17 Lectores de Genial contaron las historias detrás de la experiencia de tener su primer carro y fueron mejores que muchas películas

Historias
hace 2 años

Comprar un auto es el sueño de muchas personas y puede convertirse en una verdadera proeza. Les pedimos a nuestros lectores que nos contaran las historias detrás de su primer coche. Entre ellas hubo casos divertidos, conmovedores y hasta peligrosos, y reunimos para ti las anécdotas más destacadas.

  • Año 2007, el segundo día de comprarlo lo dejé olvidado en mi trabajo porque no me acordé de que ya tenía un auto. Llegué a mi casa y mi madre me dijo: “Hijo, ¿¿¿y el coche???”. Hasta el día de hoy se ríen de mí en casa. © Jose Cañate / Facebook
  • Fue un “fitito” color blanco, de 1967. Creo que lo compré en el 86 u 87, así que ya tenía sus 20 añitos y bueno... se le notaban. Pagué 500 USD, que me habían tocado en un plan de ahorro que hacíamos en el trabajo. Cuando lo fuimos a buscar con mi papá, manejó él porque yo no tenía mucha práctica. ¡En el primer semáforo se le desprendió el asiento del piso! ¡¡Estaba completamente podrido!! Un día, volviendo con un amigo de la universidad, se prendió fuego parte del tapizado por un cortocircuito. Y así, ¡una vez por semana iba al mecánico! En resumen, lo compré por 500 USD, le puse otros 500 USD en arreglos, lo vendí a los dos meses por 500 USD y, para el colmo, a la semana de que lo vendiera, vino el comprador a decirme que se lo habían robado. © Gustavo Mario Echeverría / Facebook
  • Estaba tan, pero tan feliz, que saliendo de la agencia (literal, a dos metros) me caí en una enorme cloaca y tuvieron que sacar el auto con grúa y cambiarle no sé cuántas cosas... La flecha se salvó, por suerte. © Karina Anderson / Facebook
  • Yo tenía moto, pero mi papi siempre decía que eso era peligroso, me parece escucharlo: “M’ija, en una moto el chasis es usted, todos los días veo accidentes y siempre con motos... Cámbiela, le vendo el Sprint”. Y así, en medio de la insistencia, me vendió su coche modelo, su más preciado vehículo... Se lo pagué en 5 o 6 cuotas. Hoy mi padre no está, pero ese auto lo conservo aún y estará conmigo mucho tiempo porque tal vez lo único que sé con certeza es que él quería que lo tuviera... Y a donde vaya ese vehículo, lleva consigo a mi padre... © Yeni Robayo / Facebook

“El primero y el actual”

  • Fue un Super Bee usado, y cuando llegué a la agencia con la mitad de su costo y pedí me fiaran el resto, el gerente me dijo: “No confío en las mujeres para darles crédito, que venga su esposo”. Y le dije: “Mmm, no da un peso para medio litro de leche...”. Y luego me lo autorizó. © Martha O Ochoa / Facebook
  • ¡Mi historia es genial! Teníamos un Peugeot muy elegante y nos separamos en 1987. Él se llevó el auto. Mi jefe consideró que eso era feo y me dijo: “Róbalo”. Llamé a la secretaria de mi esposo y le dije que necesitaba el coche. Me respondió que fuera, y que lo devolviera a las 17:30. Fui a un cerrajero de autos, hice que le cambiarán la cerradura y me fui a mi casa. A las 19:00 recibí varias llamadas, mi ex hasta me dijo que estaba denunciada por robo. Asustada, llamé a una amiga abogada y me dijo: “Entre cónyuges no hay robo”. Usé el auto hasta que compré un Toyota 2.0. Vendí su Peugeot muy barato e hice que él, mi ex, fuera a la notaría y recibiera el dinero© Maria Ismenia Fajardo / Facebook
  • El primer auto de mi hermano fue un Renault 4L, modelo 66. El de ese año solo traía una caja de 3 cambios. Años después, al venderlo, ¡el mecánico que lo probaba empezó a cambiar de primera a segunda, a tercera y a cuarta! ¡¡¡Le habían cambiado la caja de cambios!!! Y yo probando llegar a 100 en tercera. Viajes de vacaciones parando para que no recalentara, subidas, bajadas, cargados hasta el techo, ¡qué auto! © Gabriel Fonseca / Facebook
  • Fui a la escuela de manejo, pasé las pruebas teóricas y prácticas, compré un auto y lo tuve aparcado 3 meses en el garaje porque tenía miedo de manejar. Hasta que un día, una de mis amigas pasó en su coche y me gritó: “Inútil, debería darte vergüenza, tener auto y no sacarlo a la calle”. ¡Y ahí empezó todo! © Ney Hernández / Facebook
  • Fue en una avenida donde quedaba la concesionaria. Al salir, noté que me había olvidado mi mochila. Salí y dejé la puerta abierta, como en mi pueblo. ¡Un autobús me arrancó la puerta! © Mary Franco / Facebook
  • Un Renault 12. Aprendiendo a manejar, sacándolo marcha atrás, lo choqué en el paredón de mi vecino. Pero aprendí a manejar. © Carla Vanina Santana / Facebook

“R4. Modelo 77. Verde aceituna”

  • Compré mi primer auto en el 2008. Había ahorrado como por un año y había encontrado una ganga: pagué 900 USD por un Stratus 1995. Primero le arreglé los frenos, luego le hice un cambio de aceite, y por fin pude usarlo. El día que lo saqué para ir al trabajo, lo robaron de donde lo había estacionado. Después supe que los que me lo vendieron tenían fama de robar los autos que vendían. En 2019, mi esposo y yo compramos un hermoso VW Jetta en una agencia. © Rebeca Gonzalez Ibarra / Facebook
  • Yo compré mi autito con mis ahorros en una subasta de coches. No pude revisar el auto antes de comprarlo, ¡y era de transmisión manual! Yo no sabía manejar con transmisión manual, pero recuerdo a mi padre que me dijo: “¿Y cuál es el problema? En 4 horas vas a aprender, ¡porque yo te voy a enseñar!”. ¡¡Y sí aprendí!! ¡Gracias, papá! Te mando flores hasta el cielo. © Judith Andana / Facebook
  • Lo compré a los 20 años y no sabía manejar. Lo usaban todos menos yo hasta que hablé con un mecánico amigo y un viernes aprendí a manejar en 2 horas, y el domingo lo choqué y me agarró la policía porque no me habían enseñado a dar marcha atrás y poder escapar. © Kitita Alba / Facebook
  • En el 2010, acompañé a mi hermana a una agencia porque quería comprar un auto usado. Después de ver los coches, le pregunté al agente que nos había atendido si no había vacantes de vendedor y me dijo que sí. Al otro día, fui a la agencia bien vestido, me hicieron una entrevista y logré ingresar como asesor de autos usados. Después de 3 meses de trabajo, logré juntar el dinero para comprarme mi primer auto y fue un Chevy 2004 color rojo de dos puertas. Estaba feliz por mi auto. Al otro día me levanté emocionado para ir a trabajar y me di cuenta de que las cuatro llantas estaban para llorar, tan lisas que si un mosquito las picaba, se pincharían. Cuando salí de casa, resultó que las cuatro llantas estaban pinchadas. Me tuve que ir en autobús ese día, llegué tarde y me regresaron a mi casa. © Mucio Cerva / Facebook
  • Un Hudson Terraplane de 1938, pagué 100 USD, estaba en un gallinero y tardé como 1 año en ponerlo en funcionamiento. Pero fue toda una felicidad tenerlo y disfrutarlo (tenía 19 años). © Juan Kowalczuk / Facebook
  • Me prometí que cuando llegara a mis 30 años de trabajo como maestra, y ahorrando todo ese tiempo, me compraría un auto nuevo de último modelo, y así lo hice. Mis hijos ya habían terminado sus carreras universitarias. Lo compré de contado y me sentí muy satisfecha. © Prieta Gallardo / Facebook
  • A los 18 años, me fui a California, EE. UU., a trabajar y estudiar. A los tres meses compré un Datsun por 200 USD. En él me iba con 3 amigas a los salones de baile, prendía a empujón, las puertas no abrían, había que entrar por las ventanas, siempre teníamos que esperar a que se fueran todos del estacionamiento para empujar y correr a entrar por las ventanas con minifaldas, y se les caían los zapatos a mis amigas, yo llevaba a todas. No bebía, pero me divertía. © Mónica Vital Sánz / Facebook

¿Ya tienes o tuviste tu primer auto? ¿Qué coche era y cómo lo conseguiste? ¿Y qué le pasó después?

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