12 Secretos para tener una piel impecable según la estación del año

Mujer
hace 20 horas

Cada estación tiene sus propios desafíos para la piel. Quizás en invierno esté más tirante y seca, mientras que en verano se sienta más pesada y propensa a granos. Por eso, adaptar tu rutina para darle a tu piel justo lo que necesita en cada momento es la jugada inteligente. Con esos ajustes clave, estará lista para lucir radiante y fuerte, sin importar la estación.

Durante todo el año

Es cierto que adaptamos la rutina de la piel según la estación, buscando ese brillo en verano o protegernos del frío en invierno. Aun así, hay un par de cuidados básicos que no cambian nunca. Estos hábitos esenciales son como el pilar para que tu piel esté sana y lista para defenderse, pase lo que pase con el clima.

1. Mantener una hidratación interna adecuada

Beber suficiente agua es, sin exagerar, uno de los mejores favores que le puedes hacer a tu piel, aunque suene súper simple y a veces lo pasemos por alto. Esta hidratación desde dentro es fundamental para todo tu cuerpo, y se refleja directo en la piel: ayuda a mantenerla elástica y a que sus células trabajen como deben, luciendo sanas y radiantes, entre otros beneficios.

2. No olvides la protección solar

El sol siempre está presente sobre la piel con sus rayos UV, sin importar el clima afuera. Toda esa exposición constante se traduce a futuro en arrugas, manchas y, peor aún, un mayor riesgo de enfermedades serias. Por eso, darle a la piel esa protección diaria con protector solar es fundamental. ¡Incluso en invierno!

3. Ten una rutina de limpieza facial constante

Si hay una regla de oro para una piel sana, es limpiar el rostro dos veces al día: al despertar y antes de dormir. Esto no solo ayuda a mantener los poros limpios, sino que hace que lo que apliques después trabaje muchísimo mejor. Incluso si después cambias los productos limpiadores según la estación, la disciplina de limpiar dos veces al día es una constante esencial.

Durante el verano

Con la llegada del calor, el sol intenso, el sudor y el ambiente se vuelven un desafío para tu piel. Pueden dejarla vulnerable, reseca, irritada y propensa a granitos porque el sudor o las cremas se sienten más pesados. Por eso, ajustar la rutina de cuidado es clave mantenerla protegida, cómoda y luciendo increíble toda la temporada.

1. Busca productos mas ligeros

Con el calor y la humedad, las cremas muy pesadas se sienten una carga en la piel y pueden terminar obstruyendo los poros. Lo ideal es optar por texturas más ligeras, como geles o lociones fluidas. Estas aportan la hidratación que tu piel necesita sin esa sensación densa y pegajosa.

2. Limpieza doble

En verano, con tanto sudor, protector solar y hasta maquillaje, la piel se “ensucia” y es más fácil que salgan granitos. Aquí el truco es la doble limpieza. Se empieza con un aceite limpiador para disolver bien el protector y el maquillaje. Luego, se sigue con un limpiador a base de agua para dejar la piel limpia.

3. Usa ingredientes que ayuden a controlar el sebo

La clave para hidratar la piel en verano sin sumar grasa o granitos está en elegir ingredientes inteligentes. Buscar aquellos que den esa hidratación ligera, pero que también ayuden con el exceso de sebo o a prevenir brotes. La Niacinamida (Vitamina B3) es perfecta para esto, ya que hidrata, fortalece y equilibra. En las épocas calurosas, se puede optar por sueros o geles hidratantes que la contengan.

4. Incorpora antioxidantes en tu día a día

Los antioxidantes le dan la piel un extra para defenderse del sol y la contaminación veraniega. Un sérum de Vitamina C, E o ácido ferúlico garantizan que la piel esté bien hidratada y que la barrera cutánea sea fuerte. Además, pueden dejar la piel más luminosa y disimular manchitas. Se puede complementar comiendo alimentos ricos en antioxidantes, como arándanos, tomates, zanahorias o cítricos. Es el equipo perfecto para una piel más fuerte y brillante.

Durante el invierno

En invierno, la combinación del frío, el aire seco (de afuera o como por la calefacción) le roba la humedad a la piel, lo que debilita su barrera natural. El resultado es una piel que se siente reseca, y tirante. Entonces, para que tu piel no sufra en esos meses fríos, la clave es ajustar la rutina de cuidado y darle justo lo que pide para que se mantenga sana y protegida.

1. Cambia a hidratantes más densas

Para combatir la sequedad del invierno, cambia los hidratantes ligeros por cremas más potentes. Optar por ingredientes estrella como ceramidas, ácido hialurónico o niamicida son súper importantes para combatir la sequedad. Estos crean una capa protectora que ayudan a sellar la humedad de la piel contra el aire frío y seco.

2. Considera usar un humidificador

La calefacción crea un ambiente hostil para la piel, ya que reseca el aire interior drásticamente. Por eso, un humidificador es una excelente idea. Usarlo ayuda a que el ambiente sea menos agresivo, haciendo que a la piel le cueste menos trabajo mantenerse hidratada y se sienta menos tirante por la noche o al despertar.

3. No te bañes con agua caliente

Una ducha caliente es una verdadera tentación en invierno, pero también es un gran enemigo para la piel. Ese calor extremo se lleva los aceites naturales de la piel, dejándola aún más seca, tirante e irritada. Es mejor optar siempre por agua tibia, e incluso usar geles de ducha hidratantes para reducir el daño. Luego, se puede aplicar una crema hidratante nutritiva inmediatamente después del baño.

4. Enfócate en las zonas agrietadas

El frío parece ensañarse con ciertas partes de la piel, esas zonas que se secan y agrietan con más facilidad que el resto del cuerpo o del rostro. Como labios, codos, rodillas y talones. Como estas zonas piden un cuidado más intenso y especial, lo ideal es convertir en hábito aplicarles una crema o bálsamo específico dos veces al día, sin falta.

5. Considera el slugging

Para darle a la piel una dosis extra de hidratación profunda durante las noches secas de invierno, se puede probar el slugging. Consiste en aplicar una fina capa final de un producto muy oclusivo, como vaselina o ungüento, para sellar toda la rutina anterior y evitar que la humedad se escape mientras duermes.

Es una técnica efectiva para combatir la sequedad extrema y reparar la barrera cutánea. Es maravillosa para pieles secas o extra secas, aunque no se recomienda si se tiene una piel grasa o propensa al acné.

¿Qué métodos efectivos aconsejas para una piel sana? ¿Cuáles te funcionaron a ti?

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