19 Historias que demuestran que la vida familiar no es una dulce telenovela, sino una verdadera comedia de situaciones

Muchos objetos que usamos a diario parecen inofensivos, pero rara vez nos detenemos a pensar en los riesgos que pueden representar para nuestra salud. Desde utensilios de cocina hasta dispositivos electrónicos, muchos de ellos acumulan bacterias, contienen químicos tóxicos o pueden causar accidentes. La falta de limpieza, el uso inadecuado o simplemente el desconocimiento los convierten en amenazas invisibles. A continuación, descubre los 20 objetos más comunes y sus riesgos ocultos.
Las latas de bebidas pueden estar almacenadas en condiciones poco higiénicas, exponiéndose a insectos, roedores y bacterias. Además, la cantidad de personas que tocan estos productos sin lavarse las manos, inclusive después de ir al baño, es enorme. Evita beber directamente de la lata sin limpiarla, pues puede aumentar el riesgo de enfermedades. Es mejor desinfectarla o beber de un vaso.
Escuchar música puede ser contraproducente, pero debido al uso de audífonos. Estos pueden acumular bacterias y hongos si no se limpian regularmente. Usarlos por largos periodos sin limpieza puede incluso provocar infecciones en los oídos. Y es que unos audífonos pueden contener el doble de bacterias que un inodoro. ¡Eww!
Las almohadas pueden albergar ácaros, bacterias y hongos, lo que puede desencadenar alergias y problemas respiratorios. Si no se lavan regularmente, se convierten en un criadero de microorganismos. No solo basta con lavar la funda cada semana, también es necesario lavar la almohada en sí, pues tienden a acumular sudor y aceites corporales. Lávalas con limón y bicarbonato de sodio o en la lavadora, una o dos veces al año, así también ayudarás a que duren más tiempo.
Las llaves son de los objetos más sucios que tocamos a diario, acumulando más bacterias que un inodoro, y rara vez las desinfectamos. Al usarlas y luego tocarnos la cara, se puede facilitar la transmisión de gérmenes. Lo mismo ocurre con los celulares: aunque la pantalla se limpia con más frecuencia, la carcasa suele pasarse por alto. Las carcasas de cuero son aún más problemáticas, ya que pueden absorber humedad y desarrollar moho. Para reducir el riesgo, se recomienda optar por carcasas de plástico o silicona, que son más resistentes a químicos desinfectantes.
Usar lentes de contacto requiere mucho cuidado, ya que una higiene inadecuada puede causar infecciones oculares graves, como la queratitis. Dormir con ellos, no cambiarlos a tiempo, no limpiarlos correctamente o descuidar la higiene de su estuche y la solución multipropósito aumenta el riesgo de bacterias y daños en la córnea que puede terminar en ceguera. Para proteger tu salud visual, sigue siempre las indicaciones de tu médico, mantén una rutina de limpieza rigurosa y deséchalos según su tiempo de vida útil.
Los contenedores de plástico forman parte de nuestro día a día, sobre todo porque se usan para almacenar alimentos. Lamentablemente, no son totalmente inertes y filtran diversos niveles de metales y sustancias químicas como el BPA y ftalatos a los alimentos que almacenan, especialmente si se someten a temperaturas elevadas. Calentarlas en microondas acelera la liberación de sustancias tóxicas. Lo mejor que podemos hacer es dejar de usar plástico y empezar a usar contenedores de vidrio. No solo ayudamos al planeta, sino también a nuestra salud.
Todas las tostadoras son un peligro potencial de incendio porque exponen a los panes a un calor intenso. Las migas acumuladas en el fondo pueden provocar incendios si no se limpian regularmente. Además, hay que tener cuidado especial si hay niños en casa, pues estos pueden introducir sus manos o algún cubierto, y ser electrocutados. Por precaución, no hay que dejar desatendida la tostadora cuando está en uso y cambiarla al primer signo preocupante.
No es recomendable usar joyas de bisutería, pues pueden contener plomo, cadmio y níquel, metales pesados dañinos para la piel y el organismo. Una larga exposición al cadmio puede crear problemas renales, mientras que otros metales pueden causar reacciones alérgicas y dermatitis. El riesgo es mayor en niños, que pueden llevarse estas joyas a la boca, ingiriendo así sustancias peligrosas.
Las esponjas de cocina son uno de los objetos más contaminados del hogar, acumulando bacterias como E. coli y Salmonella por hasta 16 días. Incluso si no las usas directamente para lavar carne o vegetales, las salpicaduras de agua pueden transferir gérmenes a la esponja. Así, cuando uno cree que está lavando sus platos, en realidad está esparciendo bacterias en ellos. Su uso prolongado sin desinfección puede propagar gérmenes a la vajilla y alimentos. De hecho, se recomienda cambiarlas cada semana.
Los cepillos de dientes almacenan bacterias y hongos si no se limpian y secan correctamente. Dejarlos cerca del inodoro aumenta el riesgo de contaminación con partículas en el aire. Los investigadores han descubierto que un cepillo de dientes destapado puede albergar más de 100 millones de bacterias, entre ellas la bacteria E. coli, que puede causar diarrea, y estafilococos, causantes de infecciones cutáneas. De preferencia, cepíllate los dientes en otro lugar alejado del inodoro.
Las tapas y boquillas de tazas y botellas reutilizables pueden acumular bacterias y moho si no se limpian bien. Estas tienen recovecos, grietas y piezas desmontables que a menudo se pasan por alto. No basta lavar solo la zona donde se almacena la bebida. Todas esas zonas pueden albergar bacterias y moho si no se limpian adecuadamente. Además, dejar residuos de café o jugo sin lavar por mucho tiempo crea un ambiente ideal para hongos.
El plástico negro en los utensilios puede contener niveles de sustancias químicas tóxicas, como retardantes de llama, que pueden filtrarse a los alimentos durante la cocción. Y son cancerígenos. Sin embargo, el plástico de cualquier color, especialmente con el calor, puede filtrar sustancias químicas potencialmente nocivas o pequeñas partículas de plástico en los alimentos. Lo recomendable es invertir en buenos utensilios de acero inoxidable, que además durarán toda una vida.
Los botones y superficies de las máquinas expendedoras rara vez se desinfectan y pueden acumular bacterias. Pero, este no es el único peligro, existen casos de accidentes por intentar inclinarlas para recuperar productos atascados e incluso electrocutación.
La humedad constante favorece la proliferación de moho y bacterias, que en personas inmunodeprimidas aumenta el riesgo de infección. Además, pueden contener materia fecal que llega como partículas cuando jalamos del inodoro. Debemos limpiarlas con regularidad o cambiarlas por puertas de vidrio templado.
Las tablas de cortar pueden convertirse en un foco de bacterias, ya que las ranuras y cortes en su superficie pueden atrapar gérmenes si no se desinfectan adecuadamente. Las de madera son aún más problemáticas, su porosidad facilita la acumulación de humedad y microorganismos. Además, usar la misma tabla para carne y vegetales aumenta el riesgo de contaminación cruzada, lo que puede provocar intoxicaciones alimentarias. Lo ideal es tener tablas separadas para cada tipo de alimento y desinfectarlas regularmente, o usar una de vidrio.
Aunque lucen inofensivos, los juguetes de goma que usan los niños pequeños en el baño, pueden retener agua en su interior y generar moho que, por estar dentro, no se ven a simple vista. Los niños pueden estar expuestos a bacterias peligrosas al jugar con ellos y metérselos a la boca. Es especialmente peligroso en niños con alergia al moho o el sistema inmune comprometido. Lo más recomendable es limpiarlos con lejía, evitar su uso, o cambiarlos por otro tipo de juguete, pues además, el material con que están hechos puede ser tóxico.
Las manijas de las puertas y botones de elevador son puntos de alto contacto donde se pueden encontrar virus y bacterias. Tocarlos y luego llevarse las manos a la cara puede propagar enfermedades. Ten especial cuidado con las puertas de los baños públicos, trata de abrir la puerta con el codo o usar papel, de igual manera, en el caso de los elevadores. Además, te recomendamos llevar siempre contigo un desinfectante para manos.
Cuando se lavan los autos, por lo general, se ignora la limpieza del cinturón de seguridad, a pesar de que es un objeto que se toca con mucha frecuencia. Estos pueden acumular bacterias, restos de comida y sudor, convirtiéndose en un foco de contaminación. De hecho, pueden contener más bacterias que la manija de una puerta, especialmente en taxis y vehículos de transporte público, donde miles de personas los utilizan a diario sin desinfectarlos.
Si no lavas tus bolsas reutilizables del súper con frecuencia, pueden acumular bacterias de los alimentos frescos. Algunas bacterias nocivas como la Listeria monocytogenes y la Salmonella pueden sobrevivir en las bolsas reutilizables, independientemente del material, hasta 21 días, si están contaminadas. Además, pueden ser un foco de contaminación cruzada si se usan para transportar carne cruda y vegetales sin protección. Por lo tanto, aparte del lavado, es recomendable utilizar diferentes bolsas para las carnes, frutas y vegetales, abarrotes, productos de limpieza, etc.
Identificar los peligros ocultos en objetos cotidianos y tomar medidas preventivas puede marcar la diferencia en nuestra seguridad y bienestar. Con pequeños cambios en nuestros hábitos, podríamos reducir riesgos innecesarios. ¿Cuál te sorprendió más?