Muchas personas idealizan la profesión de los asistentes de vuelo. Pero no siempre se trata del cielo, el avión y las nubes. Estas personas tienen que cuidar a los niños ruidosos, a los padres cansados, a los grupos de personas demasiado alegres que se van de vacaciones, así como a los empresarios descontentos. Y, además, conseguir que todo el mundo siga las estrictas reglas del vuelo.
- Era un vuelo de una aerolínea local. La azafata, de unos cincuenta años, se esforzaba por avanzar por el pasillo. En el avión había una madre con un niño de cinco años quien pulsaba periódicamente el botón de llamada del asistente de vuelo. Varias veces, la madre se disculpó y la azafata apagó el botón con nerviosismo. Ocurrió de nuevo, la auxiliar de vuelo ya no pudo aguantar más y se dirigió al niño:
—¿Qué necesitas, corazón?
—Esta muñeca —respondió el niño, señalando la figura del botón.
—Bueno, cariño, ¡esa muñeca soy yo!
- Tuve que obligar a una pareja a doblar el vestido de novia correctamente. Era enorme y caía por el pasillo, bloqueando a los pasajeros de toda la fila. Puede que planchar el vestido los haya llevado mucho tiempo en el hotel, pero lo he salvado de las huellas de los zapatos y del carrito de las bebidas. Aunque la novia se echó a llorar, yo no estaba dispuesto a arriesgar la seguridad de los demás. © Anaxamenes / Reddit
- Mi madre, cuando era estudiante, volaba en avión con frecuencia. Una vez, subió a bordo y descubrió que a los asientos les faltaban trozos de acolchado, de ellos salían muelles y trozos de espuma y los reposabrazos estaban rotos en algunas zonas. Bueno, logró tranquilizarse, ya que no era un vuelo largo. Pero su vecino no se quedó callado, sino que agarró a la asistente de vuelo y empezó a increparla, exigiéndole que le explicara por qué el avión estaba en ese estado lamentable. La azafata sonrió dulcemente y le dijo: “No se preocupe, por favor, este es el último vuelo de este avión”. El hombre rezó durante las tres horas que duró el vuelo.
- Sin querer, pulsé el botón de llamada en lugar de la linterna y no paraba de sonar. El auxiliar de vuelo se acercó y lo golpeó con el puño. Los pasajeros se quedaron bastante sorprendidos. © SuperMommyCat / Reddit
- Soy azafata, era mi primer vuelo después de las vacaciones. Llegué a mi lugar de trabajo. Y así fue: el avión estaba medio vacío (lo que suele ocurrir muy pocas veces), conocía a casi toda la tripulación (lo que era aún más raro), el avión tenía zonas de descanso para los auxiliares de vuelo (dormité allí la mitad del tiempo), y los pasajeros durmieron durante todo el vuelo. Al llegar, me di cuenta del truco: por la mañana, mientras me preparaba para el trabajo, me puse la ropa interior al revés. ¡Magia!
- Sobre las cuatro de la mañana, en pleno vuelo, el pasajero número 1 quiso ir al baño. No fue fácil llegar: el pasajero número 2 estaba sentado al lado del pasillo, durmiendo. El hombre ideó un gran plan: primero se volvió de cara hacia la parte trasera del avión, luego puso las manos en el respaldo de su asiento y se colocó de pie sobre los reposabrazos. Después, pasó de sus reposabrazos a los del pasajero número 2, que en ese preciso momento se despertó. Sorprendido, el pasajero número 2 se levantó de un salto y se golpeó la cabeza contra la entrepierna del pasajero número 1, antes de empujar al pobre hombre por el pasillo en estado de shock. Todos los pasajeros de primera clase ya estaban despiertos y riendo. © Robbie Robinson / Quora
- Mi hija (de 3,5 años) y yo íbamos en avión a un país lejano. Era un vuelo de 14 horas. Nos acomodamos en los asientos, el avión despegó, comimos, vimos una caricatura. La llevé de paseo por el avión. Volvimos a los asientos, la pequeña puso su cabeza en mi regazo y se quedó dormida. La arropé con mi suéter y me quedé dormido también. Me desperté de una manera poco habitual: abrí los ojos y vi que mi hija ya no estaba. Giré la cabeza y la vi venir: con un vaso de jugo en una mano y una asistente de vuelo de la otra. Esta traviesa se las arregló para despertarse, trepar por encima de mí para que no me despertara, caminar hasta la zona de las azafatas del otro lado del avión y decirles una de las pocas frases en inglés que conoce: “Give me juice, please” (“Dame jugo, por favor”). Se la habíamos enseñado por si acaso. Me imagino la sorpresa de los auxiliares de vuelo en ese momento. Me dijo: “Papá, ¿y si tenías sed cuando te despertaras?”. Qué atenta.
- Serví el desayuno en un vuelo nocturno. Muchos pasajeros estaban dormidos. Por lo general, si puedo bajar la mesa sin su ayuda, simplemente dejo la bandeja sobre ella. De lo contrario, tengo que ir de un lado a otro, esperando a que los pasajeros empiecen a despertarse. En fin, estaba recogiendo bandejas vacías cuando uno de los pasajeros me pidió su desayuno. Lo había dejado en la mesa frente a él, pero el hombre que estaba sentado a su lado se lo comió. ¡Se comió su propio desayuno y el de su vecino! Me quedé sin palabras. © Myriam Frafar / Quora
- Durante el vuelo, tuvimos una emergencia médica. Mientras yo estaba ocupada llamando a los médicos, una pasajera me agarró el uniforme para llamar mi atención. Me volví hacia ella, pensando que tal vez fuera doctora. Pero no. Resultó que quería pedir un refresco, porque nos habíamos saltado la fila donde estaba sentada. © ShinyCupcake / Reddit
- Una vez, durante el embarque, respondí al saludo de las azafatas y les pregunté cómo estaban. Sin pensárselo dos veces, me contestaron: “¡Un placer tenerte a bordo!”. Todos quedamos en incómodo silencio. © RRozbox / Twitter
- Mi hermana trabajaba como asistente de vuelo. Me habló de un pasajero en primera clase que no paraba de exigir algo hasta que, por fin, se quedó dormido. Al cabo de un rato, se despertó y le pidió a mi hermana que le trajera un periódico nuevo. Lo hizo, pero el hombre empezó a quejarse de que el periódico era de ayer, mientras que él necesitaba uno de hoy. “Señor, hemos estado volando durante 16 horas y no hemos parado para recoger los periódicos recién imprimidos”. © somewhat_random / Reddit
- Iba con mi hija de un año en clase business. El vuelo comenzó con normalidad. Jugué con mi pequeña y luego cenamos. Las luces se apagaron y todos trataron de descansar. Pero mi hija se negó a dormirse. La azafata de vuelo se ofreció a llevar a mi pequeña por el pasillo para que yo pudiera dormir. Sorprendido, le contesté que eso podría tomar varias horas. Me dijo que no era un problema: ella y sus compañeras se turnarían para jugar con la niña. Ocho horas después, me desperté y vi a mi hija durmiendo profundamente en una cuna a mi lado. Probablemente, haya sido mi mejor noche de sueño en todo el primer año de ser padre. © Mike Evans / Quora
- Soy azafata. En el vuelo de hoy, una joven estuvo llorando durante un buen rato. Se me agotó la paciencia, me acerqué y le pregunté qué le había pasado. Me dijo que tenía una cita importante justo en el aeropuerto, pero había olvidado en casa su bolso con maquillaje. Tenía un aspecto que asustaba: con los ojos hinchados y el rostro rojo por haber llorado tanto. Mis colegas y yo nos compadecimos de ella y la maquillamos como en uno de estos programas donde transforman a las personas con la ayuda del peinado y los cosméticos. Como regalo, también le hicimos una hermosa trenza.
- Una vez, iba a bordo de un avión en un asiento delante de dos niños: un hermano de unos 7 años y una hermana de unos 5. Los dos ya estaban muy alterados, por lo que su padre decidió calmar a su hijo dándole... una armónica. ¡Una armónica! ¡En un avión lleno de gente! ¡A un niño de 7 años! El chico, por supuesto, no sabía tocarla en absoluto, por lo que esta armónica producía sonidos diabólicos. Al oír esta “música”, su hermana se puso a cantar con el mismo ímpetu. La armónica y la voz de la niña creaban una disonancia horrible. Menos mal que la azafata les quitó el instrumento al pasar unos cinco minutos.
Cuando viajas en avión esperas sentarte, leer, comer algo, ir al baño de vez en cuando y quizá echar una cabezada, pero no esperas encontrarte con dramas más propios de una telenovela. Mirándolo por el lado bueno, el entretenimiento no falta, eso sí, los asistentes de vuelo deben de tener rincones para meditar y respirar muy, muy hondo.