13 Detalles sobre la vida en el siglo XIX que las series y películas olvidaron contarnos

Historias
hace 2 años

Es muy probable que cuando tus padres te hablan de cómo era su vida a tu edad, te sorprendas de los enormes cambios que se han producido en un par de décadas, sobre todo en estos tiempos donde la tecnología ha avanzado a pasos agigantados. Ahora imagina la enorme cantidad de transformaciones que ha habido en la sociedad desde el siglo XIX: estamos hablando de un mundo completamente diferente.

En Genial.guru, hemos recopilado las costumbres, las figuras, las modas y los momentos históricos que hacen que esta época aún nos sorprenda a 200 años de distancia.

1. El día de los enamorados como lo conocemos nació hace 200 años

El día de San Valentín, del Amor y la Amistad o de Los Enamorados, según cada país, tiene su origen en los países anglosajones en el siglo XIX. Con la moda de las postales en su punto más alto, la gente de la época comenzó la tradición de enviarse postales con mensajes de amor. Ya en el siglo XX, a las postales se les sumaron regalos, y el resto es historia.

2. Edgar Allan Poe era todo un atleta

Edgar Allan Poe es uno de los escritores más importantes de la literatura de habla inglesa. Sus cuentos y poemas (e incluso su imagen) han dejado una importante huella en la cultura popular. El retrato de este famosísimo escritor nos muestra a un hombre triste y de aspecto enfermizo; sin embargo, lo cierto es que Poe fue, además de un hombre muy popular entre las mujeres, un gran atleta.

Su capacidad deportiva era tanta que logró ganar una competencia de natación de casi 10 kilómetros en el río James.

3. Los hermosos y molestos vestidos anchos

Sabemos que estamos viendo una imagen de la época victoriana gracias a los enormes vestidos que portaban las mujeres de sociedad en pinturas y fotos. Pero, a pesar de lo glamorosos que podrían llegar a parecer, los vestidos con crinolina (nombre de la estructura que le daba el efecto de volumen al vestido) eran la causa de unos cuantos inconvenientes.

Por ejemplo, las damas solían tropezarse o se atoraban en cualquier parte. Por otro lado, si alguien de bajos recursos intentaba seguir los mandatos de la moda, podía conseguir una versión más económica de esta estructura, pero hecha de caucho en lugar de hierro. Como resultado, la mujer que llevaba un vestido semejante iba largando un olor muy desagradable tras de sí.

4. La fascinación por Egipto

Durante el siglo XIX, Egipto era de lo que toda Europa hablaba. El descubrimiento de un antiguo mundo perdido en el tiempo provocó cientos de viajes a África para documentar este lugar único. La llegada de las fotografías fue muy importante, pues cuando los exploradores regresaban a casa con imágenes de las pirámides, todos a su alrededor querían tener sus propias fotografías.

El antiguo Egipto fue tan importante que en esta época nació el estudio formal de la egiptología.

5. El ferrocarril unificó el tiempo

Antes de la Revolución Industrial, las ciudades del Reino Unido contaban con su propio huso horario. Fue la llegada del ferrocarril lo que obligó al país a unificar su huso horario para que los trenes estuvieran a tiempo en cada estación.

6. Todos los bebés usaban vestidos

Una de las modas más curiosas que dejó la época victoriana fue que, antes de los 4 años, niños y niñas usaban vestidos blancos. El color blanco representaba la pureza de la primera infancia, mientras que la idea de vestirlos igual era en muchos casos una forma de ahorrar dinero en las familias más pobres.

Cabe mencionar que, tras publicarse una famosa pintura del príncipe Alberto con 4 años de edad con un traje de marinero, muchas familias comenzaron a vestir a sus niños de esta forma; se trata de una moda que hasta el día de hoy está vigente.

7. El gran hedor de Londres

En el verano de 1858, una ola de calor azotó la ciudad de Londres con temperaturas de 30 °C. Debido a la acumulación de desperdicios en el río Támesis, un terrible hedor inundó las calles de la entonces ciudad más grande del mundo por semanas.

Fue así como las autoridades británicas se percataron de cuán malas eran las condiciones de higiene en su capital, y finalmente, se comenzó un proceso de alcantarillado que mejoró muchísimo la calidad de vida de los londinenses.

8. El origen de las alcancías de “cochinito”

De niños, muchos de nosotros guardábamos el dinero que nos daban nuestros padres en una alcancía con forma de cerdito, aunque probablemente pocos se han preguntado por qué se popularizaron tanto las alcancías con esta forma tan curiosa.

Se dice que desde la Edad Media, la gente guardaba su dinero en recipientes hechos con una arcilla de nombre “pygg”, muy parecido a la palabra “cerdo” en inglés. Ya entrados en el siglo XIX, y gracias a los cambios en el lenguaje, cuando la gente les pedía a los artesanos que les hicieran una alcancía “pygg”, estos creían que la forma del cerdo era parte vital del diseño. Algunos registros aseguran que también se debe a la abundancia con la que se relacionaba al animal, ya que su carne era muy cara en esos tiempos, y solo las familias más adineradas podían darse el lujo de comer carne de cerdo.

9. El amor por la comida de la reina Victoria

La reina Victoria fue la figura central de gran parte del siglo XIX, y es gracias a ella que se conoce esta etapa como “época victoriana”. Sin embargo, más allá de esa figura de poder, había una mujer que, como todos, tenía ciertas debilidades.

Tras la muerte de su amado Alberto, Victoria dejó las dietas y la preocupación por su figura y comenzó a comer de manera desmedida. Su luto no era la única razón para este desenfreno culinario, y es que, desde joven, tuvo una educación muy estricta en la que se le recalcaba que una dama no debía comer mucho. Finalmente, con el poder de liderar la nación más imponente del mundo (en ese entonces) y sin la necesidad de preocuparse por su apariencia, Victoria disfrutó de la comida como nunca. Se dice que su platillo favorito era el jabalí con áspic, que también era el favorito de Alberto.

10. El síndrome de Asperger de Nikola Tesla

Una de las mentes más prodigiosas que dejó el siglo XIX fue Nikola Tesla. Sus inventos y sus aportes a la humanidad aún son festejados, pero además, su curiosa personalidad también es estudiada hasta nuestros días. Se sabe que Tesla tenía un gran terror por los gérmenes, por lo que siempre comía con guantes; asimismo, su apariencia era muy importante, y las fotos que conocemos de él fueron el resultado de varias tomas, de las que el científico escogió la que más le gustó.

Como es común en las mentes prodigiosas, Tesla tenía una memoria fotográfica sumada a varias conductas obsesivas, lo que, en los siglos posteriores, se descubrió que eran rasgos característicos del síndrome de Asperger, un trastorno que compartía con otras figuras de la talla de Isaac Newton y Albert Einstein.

11. Colores oscuros para combinar con el cielo

A la reina Victoria también se la conoce como “la viuda de Windsor”, debido a que, después de la muerte de su amado Alberto, vistió de negro el resto de su vida. Como era costumbre, la sociedad inglesa imitó a su reina rápidamente, pero esta no fue la única razón por la que el color negro invadió las prendas de todo Londres.

Debido a la Revolución Industrial, el aire de la capital británica estaba lleno de carbón, por lo que, si salías con un vestido blanco, regresarías a casa con una prenda gris. De esta forma, la ropa oscura ayudaba a ocultar toda la suciedad impregnada por el aire contaminado.

12. Tatuajes en la realeza

Los tatuajes eran una moda muy popular en la época, desde los reos más ruines hasta la más alta alcurnia tenían tatuajes. Se sabe que el rey Jorge V tenía un dragón azul y rojo en su pecho como recuerdo de su paso por Japón; asimismo, su padre Eduardo VII se hizo el tatuaje de una cruz.

Maud Stevens Wagner fue de las primeras mujeres de Occidente en llenar su cuerpo de tatuajes, además de ser la primera tatuadora profesional de Estados Unidos. Como era de esperarse en esta época, Wagner fue muy criticada por su enorme cantidad de tatuajes, pero también fue muy admirada, pues la gente pagaba grandes cantidades por verla en ferias y circos junto a su esposo Gus Wagner, conocido como “el hombre más tatuado de Estados Unidos”.

13. Los cambios en la moda femenina a lo largo de 100 años

A lo largo de estos 100 años, hubo tres cambios importantes en la moda de las mujeres europeas (cuya influencia llegó a todo el mundo occidental). En los primeros 20-30 años del siglo, encontramos el “vestido imperio”, que fue puesto de moda por Josefina Bonaparte y se caracterizaba por ser delgado y discreto.

Ya entrados en la época victoriana, los vestidos con crinolinas eran el último grito de la moda, y se destacaban por las estructuras metálicas que le daban un gran volumen y ostentosidad a toda la parte baja del vestido. Finalmente, en las últimas tres décadas del siglo, se cambió la crinolina por el miriñaque, que solo le daba volumen a la parte trasera del vestido.

¿Qué es lo que más te llama la atención de este período histórico tan importante? ¿Qué cosas crees que no han cambiado en estos 200 años?

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