16 Errores en el manejo de los electrodomésticos que acortan considerablemente su vida útil

Consejos
hace 9 meses

Parece que no hace falta ser científico para utilizar correctamente los electrodomésticos. Leemos el manual, si es la primera vez que lo manejamos el electrodoméstico, y nos concentramos en la limpieza y el orden. Pero estamos tan acostumbrados a tener estos ayudantes tecnológicos del hogar que, sencillamente, no les prestamos la debida atención. Por eso, acabamos teniendo que llamar a un técnico, lo que nos cuesta mucho dinero. O simplemente no nos quedamos satisfechos con el resultado final.

1. No vaciar el depósito de agua de la plancha después de cada uso

Si cuidas bien tu plancha, puedes prolongar considerablemente su vida útil. Para ello, basta con seguir algunas reglas sencillas que a menudo olvidamos. En primer lugar, es conveniente utilizar agua destilada: esto evitará la formación de cal. En segundo lugar, y esto es algo que la mayoría de nosotros no hacemos, conviene vaciar el depósito de agua de la plancha después de cada uso. Así se secará y no se formará óxido en ella.

2. No vaciar el depósito de la plancha vertical

Es necesario vaciar el depósito de agua después de cada uso del aparato. Escurre el agua restante y vierte un poco de agua fresca. A continuación, agita suavemente el vaporizador para eliminar los restos de cal y vacíalo de nuevo. Dejar líquido en el depósito puede provocar la aparición de moho en el interior.

3. Usar papel de aluminio en el horno

Aunque solíamos pensar que forrar el fondo del horno con papel de aluminio era la forma perfecta de protegerlo y no tener que limpiarlo después de cada uso, en realidad puede ser peligroso. El papel de aluminio no solo refleja el calor, lo que hace que los alimentos se sobrecalienten, sino que también puede hacer que se quemen los elementos calefactores del interior del propio aparato. La lámina restringe el calor y el flujo de aire, por lo que incluso puede derretirse en la parte inferior del horno. Por lo tanto, es mejor simplemente limpiar el fondo y las paredes con un paño húmedo después de que el horno se haya enfriado.

4. No descalcificar la cafetera

La cafetera, como cualquier aparato de cocina, también necesita cuidados constantes. Independientemente de la marca y el modelo, la máquina necesita una limpieza cada dos meses. Es necesario eliminar la cal, el aceite y los restos de café. En regiones con agua dura, es aún más importante seguir esta regla.

Si descuidas la limpieza, no solo puedes dañar la cafetera, sino también estropear el sabor del propio café. Puedes elegir cualquier remedio disponible: ácido cítrico, vinagre blanco, descalcificador comprado en la tienda. Es importante recordar que el vinagre y el ácido cítrico deben diluirse con agua en la proporción indicada en la etiqueta.

5. Abrir la puerta del microondas mientras funciona

Aunque la mayoría de los hornos microondas tienen un botón de stop, a menudo no lo utilizamos. En su lugar, simplemente abrimos la puerta mientras el horno está funcionando, y esto puede ser extremadamente perjudicial para el electrodoméstico. Abrir constantemente el microondas mientras está en marcha provocará una avería prematura del aparato. Después de todo, esta simple acción interrumpe el circuito de alimentación e impide que todo el sistema funcione correctamente.

6. Colocar recipientes de comida demasiado pesados para calentarlos

Este es otro de los fallos más comunes a la hora de utilizar un microondas. Pocas personas leen las instrucciones de este electrodoméstico y conocen el peso máximo permitido que se puede introducir en su interior. Pero sí, hay un límite, y sobrepasarlo puede causar problemas.

7. No limpiar el robot de cocina inmediatamente después de usarlo

Si tiene un robot de cocina, un exprimidor o una batidora de mano, sabrás lo difícil que puede resultar limpiarlos. Sin embargo, dejar estos electrodomésticos sin lavar después de usarlos, aunque sea por poco tiempo, es una mala idea, ya que los alimentos pueden quedarse atascados en lugares de difícil acceso.

Con el tiempo, esto puede dañar los mecanismos de la batidora y desafilar las cuchillas, convirtiéndola en un caldo de cultivo para las bacterias. Una vez que hayas terminado, simplemente sumerge el bol del aparato en agua tibia. También puedes utilizar un cepillo de dientes viejo para limpiar las zonas de difícil acceso.

8. Sacudir la tostadora para eliminar las migas

Las migas se acumulan inevitablemente en el interior de la tostadora después de cada uso. Un exceso de migas no solo afecta a la eficacia del aparato, sino que también puede provocar un incendio. Por lo tanto, debes desenchufar la tostadora y retirar el pan sobrante cada vez. Y no olvides retirar la placa deslizante, donde se acumulan la mayoría de los residuos.

Un error común es simplemente poner el aparato boca abajo y sacudirlo violentamente. Esto solo empeora las cosas, ya que las migas pueden quedarse pegadas en los elementos calefactores. La mejor forma de limpiar la tostadora es hacerlo en 2 fases: dejar que se enfríe, darle la vuelta suavemente, sacudirla ligeramente para que caigan la mayoría de las migas y, a continuación, tomar un cepillo y quitar los residuos del interior.

9. No ajustar la configuración de la tostadora

Este es otro error común que comete la mayoría de la gente al hacer tostadas. Al cabo de poco tiempo, pulsamos el botón de cancelación solo para ver cómo avanza el proceso y las rebanadas de pan salen del aparato. Por supuesto, las tostadas aún no están listas, así que volvemos a pulsar la palanca para darles algo más de tiempo y simplemente nos olvidamos de ellas. Para cuando el segundo ciclo llega a su conclusión natural, las tostadas están quemadas.

La mejor manera de evitar este escenario es aprender los ajustes de la tostadora, utilizarlos correctamente y dejar que haga su trabajo en paz.

10. No cambiar los filtros del extractor en el momento adecuado

A menudo nos olvidamos de sustituir a tiempo los filtros de la campana extractora. Están diseñados para absorber el exceso de vapor y evitar que la grasa y las partículas de comida obstruyan la abertura de ventilación, son esenciales para mantener la cocina limpia y libre de olores desagradables.

Dependiendo del modelo de aparato y de la frecuencia de uso, se debe sustituir el filtro cada 6-8 meses. Cuanta más grasa y calor reciba la campana, más a menudo deberá cambiarse el filtro.

11. Colocar en la nevera los alimentos que no se hayan enfriado del todo

Por supuesto, casi nadie mete, por ejemplo, un guiso recién hecho en la nevera. Pero muchos de nosotros metemos en el refrigerador alimentos que aún no se han enfriado del todo. Esto provoca un aumento de la temperatura en el interior del aparato, lo que ocasiona un elevado gasto energético. Así que, con esta acción, podemos aumentar poco a poco la factura de la luz. Además, los alimentos calientes pueden elevar la temperatura del interior de la nevera, lo que tendrá un efecto negativo en los alimentos que ya están allí y en el funcionamiento del propio electrodoméstico.

12. Aclarar los platos antes de meterlos en el lavavajillas

Muchos usuarios cometen una serie de errores con el lavavajillas. Un error de principiante es enjuagar primero los platos sucios bajo el grifo y luego meterlos en el lavavajillas. En realidad, las marcas de comida en los platos son el principal objetivo de este ayudante de cocina.

La mayoría de los lavavajillas tienen sensores que detectan el grado de suciedad de los platos y seleccionan la fuerza adecuada del chorro de agua. Así que si aclaras la vajilla de antemano, todo el trabajo del lavavajillas se dirigirá a los propios platos y vasos, lo que puede dañarlos.

13. No usar el abrillantador

El lavavajillas tiene un compartimento para el abrillantador. Pero la mayoría de nosotros no nos molestamos en utilizarlo y nos limitamos con usar solo el detergente. Pero los ingredientes del abrillantador están diseñados para reducir la tensión superficial del agua. De este modo, el agua permanece menos tiempo en la vajilla y, por tanto, queda menos manchas al secarse.

Así que ignorar este paso puede tener un efecto notable en la calidad del lavado y el aspecto de la vajilla. Las manchas pueden aparecer porque el agua permanece demasiado tiempo en cada pieza, lo que se nota especialmente en la vajilla fina y en la cristalería cara y de alta calidad.

14. Poner el lavavajillas a media carga

En un lavavajillas, el producto de limpieza cubre todo el espacio interior. Si el aparato solo está parcialmente lleno, el detergente acabará en las paredes de la máquina. Esto también es malo para el medio ambiente, ya que se utiliza la misma cantidad de agua para lavar tanto si el lavavajillas está completamente lleno, como si está a medio carga. Por lo tanto, esperar a que esté llena ahorra agua y electricidad.

15. No limpiar el filtro del secador de pelo

Todos los secadores de pelo tienen un filtro que protege el cabello de la resistencia interior y evita que entre polvo en el aparato. Cuando la rejilla de ventilación está sucia, el aire no puede entrar y el secador se sobrecalienta.

Es muy fácil de limpiar. Desenchufa el cable, retira el filtro de la rejilla de ventilación, enjuágalo bajo el agua para eliminar la suciedad, sécalo con un paño y vuelve a colocarlo. Dependiendo de la frecuencia de uso, el filtro debe limpiarse de una vez a la semana a cada tres semanas.

16. Colocar el purificador de aire en el lugar equivocado

La mayoría de las veces colocamos el aparato contra la pared o incluso en una esquina, porque muchos purificadores de aire no tienen un aspecto demasiado bonito y pueden no encajar con el diseño general de la habitación, y algunos también son bastante macizos.

De hecho, este aparato debería instalarse lejos de las paredes, mientras que los purificadores de forma cilíndrica deberían instalarse lo más cerca posible del centro de la habitación. La razón es muy sencilla: para que un purificador funcione a pleno rendimiento, necesita espacio para aspirar y esparcir el aire.

Bono: Cómo ahorrar energía

Comprobado por experiencia personal del autor de este artículo: si siempre desenchufamos los electrodomésticos cuando no los usamos, la factura de la luz a final de mes será un poco menor. Rara vez desenchufamos el microondas, la tostadora y otros pequeños aparatos de cocina.

A primera vista parece difícil hacerlo después de cada uso, pero en realidad es bastante fácil convertir esta regla en un hábito. O bien, puedes utilizar protectores contra sobretensiones, y entonces solo es cuestión de pulsar un botón.

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