17 Veces en las que ir al súper terminó en una aventura millonaria

Historias
Hace 1 semana

Cada vez que vamos al supermercado, parece que nos espera una sorpresa: no solo desconocemos cuánto gastaremos, sino también qué tipo de drama o comedia se desplegará ante nosotros mientras hacemos nuestras compras.

  • Entré al supermercado después del trabajo para comprar pan. Me acerco a la sección y veo a una señora mayor examinando una barra de pan. En cuanto me ve, me dice: “Hijo, ¿me puedes ver la fecha? ¿Está fresco?”. Le reviso la fecha y le digo que fue empaquetado hoy. A lo que ella responde: “¡Qué bien! Es que mis gallinas solo comen pan fresco”. En ese momento, olvidé completamente a qué había ido al supermercado.
  • El otro día estaba en una tienda de ropa escogiendo algunas prendas y fui al probador. Me metí en una cabina libre y comencé a cambiarme. De repente, vi algo moverse por el suelo: era una pequeña mano de niña, sosteniendo una cucharilla de calzado, mientras escuchaba cómo la niña empezaba a quejarse de que llevaban demasiado tiempo en la tienda. La madre, desesperada, le dice: “¡No te portes así! ¿Qué te dijo papá?”. A lo que la niña responde rápidamente: “¡Que no hay que gastar tanto en ropa!”.
  • Me puse triste cuando cerraron el supermercado cerca de mi casa. Salgo de trabajar a las 9 pm, y siempre llegaba justo antes de que cerraran. Finalmente, abrieron otro en la misma calle. Fui por primera vez después del trabajo y empecé a ver productos. Noté que los empleados no parecían muy amigables: los vendedores apenas respondían, el guardia me seguía de cerca y la cajera casi pone los ojos en blanco cuando, en la caja, recordé que necesitaba comida para gatos y fui a buscarla. Al salir, vi que el horario de cierre era a las 10:00 pm, y yo había entrado a las 9:57 pm. No volví en un mes, esperando que para entonces me hubieran olvidado.
  • Una vez fui a una zapatería a buscar tacones. Un empleado me ayudó a elegir un modelo y fuimos a la caja. Me pidió mi número de teléfono para registrarme en el programa de puntos. Salí contenta con mi compra, pero al cabo de una hora recibí un mensaje invitándome al cine. De inmediato supe que era el mismo empleado. Me enfadó que usara mi número con fines personales. Me quejé en la administración, pero ahora temo que lo despidan o le pase algo. © bvde85 / Reddit
  • Ayer fui al supermercado con mi bebé de 4 meses. En un momento necesitó un cambio de pañal, así que me dirigí al baño. Usé la primera cabina disponible y todo el proceso me tomó unos 3-4 minutos. Al salir, una mujer se me acercó para decirme en tono grosero que no tenía derecho a usar esa cabina con un bebé, ya que era para personas con discapacidades. Le conté esto a una amiga y también me dijo que no estaba bien lo que hice. © Littlesadsloth / Reddit
  • Entré a comprar un abrigo. Después de trabajar 36 horas seguidas, no tenía la mejor apariencia. Apenas entré, la vendedora me soltó: “Aquí todo cuesta más de 600 dólares. ¿Está segura de que puede pagarlo?”. Por fastidiarla, escogí un abrigo caro y lo pagué en efectivo. La vendedora, con una sonrisa, me entregó la bolsa, pero entonces le dije: “Quiero devolverlo”. Hizo el trámite, pero ahora me siento como una malvada.
  • Estaba en la caja y con toda confianza entregué mi tarjeta de descuentos. La cajera me miró y dijo: “Esta tarjeta no es nuestra”. Le respondí: “¿Y entonces de quién es?”. Fue ahí cuando me di cuenta de mi error: la tarjeta era de otra tienda. © mils_dove / X
  • Estaba haciendo fila en la caja del supermercado y la cajera le dice al hombre delante de mí: “Le corresponde un queso holandés con su compra a precio promocional. Pero ya no queda, se han llevado todos”.
  • Una vez vi a una madre con su hijo pequeño en la tienda. El niño estaba haciendo un berrinche monumental. Se notaba en el rostro de la madre que intentaba ignorar el mal comportamiento de su hijo, probablemente ya acostumbrada a esas escenas. Pero entonces, un hombre mayor se acercó, miró al niño y con voz firme le dijo: “¡Ya basta!”. El niño se quedó callado al instante, completamente atónito. © Hunter Kepon / Quora
  • Tengo 40 años. Hoy estaba en el supermercado comprando alimentos y de repente me crucé con un hombre de unos 50 años. Estaba distraído y me rozó por accidente. Rápidamente, se dio la vuelta y me dijo: “Ay, disculpa, niña”. En ese momento algo en mi cerebro hizo clic, y respondí: “No pasa nada, niño”. El hombre me miró con una cara de incredulidad, como si lo hubiera ofendido. © Mental_Detective / Reddit
  • Fui testigo de un incidente en el estacionamiento de una tienda. Una señora golpeó accidentalmente el auto de otra mujer, aparcó y se fue de compras sin decir nada. La segunda mujer se enfureció y decidió hacer lo mismo: golpeó el auto de la primera y también se fue de compras. Al final, ambas se encontraron dentro de la tienda y comenzaron a discutir en medio de todo el mundo. ¡Qué escándalo! © qqwrz / Reddit
  • Cuando tenía 6 años, fui con mi mamá al supermercado. Estábamos haciendo fila en la caja cuando ella me pidió que esperara mientras iba a buscar algo. Pasó una hora entera. ¡Ya habían devuelto todos nuestros productos a las estanterías! Al final, mamá volvió. Resulta que había ido a ver ropa en el segundo piso y acabó distrayéndose en una peluquería... ¡hasta se cortó el pelo! Han pasado 20 años y sigo sin poder creerlo.
  • Hace poco fui al supermercado y vi a una familia con dos hijos. El niño no paraba de pedir cosas y llorar, pero no le hacían caso. Cuando llegaron a la caja, noté que mientras los padres estaban distraídos, la niña comenzó rápidamente a abrir varios Kinder Sorpresa de la estantería y a metérselos en la boca. Obviamente, les tocó pagarlos.
  • Estaba en la sección de carnes del supermercado, queriendo comprar jamón. La vendedora estaba cortando el jamón en una tabla, pero no me prestaba atención. De repente, la tabla se le cayó al suelo con todos los trozos encima. Lo que más me sorprendió fue que, sin inmutarse, recogió todo y lo volvió a poner en el mostrador. Después de eso, decidí no comprar nada. © Stephen Fletcher / Quora
  • En la caja, vi a una madre pasarle una sandía a su hijo de 7 años. El niño la dejó caer al instante, pero en lugar de gritarle, la mamá le dijo tranquilamente: “Mira qué bien la has partido en dos mitades”. Luego pagaron y se fueron, cada uno con una mitad de sandía. Cuando iban saliendo, el niño le gritó al papá, que estaba en el coche: “¡Mira cómo partí la sandía!”.
  • Estaba en la fila para pagar y escuché a alguien hablando con voz dulce, como si estuviera acariciando a un perrito. Me di la vuelta para ver al perro... y resulta que era una mujer con una iguana en brazos. ¡Sí, estaba meciendo a una iguana enorme en pleno supermercado! © Kelley Bielewicz / Quora
  • Frente al supermercado, una abuela me pidió ayuda. No tenía suficiente dinero para comprar comida para su gato, así que le di algo de dinero. Después entré a una farmacia cercana y al salir decidí pasar de nuevo por el supermercado. En la caja, vi a la misma abuela comprando un montón de chocolates, pero ni rastro del alimento para gatos. Le dije: “Los gatos no comen chocolate”. Se sonrojó, agarró sus compras y salió corriendo.

Prácticamente todos los días vamos a tiendas: algunos entran solo por pan y salen con bolsas llenas de productos. Otros, en cambio, vuelven a casa con una historia tan increíble, que bien podría servir para un programa de televisión.

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