Tu escoba, trapo y hasta plumero tienen sus lugares favoritos, pero hay rincones de tu casa que no han visitado en años. Mientras te concentras en lo visible como el piso, la mesa de la cocina y el baño, hay zonas olvidadas que acumulan polvo, grasa y bacterias sin que lo notes. En este artículo te mostramos lugares que probablemente no limpias tan seguido como deberías (y cómo hacerlo sin morir en el intento). Prepárate para descubrir a dónde va la suciedad cuando nadie la ve. ¡Adivina cuáles son!
¿Por qué pasamos por alto algunas zonas de la casa al momento de limpiar?
La parte superior de puertas, cuadros y armarios suelen pasarse por alto porque están fuera del campo visual y no parecen sucios a simple vista. Acumulan polvo que puede caer poco a poco sobre el resto del ambiente.
Consejo: Pasa un paño seco o un plumero extensible una vez por semana mientras haces otras tareas de altura, como limpiar ventiladores o persianas, así no lo olvidas. También puedes usar agua caliente con jabón, siempre secando al final para no malograr el material.
Muchas veces retiramos la bolsa del tacho con basura y damos por terminada la tarea, olvidando que el exterior también se ensucia con salpicaduras, restos de comida o incluso manos sucias. Con el tiempo, esto puede generar malos olores o atraer insectos.
Consejo: Limpiarlo por fuera con una mezcla de agua y vinagre blanco en partes iguales o desinfectante al menos una vez por semana, sobre todo en la tapa.
Debajo de los muebles se acumulan pelusas, polvo, pelos de mascota y objetos olvidados, pero como están fuera de vista, rara vez pensamos en limpiar ahí. Además, mover muebles pesados da flojera o requiere ayuda, por eso esa zona se vuelve tierra de nadie.
Consejo: Usar una aspiradora robot es excelente para el mantenimiento frecuente. Como complemento, una mopa plana con mango largo o una aspiradora con boquilla delgada sirve para llegar a las esquinas donde el robot no alcanza.
Entre los cojines del sofá se esconden migas, cabellos, polvo e incluso monedas, pero como no siempre se ven, es fácil olvidarse de limpiar esa zona. Además, si los cojines no son removibles, da pereza meter la mano o una herramienta entre ellos.
Consejo: Aspirar entre los cojines una vez por semana usando una boquilla estrecha y, voltear los cojines de vez en cuando para sacudirlos y airearlos.
Persianas y cortinas suelen pasarse por alto porque no parecen “sucias” a simple vista, pero acumulan polvo, ácaros y grasa del ambiente, especialmente en cocinas o cerca de ventanas abiertas. Al estar hechas de tela o materiales delicados, muchas veces evitamos limpiarlas por miedo a estropearlas.
Consejo: Aspirar las cortinas con el cepillo suave de la aspiradora o sacudirlas al aire libre una vez por semana, y lavarlas cada tres o seis meses según el material. Las persianas se pueden limpiar con un paño húmedo o guantes de microfibra dedo por dedo para atrapar mejor el polvo.
El teclado y ratón o trackpad con el tiempo, pueden acumular bacterias, polvo, migas y grasa de las manos, especialmente en los espacios entre las teclas. ¡El área de tu computadora puede tener más bacterias que un inodoro o WC!
Consejo: Usar aire comprimido para eliminar el polvo entre las teclas, y luego pasar un paño suave ligeramente humedecido con un desinfectante isopropílico (al 70% o más) para desinfectar tanto el teclado como el mouse. También puedes usar un hisopo con alcohol para limpiar los bordes de las teclas o las zonas difíciles sin dañar los componentes.
El equipamiento de ejercicio, como mancuernas, bandas elásticas o colchonetas, suele olvidarse porque se asume que como uno mismo lo usa, no está “sucio”. Pero el sudor, el polvo y los residuos del ambiente se acumulan fácilmente, convirtiéndolo en un foco de bacterias si no se limpia con regularidad.
Consejo: Pasar una toallita desinfectante después de cada uso no te quitará mucho tiempo, especialmente en las zonas que tocas con las manos o apoyas sobre el suelo.
8. Costados y debajo del refrigerador, cocina y lavadora
Los costados y la parte inferior del refrigerador, la cocina y la lavadora acumulan polvo, grasa, pelusas y restos de comida, pero al estar ocultos, rara vez se limpian.
Consejo: Mover los electrodomésticos con cuidado una vez al mes y pasar la aspiradora o un trapo húmedo con desengrasante en esas zonas difíciles. Si no puedes moverlos, coloca un paño de microfibra en el extremo del palo, escoba o elemento de tamaño similar.
El control remoto del televisor o de los videojuegos son de los objetos más tocados del hogar, pero rara vez se limpian. Entre los botones se acumulan polvo, grasa y gérmenes que pasan de mano en mano sin que lo notemos. ¡Pueden tener 20 veces más bacterias que un inodoro!
Consejo: pasar un paño con desinfectante isopropílico seguido y usar un hisopo para limpiar entre los botones sin dañar los circuitos.
Detrás del inodoro es una zona incómoda y difícil de alcanzar, por eso muchas veces se pasa por alto. Sin embargo, ahí se acumulan polvo, humedad y salpicaduras que pueden generar mal olor o moho con el tiempo.
Consejo: un cepillo de mango largo o una mopa delgada con desinfectante para llegar sin esfuerzo, al menos una vez por semana.
Los interruptores de luz se tocan todos los días, pero rara vez se limpian porque no parecen sucios a simple vista. Sin embargo, acumulan grasa de los dedos, polvo y bacterias con facilidad.
Consejo: Limpiarlos una vez a la semana con un paño suave humedecido con isopropílico, teniendo cuidado de no dejar que el líquido entre en el mecanismo.
Las manijas de puertas están en constante contacto con las manos, pero al ser tan pequeñas y parte del mobiliario cotidiano, muchas veces se olvidan en la rutina de limpieza. Esto las convierte en uno de los puntos con más acumulación de bacterias en el hogar.
Consejo: pasarles un paño desinfectante con regularidad, especialmente en épocas de resfriados o si hay muchas personas en casa.
Las alfombras de baño y las de la entrada acumulan humedad, polvo, pelos y suciedad de los zapatos, pero como están en el suelo y las vemos todos los días, a veces pasamos por alto lo sucias que pueden estar. Esto las convierte en un foco silencioso de bacterias, moho y malos olores.
Consejo: Sacudirlas al aire libre con regularidad y lavarlas en la lavadora (si el material lo permite) al menos una vez por semana, especialmente la del baño.
Los ventiladores de techo y las lámparas colgantes suelen acumular una capa de polvo impresionante porque casi nunca los miramos de cerca y puede dispersarse por toda la habitación sin que lo notes.
Consejo: Un buen tip es usar una funda de almohada vieja para limpiar las aspas del ventilador: la metes sobre cada aspa y tiras suavemente, atrapando el polvo sin que caiga al suelo. Para las lámparas, un plumero electrostático con mango largo te ayuda a llegar sin subirte a nada.
Las paredes acumulan más polvo del que imaginas, especialmente cerca de interruptores, esquinas y detrás de los muebles. Como no “se ven sucias”, solemos olvidarlas o solo lo hacemos cuando algo visualmente disruptivo la ensucia.
Consejo: aparte de desinfectarlas cada tanto, usa esponjas “mágicas” de melamina humedecidas con un poco de agua para quitar no solo esa suciedad difícil de ver a simple vista, sino para quitar adhesivos, marcas de crayones e incluso marcadores. Son tan eficientes que no necesitarás otros productos.
¿Qué otras cosas la gente se olvida más de limpiar? Estos usuarios nos lo cuentan:
Ahora que sabes cuántos rincones de tu casa estaban pidiendo auxilio en silencio, ¿vas a seguir barriendo solo lo que ves o te animas a convertirte en detective de la mugre escondida? Nunca es tarde para empezar, tu casa te lo agradecerá. ¿Qué lugar de tu casa limpiarás primero ahora que sabes dónde buscar?