16 Historias con un giro inesperado que pueden cautivar más que una serie de HBO

hace 2 años

La mayoría de las veces, nuestras vidas no son como en las películas o los libros. Los protagonistas de este artículo siempre recordarán diálogos imprevisibles con médicos o vecinos, secretos hilarantes de sus familiares o comportamientos de sus mascotas que hacen que nos quedemos boquiabiertos.

En Genial.guru nos reímos de algunas historias cuyo desenlace es tan inesperado como el final de El sexto sentido.

  • Una vez fui a la casa de un pariente lejano. Él, al verme en el umbral, cerró la puerta de la sala de estar y la bloqueó con su propio cuerpo. Esto me resultó intrigante. “¿Qué pasa?”, pregunté. “¿No te vas a reír?”. Juré que no lo haría. Abrió la puerta y había un árbol de Navidad decorado (era mayo). “¡Uf!”, dije, “pensé que te habías conseguido una enamorada, pero solo es un árbol de Navidad”. © Elizaveta Mochalkina / Genial.guru
  • Salíamos de casa con mi hija cuando nos encontramos con nuestro vecino. Él vino directamente hacia mí:
    —¿Por qué le gritas así a tu hija? Es solo una niña pequeña.
    —No le grito, vivimos en paz.
    Y le dije a mi hija:
    —Vamos, Sofía, todavía tenemos que ir a buscar a mamá.
    El vecino quedó perplejo:
    —¿Qué quieres decir con “Sofía”? Creía que se llamaba Alexa.
    Resultó que me había oído gritarle al altavoz inteligente cuando no respondía: “¡Alexa, cállate! ¡Alexa, apágate ya!”. © Suvatel / Pikabu
  • Fue un día muy ajetreado: me contrataron para un nuevo trabajo con un buen sueldo, apareció un interesante trabajo de medio tiempo y además me estaba preparando para el cumpleaños de mi hijo. De repente me sentí mal... Llamé a una ambulancia con síntomas de “estar a punto de desmayarme, dolores en el pecho, falta de aire”. Diagnóstico del médico: nerviosismo provocado por la alegría. Me dio un calmante y se fue. ¡Vaya que estaba contenta! © Neta199128 / Pikabu
  • Una vez nos fuimos de viaje todo el fin de semana con mi novio. Condujimos durante 2 o 3 horas y entonces me di cuenta de que había llegado mi periodo. Mientras nos registrábamos en el hotel, me entró el pánico. Me sentí terriblemente incómoda. En la habitación, le conté a mi novio cuál era el problema. Para mi sorpresa, sonrió y me preparó un baño caliente para que se me pasara el dolor. Cuando salí de allí, me encontré con que mientras tanto había ido a la tienda a comprarme tampones, toallas femeninas y chocolate. Resultó que había crecido con 3 hermanas mayores. ¡Por cierto, ahora estamos casados! © Delicious_Log_4130 / Reddit
  • Un día miré por la ventana y vi que se acercaba un jeep negro. Tres hombres grandes salieron de él y se dirigieron a mi puerta. Empecé a temblar, estaba sola en casa. Corrí a cerrar la puerta, de repente uno de ellos me vio, llamó a la ventana y me saludó. Así que reuní toda mi valentía, abrí la puerta y ellos me saludaron. Asentí con la cabeza. Uno de ellos se adelantó y dijo: “Veo que tienes unas ventanas en mal estado. Ofrecemos ventanas...”. © Habitación n° 6 / VK
  • Una mañana iba conduciendo hacia el trabajo y un hombre manejaba delante de mí sin encender los intermitentes ni una sola vez. El coche parecía nuevo, y el hombre al volante tenía muchas ganas de exprimirlo al máximo. En uno de los semáforos me puse a la par de él, le hice un gesto para que bajara la ventanilla y le pregunté cuánto valía su coche. El hombre me dijo con orgullo una cifra muy importante.
    —¿Por qué compraste un coche con problemas?
    —¿Qué quieres decir?
    —No le funciona ninguna de las luces de giro.
    Mientras él intentaba encontrar una respuesta, el semáforo se puso en verde y me fui. © Konstrucktor / Pikabu
  • El médico le aconsejó a mi marido que camine al menos 1000 pasos al día. Mi hijo nos regaló a mi marido y a mí una pulsera de fitness a cada uno. Al principio caminábamos juntos, pero luego cada uno elegía la ruta que le resultaba más cómoda. Un día mi marido volvió de un paseo y quiso presumir de lo mucho que había caminado, pero se dio cuenta de que no llevaba el reloj en la muñeca. Salió en su búsqueda. 10 minutos después sonó el timbre de la puerta. Allí estaba un chico que había visto muchas veces en el parque con mi marido: “Su marido se olvidó este reloj”. Resultó que todos los días le daba la pulsera de fitness al chico que corría, mientras él se sentaba en la banca a charlar con sus amigos. © Vijaya Lakshmi / Quora
  • El otorrinolaringólogo de turno le recetó unas gotas a mi hijo de 2 años para tratar la otitis media. Una semana más tarde, en el mismo consultorio, otro otorrinolaringólogo de guardia dijo: “Estas gotas no sirven para nada” y le recetó otras gotas. Unos días después, un tercer otorrinolaringólogo de la misma clínica volvió a recetar las primeras gotas. “¿Cómo es esto?”, pregunté. El experimentado médico pensó durante 40 segundos y dijo: “Bueno, sí, es una profesión creativa”. © ether174 / Pikabu
  • A una conocida le estaban haciendo una radiografía. Se desnudó y entró en la cabina de la máquina. El médico dijo por el micrófono:
    —Pon la cadena en tu boca.
    Miró a su alrededor, ¡no había ninguna cadena! El médico, aún más insistente:
    —¡Pon la cadena en tu boca!
    Ella lo miraba fijamente, no lo entendía. Y se imaginaba en su cabeza una cadena como la de la tina, para tapar el desagüe. Y entonces el médico salió de su cubículo y le metió entre los dientes la cadena que colgaba de su cuello. ¡Eso era lo que él quería! © Chokoladniy kravasan / Genial.guru
  • Compré una cómoda de segunda mano para mi dormitorio. Para ventilarla, saqué todos los cajones. Había un gran sobre pegado en el fondo de uno de ellos. Ya estaba anticipando algo mágico. Del sobre cayeron un montón de fotos familiares de los años 50... ¡Fotos de mi familia! Hacía más de 40 años que no las veía. ¿Cómo acabó la cómoda en una tienda de antigüedades a 2000 km de donde crecí, y qué posibilidades tenía de comprarla? Es un misterio que nunca podré resolver. © Judith Jones / Quora
  • A mi gatita le encanta robarme bolígrafos. Tiene muchos juguetes, pero el bolígrafo es el objeto más deseado, y más aún si es robado. El otro día volví a convencerme de la increíble inteligencia y astucia de la gata. Se subió a mi escritorio y empezó a mover un bolígrafo con la pata. Con severidad le dije: “¡No toques mi bolígrafo con tus patas!”. Ella, con cara de no hay problema, agarró el bolígrafo con los dientes y huyó con él. Y no pude decir nada. © Anastomus / Genial.guru
  • Vivimos en una casa particular. Nos regalaron un perro para la inauguración de la casa. Resultó ser un terrible cobarde. Su casita estaba cerca del portón, y cuando escuchaba la cerradura, se escondía y se asomaba mirando con un ojo. Si era alguien de la familia, salía alegremente moviendo la cola, pero si era un extraño, se escondía para siempre... Después de un tiempo, nuestros amigos nos preguntaron cómo estaba su regalo. “Genial, pero necesitamos otro perro”. “¿Por qué?”. “¡Para proteger a este!”. © Oídoporahí / VK

¿Qué situaciones épicas te sucedieron a ti o a tus seres queridos?

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