a la fiesta.
- Escuchar a los músicos antes de contratarlos: tanto el DJ como los músicos para la iglesia fueron ampliamente recomendados, pero preferí escucharlos primero y quedé gratamente sorprendida.
- Pruebas de maquillaje y peinado: lo mejor que pude haber hecho. Si no eres una persona muy visual, te servirá para saber cómo lucirás ese día y hacer los cambios necesarios.
- Hacer un espacio para los seres queridos que ya no están: preparamos una mesa con fotos de nuestros abuelos, bisabuelos y hasta mascotas que nos habían dejado, como una forma de honrar su legado y recordarlos con cariño en un día tan importante.
¿Conoces alguna otra novia que se haya complicado la vida por su terquedad? ¿Qué hubieses hecho tú en mi lugar? ¡Cuéntame en los comentarios!
Comentarios
Lo de delegar siempre se piensa pero nunca se hace
No casarse en temporada alta es un buen consejo
Lo de la limpieza de cara es un gran error!!
Precioso el espacio para los seres queridos que ya no están