18 Historias curiosas sobre citas inesperadas en Internet

Los sitios de citas pueden parecer al usuario poco experimentado un enorme escaparate donde se muestran fotos de posibles parejas. Basta con elegir a una persona simpática con intereses similares para vivir un romance. Pero en realidad, todo resulta no ser tan sencillo. Y las historias de este artículo son una confirmación directa de ello.

• Una amiga entró en una web de citas y se encontró con un hombre que había colgado fotos con una casa grande y bonita y un coche cool de fondo. ¡Pero esa es mi casa! Este bicho raro la estuvo remodelando. © Overheard / Ideer
• He quedado con una mujer de internet después del trabajo. Espero media hora en el centro comercial, pero no aparece. Me escribe: “Me han retrasado en el trabajo, ya salgo”. Y el trabajo está a la vuelta de la esquina. Pasa otra media hora: no aparece. Me dice: “Estoy en camino”. Media hora más tarde: aún no está. “Voy a subir por la escalera mecánica”. Espero de nuevo. Ella dice: “Estoy teniendo un problema”. ¿En la escalera mecánica? Ella nunca apareció. Tuve tiempo de comer mientras esperaba. © Paratrupers / Pikabu
• Hace unos años, me comuniqué con un hombre a través de un sitio de citas: nos conocimos y nos gustamos. En la siguiente cita decidimos sentarnos en su casa y comprar comida en el supermercado más cercano. Fuimos a la caja, esperamos nuestro turno y mantuvimos una agradable charla. Me adelanté para ayudar a meter la compra en las bolsas, y el hombre se paró frente a la cajera, buscando una tarjeta de descuento. Entonces le dijeron el importe y empezó a buscar frenéticamente su cartera, que hacía unos segundos tenía en la mano. Yo ya había metido la compra en bolsas y le dije que buscara en otros bolsillos, miramos alrededor, pero su cartera no estaba.
  Entonces levanta las bolsas que están al lado de la caja registradora, descubre su cartera y empieza a gritar a toda la tienda: “¡¿Por qué escondes mi cartera, ladrona?! Que alguien llame a la policía!”. Yo me escandalicé, la cajera se escandalizó, los demás clientes me miraron con desprecio. De todos modos, empecé a gritarle que la había puesto él mismo y que no tenía nada que decirme. Por primera vez en mi vida experimenté una desgracia semejante, que nadie puede desear. © Overheard / Ideer

• Ayer tuve una cita con una chica, nos conocimos por internet. Tiene más de 30 años, nacida y criada en una familia completa, estudios secundarios, sin hijos, nunca se casó, vive con su mamá, delgada, tiene una sonrisa de oreja a oreja, habla entre dientes, prácticamente sin abrir la boca, con los labios pintados de escarlata y rayas feroces en los ojos. Cuando le pregunté de dónde era, me dijo: “Si una es guapa, no es de por aquí, ¿verdad?”.
  Anda con un viejo móvil de botones, no tiene dinero en la cuenta, entra en la web a través de la computadora de una amiga en la casa vecina. Le pregunto por qué no trabaja. Respuesta: “Lo he intentado, un par de meses aquí y allá. Es duro, quita energía y el sueldo es ridículo, ahora he decidido volcar todas las fuerzas en la búsqueda de marido, cada noche pienso, sueño, directamente veo como tendremos una casa grande, muchos hijos, invitados”.
  Deberíais haber visto cómo reprendía con confianza al mesero por su lentitud, cómo me sondeaba para pedirme dinero y no dudaba en la primera cita en pedirme que le comprara un teléfono “bueno”. Durante la comunicación me paraba a menudo, pidiéndome que le explicara el significado de ciertas palabras, yo tenía que buscar sinónimos. Después de unas horas de diálogo estaba lista para ir a la boda. Me pregunto: ¿ya me caso con ella? ¿O sigo mirando? © SLavrS / Pikabu
• ¿Saben por qué dejé de tener citas online? Tenía un perfil muy detallado en el sitio, pero cuando recibía un mensaje de una pareja potencial, normalmente era “hola”. Y la verdad, para qué molestarse. Miraba los perfiles de los chicos, les enviaba mensajes adaptados a sus intereses y recibía respuestas de una sola palabra. ¿Tengo que llevar toda la conversación a cuestas? Casi 2 años esperando algo y realmente acabé quemada. © thisismyusrrname / Reddit
• Una noche, me entraron unas ganas locas de comerme una hamburguesa. Me daba pereza ir a por una. Entré en una web de citas y me lancé a por un chico. Quedé con él con la condición de que me invitara a una hamburguesa. Miro por la ventana y está allí con una bolsa en la mano. Me río y le digo: “Quiero tirar mi trenza por la ventana de mi torre”. Con esas palabras, tiro una cinta de bolsas de basura, sosteniendo un extremo en la mano. Continúo: “Ahora ata bien la caja con la bolsa”. Él obedece. Y así subo la hamburguesa caliente hasta mi ventana. En un minuto ya estoy masticando mi “pedido” en la oscuridad, y el chico confundido se va a casa sin nada. No continuamos nuestra conversación, pero él no se ofendió. Y no me arrepiento, enseguida me escribió que quería salir a pasear a escondidas de su novia. © Overheard / Ideer

• Yo también he tenido citas de un sitio web. La primera vez fue con un chico que había conocido antes. Fui al parque a dar un paseo y decidí tirar al arco en una galería de tiro, fingí que era novata porque hacía mucho que no tiraba, las chicas empezaron a explicarme lo que tenía que hacer, y entonces se acercó un chico y les dijo: “Qué no lo ven, sabe hacer de todo, miren cómo se coloca”. Ese fue al que luego conocí en la web de citas. Y el segundo me llevaba a dar un paseo por el parque, o simplemente íbamos a dar una vuelta en el coche, y en el último encuentro me hizo la jugada de que no le habían pagado su deuda, y no sabía qué hacer. Me compadecí de él y me acompañó a casa. Por la mañana me llamó y me pidió dinero prestado. ¿Y yo qué? Yo misma le pedí dinero prestado y me quejé de la falta del mismo. © malynche / ADME
• Conocí a un chico en Internet. Charlamos, decidimos quedar. Y en honor del encuentro me regaló... No, no flores, sino un pato. ¡Un trozo de pato asado! Recordó que yo nunca lo había comido. Eso es lo que yo llamo bondad. © Overheard / VK
• Desde muy joven soñaba con que me escribieran una declaración de amor en la acera, pero nunca ocurrió. Siempre estaba sola o caía en enamoramientos no correspondidos. Así que conocí a un hombre de la India por Internet y tuvimos un romance virtual. Tengo 29 años, mi sueño romántico ya estaba olvidado. Y entonces me envía una foto, en la arena y en inglés pone: “Te quiero, Nina”. Y nunca le hablé de mi sueño de juventud. © Overheard / Ideer
• Conocí a mi esposa en un chat en 1996. En aquel momento nos pareció tan extraño que nos inventamos la historia de que nos habíamos conocido en un local de ocio. Nos daba mucha vergüenza habernos conocido por Internet. © uiplanner / Reddit
• Soy una mujer de 40+ años. Me gustó un chico guapo en una página de citas. Empezamos a hablar. Me pidió una foto de cuerpo entero. Hacía mucho que no me hacía una de ese tipo. Encontré una vieja, se la envié y escribí: “Esta soy yo hace 10 años”. Y entonces esta encantadora criatura me envía una foto de sí mismo... de hace 20 años con un sonajero en las manos. Y me dice: “Mira qué guapo era hace 20 años”. ¡Touché! Dice: “Si me interesaran las chicas de 20 años, buscaría a ellas”. Bueno, cada uno tiene sus manías... El tipo de hombres que me atrae es un encantador, con sentido del humor y sin importar la edad. El tipo que le engancha a él es una señora mayor. Ya veremos adónde llegamos. © WWW.LENINGRAD / Pikabu

• Escribí a una chica en un sitio de citas, hablé con ella durante una semana y quedamos en vernos. Elegimos un café y una hora, y acordamos que yo la recogería en taxi. Antes de salir de casa escribí en messenger que me iba. De camino la llamé para darle una idea de cuándo estaría en su puerta, pero no contestó al teléfono. Tampoco leyó mis mensajes, aunque estaba conectada.
  Llegué, la llamé, no me contestó, esperé unos 10 minutos y volví. En casa descubrí que me había incluido en su “lista negra” y había escrito: “No eres un hombre, un hombre de verdad habría esperado”. No me hubiera importado esperar, pero hay que avisarla o contestar al teléfono. Algo bueno, no empecé una comunicación con una persona así, pero al mismo tiempo algo incómodo. © zergstyleRMyb / Pikabu
• Me chocó darme cuenta de que para algunas personas es aceptable salir con varias personas sin decírselo al resto. Imagínate que le pides una cita a una mujer, lo planeas todo para que los dos pasen una noche estupenda y justo después se va a conocer a otro hombre. Creo que las citas por Internet no son para quienes buscan una relación seria. © Prestigious_Hat1794 / Reddit
• Escribí a una persona. No conseguí verla: trabaja mucho, se hace las uñas en casa. Pasó un año y volví a encontrarme con ella. Me escribe: “Quizá sea el destino. Deberíamos vernos”. Me entusiasmé y concerté una cita en el parque cercano a donde vive. Me tomé un día libre en el trabajo, me cepillé las plumas y me apresuré a reunirme con ella. La espero. Algo largo va: la llamo y le digo, estoy esperando unos cuarenta minutos. Y ella: “Oh, eres tú, es que tengo una clienta aquí. Acércate a mi ventana, al menos te veo”. Me quedé de piedra. Le contesté: “Ya no hace falta”. © dim4ka / Pikabu

• Rompí con un chico con el que llevaba saliendo dos años, planeando una familia y un futuro juntos. No coincidimos y rompimos. Para no volver por las noches a los mocosos recuerdos, decidí distraerme y entré en un popular sitio de citas, solo por diversión. Lo primero que vi allí fue el perfil de mi recién exnovio. Se notaba que acababa de crearlo. En seguida nos dimos “me gusta”, empezamos a comunicarnos y pensé: “¡¿Es el destino?!”. Nos juntamos antes de tener la oportunidad de conocer a nadie más. © Overheard / Ideer
• Me acordé de un hombre. Me escribió en las redes sociales y me propuso que chateáramos. Yo no tenía a nadie en ese momento, así que decidí, ¿por qué no? Se presentó como médico, mostró sentido del humor y propuso que quedáramos. Acordamos que me recogería después del trabajo.
  Así que salgo y él está sentado en el coche. De buenas a primeras se ofrece a llevarme. La cosa se pone un poco tensa. Le digo en broma que las chicas decentes en la primera cita no se sientan en el coche, mejor vamos a pasear en el parque, el tiempo es tan bueno. Entonces, él a regañadientes baja de su coche, y resulta que en la foto era otra persona (con el pelo, unos 5 años más joven y mucho más delgado). Vale, le daremos otra oportunidad. Y luego otro pinchazo: resulta que no es médico, sino camillero, todas sus aficiones son los coches y el boxeo. Criticó mis aficiones: en su opinión, una mujer adulta no debe leer mucho y sobre todo jugar a videojuegos, porque distrae del trabajo en casa.
  En fin, salí corriendo, horrorizada. Por la mañana leí un mensaje suyo en el que me ofrecía una relación por pura lástima, porque nadie más me necesita, y si me niego a quedar, tengo que pagarle la gasolina. Le bloqueé por si acaso. © Miranda Bush / ADME
• Quedé con él después del trabajo en un centro comercial. Llegué un poco antes de lo previsto, le escribí que estaba en el sitio y que daría una vuelta por las tiendas. Me contestó: “Vale, puedo llegar tarde 30 minutos, lo siento”. Ya estaba cansada de mirar ropa, cuando me llamó: “Lo siento, hay un coche, tengo miedo de que se lo lleven, si no voy a casa ahora mismo a por el dinero, luego a por el coche”.
  De acuerdo, quedamos para mañana. No me gustó, pero las cosas suceden. Casi llegó a casa, ya que vivo fuera de la ciudad, cuando me llamó y dijo que ya estaba libre y podía acercarse adónde yo le dijera. Le dije que no quería ir a la ciudad otra vez, estaba cansada y era un poco tarde.
  En fin, quedamos en vernos al día siguiente, pero en otro centro comercial, más cerca de mí. La historia se repitió, pero con un motivo diferente. Decidí que esto ya no es maduro y que no necesito semejante “hockey”. © Dr G / Pikabu
• Nuestra primera cita iba a ser hace unas semanas. Entonces llovía y el chico pidió cambiar la cita. Quedamos para otro día. Volvió a llover y cambiamos la cita otra vez. Estoy harta de esto. Mi amiga ya se está riendo: “¿Este tipo es de papel?”. En cierto modo entiendo que no le guste el mal tiempo, pero me siento un poco mal. © Horror-Background-79 / Reddit