Lamentablemente, el tiempo avanza implacablemente, y ya en la vida adulta, a menudo recordamos con nostalgia los días escolares. Algunos añoran esos tiempos despreocupados, otros sueñan con volver a sentarse en un pupitre al menos una vez más, y a muchos los invaden recuerdos de sus compañeros de clase.
- Un amigo mío una vez se enfureció tanto que salió corriendo tras nosotros hasta el baño, tratando de parecer rudo, convencido de que uno de nosotros estaba escondido en una cabina. Gritó: “¡Te veo!”, y abrió la puerta de una patada. Pero dentro estaba el maestro. El profesor, imperturbable, respondió: “Yo también te veo, ahora cierra la puerta”. Nunca olvidaré ese momento. © justsupersayinit / Reddit
- En la escuela secundaria, la profesora de biología tenía una especial antipatía hacia nuestro compañero Raúl y solía decir: “Nunca he tenido un alumno tan inútil”. Llegó el día de la graduación y todos pronunciaron un pequeño discurso. Cuando le tocó a Raúl, tomó el micrófono y dijo: “Esto es para Olga”. Comenzó a desabrocharse la camisa, y todos se quedaron atónitos. Debajo llevaba una camiseta con el retrato de la profesora y la leyenda “Mi maestra favorita”. Después de su actuación, ella admitió que nunca olvidaría a ese alumno, pero esta vez con una sonrisa amable.
- En una ocasión, la puerta del aula se atascó y el profesor no pudo abrirla. Finalmente, se rindió y fue a buscar ayuda. Mientras él no estaba, un compañero decidió intentar abrirla por la fuerza. Se excedió un poco y terminó atravesando la puerta, creando un agujero en ella. Pero al final, la puerta también se abrió. Poco después, el profesor regresó, guardó silencio por un momento y luego dijo: “Gracias, claro, por la ayuda. Pero necesito saber a quién agradecer en particular”. Nadie se delató, aunque todo era evidente, ya que solo uno de nosotros tenía astillas de madera en el cabello. © Isotheis / Reddit
- Desde niña, siempre tuve un busto grande. En noveno grado ya tenía una talla considerable, de lo cual me sentía muy orgullosa. Como era de esperar, en las clases de educación física no faltaban los comentarios. Pero un día, mientras los compañeros se burlaban de mí de nuevo, un chico que siempre había sido muy callado se interpuso y dijo: “Laura, aguanta un poco más, que cuando nos casemos, no dejaré que nadie se ría de ti. Todos te tendrán envidia”. Después de la escuela, nunca me propuso matrimonio, pero en ese momento me sentí increíblemente agradecida de que alguien saliera en mi defensa.
- Una compañera sobresaliente solía humillarme por mis dificultades con el inglés. Mejoré mucho en la universidad y aprendí otros idiomas. Ahora trabajo en una gran empresa, y un día, esta misma compañera vino a una entrevista de trabajo conmigo. Decidí conversar con ella únicamente en inglés. Cuando pasamos al alemán y al francés, idiomas que ella afirmaba dominar en su currículum, se puso roja como un tomate, porque en realidad no tenía ni un nivel básico, ni siquiera en inglés.
- Un compañero de clase, cuando teníamos 12 años, le desabrochó a mi amiga el brasier durante la clase. Ella no empezó a montar un drama, sino que simplemente le dijo: “Entonces sabes desabrocharlo. ¿Pero y abrocharlo? Si no lo consigues antes de que acabe la clase, me compras dos pizzas y dos pasteles en el comedor”. Al final, no lo consiguió. Este “macho” no volvió a arriesgarse más. © yoongi__oppa_ / Twitter
- La tecnología llegó al punto en que, una vez, mi compañero de clase con mejores calificaciones hacía una transmisión en vivo durante un examen para que no lo molestáramos cada cinco minutos y pudiéramos copiarlo con calma. Aquí está el futuro. © HeIIoSidney96 / Twitter
- Una vez, un compañero de clase en la bibliografía de su trabajo de fin de curso, simplemente, se apuntó A SÍ MISMO © twibbley / Twitter
- Mi amigo estadounidense, de 27 años de edad, puso en su Facebook que por fin había terminado sus estudios y consiguió un trabajo como abogado. Mi excompañera de clase, de 27 años, divorciada y con 2 hijos, escribe en su cuenta que, a su edad, ya es demasiado tarde para intentar cambiar de profesión y tener aficiones estúpidas y costosas.. © JustLuiren / Twitter
- Recuerdo que se me acercó un compañero de clase con un bolso de Louis Vuitton y me dijo: “Este bolso cuesta más que todo lo que te pusistes encima”. Y yo le dije: “Pusiste”. © clvr_ / Twitter
- Un día, en una reunión de la clase, vino un compañero, se quitó el abrigo y, debajo, llevaba la bata de andar por casa. En respuesta al asombro de la maestra, él dijo: “Pero si usted misma dijo que el uniforme no era obligatorio” © PomidorWatsona / Twitter
- Un día, mi compañero de clase, que medía casi dos metros de altura, se agachó y exclamó: “¿Es así como ustedes ven el mundo?” © mrrr_liz / Twitter
- enía siete años. Un día, mi amiga y yo íbamos a casa después de la escuela, y esta me preguntó:
— Y tú, ¿a quién amas?
— No lo sé, ¿y a quién amas tú?
— Amo a Víctor.
— Entonces, yo también amo a Víctor.
(Y este era uno de los chicos inteligentes que escribía con una letra bonita).
— ¡No, yo amo a Víctor! Mejor ama a Sergio.
(Y Sergio también era un chico inteligente con una hermosa letra).
— ¡Vale!
Al día siguiente, cuando llegué a la escuela, toda la clase ya sabía que yo amaba a Sergio. Y así, otros tres años, se reían de que lo “amaba” - Todos tenemos una compañera de clase o una conocida que aprendió a hacer la manicura y en todas sus redes sociales solo publica uñas: uñas así, uñas asá, uñas con pedrería, uñas con un degradado. Conozco a una así y le doy Me gusta a todas sus publicaciones porque ella es muy aplicada y las manicuras que hace son realmente geniales. © _vanswan / Twitter
- Mi amigo Jorge era un nerd y usaba lentes. Nadie lo molestaba porque yo era un matón y podía repeler a casi cualquier estudiante en la escuela. Entonces, teníamos unos 16 años. Hubo competencias de fútbol entre centros educativos. Yo estaba en el campo, Jorge en las graderías con los aficionados. Quise darle al balón, pero acabé golpeando las piernas del delantero rival. Antes de que yo me levantara, alguien me propinó una patada en la oreja. Perdí la conciencia por un momento y me desperté porque alguien se me cayó encima. Cuando levanté la cabeza, pude ver como un chico con lentes acababa con tres rivales, uno tras otro caía al césped. Me di cuenta de que este chico era Jorge. Decir que me sorprendió no es nada. Más tarde, resultó que mi amigo había sido entrenado por su tío boxeador: este dijo que tarde o temprano su sobrino tendría que valerse por sí mismo con sus puños y no solo libros. Así que le resultó esto útil para defender a un compañero de clase.
- En mi infancia, recuerdo que obligaba a rellenar cuestionarios a todas las niñas que no lograron escapar de mí: teníamos ocho años, una compañera de clase rebelde, para mi sorpresa, contestó cuidadosamente todas las preguntas y en la parte dedicada al dibujo libre, pintó una perra con un vestido y un gato con un sombrero y una descripción: "MATRIMONIO DE CONVENIENCIA". © fellvein / Twitter
- Teníamos 15-16 años. En clase de Literatura nos asignaron la tarea de decir la frase que nuestra madre decía con mayor frecuencia. Mi compañero de clase número 1: "Te quiero". Mi compañero de clase número 2: "Eres el mejor". Mi amigo: "Deja de llamarme mami". © Shcherbinskayas / Twitter
A algunos les costaban las materias de humanidades en la escuela, mientras que a otros se les dificultaban las ciencias. Sin embargo, todos tienen recuerdos de su época escolar que son tan memorables como el primer maestro.
Ten en cuenta: este artículo se actualizó en junio de 2024 para corregir el material de respaldo y las inexactitudes fácticas.