Wooow las patitas del gato!
20+ Historias que serán como una inspiración de aire fresco para todos los que están cansados de las malas noticias
Las cosas buenas suceden cuando no las esperas y salen de la nada, como si el mundo de repente decidiera recordarte que puede ser un lugar muy amigable y te sonriera a su manera. Tal vez sea un transeúnte aleatorio que te devuelve la billetera que se ha caído de tu bolsillo, un conductor que te lleva gratis a algún lugar, o puede suceder que tú mismo te conviertas en un salvavidas para alguien.
Genial.guru sabe que, cuando tu alma se siente vacía y no te quedan fuerzas, no hay mejor medicina que historias que demuestran que el bien vive en cada uno de nosotros.
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Llegué hasta la ventanilla de una cafetería, extendí una tarjeta de crédito y me dijeron:
—El cliente anterior ya ha pagado por usted. Dijo que le gustaría hacer algo agradable por una persona al azar.
—Entonces yo pago por el próximo en la fila.
Me fui y pensé: qué raro, es básicamente lo mismo, gasté dinero en un café, pero es doblemente agradable porque recibí un café gratis, e hice algo bueno por alguien más. © umorist / Pikabu -
Hay un estanque cerca de mi casa, y hace poco allí apareció un pequeño patito. Completamente solo. Una pequeña y esponjosa pelota. Por la noche, el patito intentó dormir en una ramita que flotaba en el agua, pero al quedarse dormido, se caía constantemente. Y en la orilla no era seguro para él. Mi esposo y yo pensamos un poco y le construimos un lugar más cómodo y seguro para dormir. © tatianos / Pikabu
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Mi hija menor nació prematuramente, tenía problemas de salud. Tuve que dejar mi trabajo para cuidarla. Vivíamos de los subsidios y no era fácil. Antes de Navidad, una clase local de la escuela dominical decidió patrocinarnos. Nos dieron tantas cosas a mi hija y a mí, no podíamos ni haber soñado con algo así: artículos para el hogar, juguetes, ropa, pañales, ¡tantos pañales! Y ropa abrigada para mí: un gorro, una bufanda, guantes y también un hermoso reloj nácar. Su generosidad y atención ayudaron a nuestra pequeña familia a recuperarse. Todavía lloro cuando pienso en eso. Han pasado 12 años, y es el mejor recuerdo que tengo. La inmensa amabilidad de personas extrañas que salvaron a mi familia. © Emmariana Le Commini / Quora
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Hace unos 4 años, tomaba el autobús al trabajo y no tenía dinero en la billetera. No vivía en la pobreza, simplemente justo el día anterior había gastado todo mi efectivo en el supermercado y no había rellenado mi billetera. Le dije al conductor que no tenía dinero en la billetera. Una chica que estaba parada cerca escuchó y pagó por mí. Fue agradable. © Natalia Ahmethanova / AdMe
Gracias a la bondad de la gente, este gatito recibió patas nuevas.
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Entré a mi edificio y un niño pequeño, de unos 7 años, entró conmigo. De repente, el niño me llamó.
—¡Señor! ¡Se le cayó la papa!
Me ayudó a recogerla. Luego, el niño tomó mi bolsa con la sandía y me ayudó a llevarla hasta el ascensor.
—Dime, ¿por qué me ayudas?
—Solo soy una buena persona.
—¿Y qué es “una buena persona”?
—Es alguien que hace buenas obras. Nos dijeron esto en primer grado.
—¿Y en qué grado estás ahora?
—En segundo.
Así terminó nuestra conversación, llegué a mi piso y el niño siguió subiendo. Pero a veces me parece que los niños entienden de este mundo mucho más que nosotros, los adultos. © trewqyo / Pikabu -
Tenía 18 años y me acababa de mudar de una pequeña ciudad a Nueva York e intentaba adaptarme al estilo de vida local. Era mi primer viaje en metro en mi vida y no tenía idea de cómo comprar una tarjeta para viajar. Así que estaba parada frente a la única máquina que funcionaba, detrás de mí había una fila de gente, y yo tratando de comprar una tarjeta. La gente en la fila comenzó a enojarse y a apurarme, yo empecé a ponerme aún más nerviosa. Y entonces un chico salió de la fila y les pidió a todos que se calmaran. Se acercó, me mostró paso a paso qué hacer y pagó por mí una tarjeta para 12 viajes. Me palmeó el hombro y dijo: “No todos los neoyorquinos son unos idiotas”. Desde entonces, ya no me he sentido sola en la gran ciudad.© Wiffle_Snuff / Reddit
En el norte de Kenia, un elefante quedó empantanado en una ciénaga de barro. Fue milagrosamente notado por un pastor local, que pidió ayuda a los guardabosques. Juntos lograron salvar al elefante, y ha sido liberado en la naturaleza.
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Una vez, cruzaba la calle con mi hijo de 3 años en un trineo. Me resbalé, me caí y no podía levantarme. Se encendió la luz verde, los autos comenzaron a moverse. Mi pequeño hijo se quedó encima del trineo en medio de la calle. Entonces, la gente que estaba en una parada corrió hacia nosotros y lo sacó de la carretera. También me ayudaron a mí: una doctora me dijo que no podía sentarme, que debía mantenerme acostada. Un hombre desconocido esperó la ambulancia conmigo durante 20 minutos, en una helada de −25 grados, los llamaba y los apuraba. Pasó una anciana que era mi vecina, me quitó los guantes finos y me puso sus guantes abrigados, tomó al niño y lo llevó a nuestra casa. Les estoy muy agradecida, hubiera sido muy difícil estar acostada allí sin su ayuda. © Inna Kichiguina / AdMe
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Cuando tenía 12 años, mis primos y yo fuimos a una librería local. Habiendo comprado varios libros, salimos e inmediatamente comenzamos a leerlos. Un hombre mayor nos observaba con atención. Luego entró en la tienda y pronto salió con 3 tarjetas de regalo. Con las palabras “Es agradable ver a los niños leer”, nos entregó una tarjeta a cada uno de nosotros. Yo estaba conmocionado y muy agradecido. © GabeTheNerd / Reddit
Un hombre rescata al pichón de un cisne atrapado en una cerca.
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Trabajo en una florería. Ayer olvidé en la calle una maceta con una petunia, cuyo costo es igual a mi pago diario. Me di cuenta de esto solo por la mañana, cuando sacaba los productos a la calle. Por supuesto que estaba molesta. Lloré. Y no podía saber si había sido robada o si yo misma no la había metido. A la hora del almuerzo, llegó un hombre.
—Hola, esto es tuyo. Ayer, mi esposa vio desde el balcón que la habías olvidado afuera. Aquí tienes.
Y me extendió la maceta de petunia. No puedo encontrar las palabras para describir lo honestas y amables que fueron esas personas. Me devolvieron la fe en la humanidad. © Lorrina / Pikabu -
Estaba sentada en la terminal del aeropuerto y lloraba: mi novio se iba al ejército. Una mujer con una bolsa grande se sentó a mi lado y dijo que lamentaba que yo estuviera triste. Y, de repente, sacó de su bolso algo que todavía me hace reír: un patito de goma. No sé por qué razón, pero este pequeño de goma me hizo reír. Ella me lo dio y se fue. Ni siquiera sé su nombre, por lo tanto, recordando esta historia de hace 10 años, la llamo “mi Mary Poppins”. Y el patito sigue conmigo. © emerzsile / Reddit
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Cuando era pequeña, estuve internada en un hospital. Allí también estaba una niña más pequeña que yo, que venía de un orfanato. Una mujer de edad avanzada trabajaba allí como enfermera, y a menudo visitaba a esta niña, la trataba como a su hija. Ella decía que no tenía hijos, que quería adoptarla, pero los medios y la vivienda no se lo permitían. Y qué feliz me sentí cuando unos años más tarde me encontré con esta mujer y la misma niña, ya juntas. © Oídoporahí / Vk
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Mi abuelo robaba condimentos y galletas saladas de su restaurante favorito. Podía agarrar un tenedor o un cuchillo, incluso un poco de comida. Después de su fallecimiento, fuimos a ese restaurante y confesamos a los empleados su tendencia. De pronto, el gerente se echó a reír y luego dijo que todos siempre habían sabido sobre su “pequeño hábito”. Y simplemente lo dejaban hacerlo porque era un cliente frecuente y era muy amable con todos. © Rob Young / Quora
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Tenía unos 5 años, eran los mediados de los años 70. Estaba sentado en uno de esos caballos mecánicos que se balancean de un lado a otro, esperando a mi madre mientras ella estaba en el supermercado. Una señora que pasaba insertó una moneda para que el caballo se pusiera a funcionar. Yo estaba en las nubes. Fue un momento de alegría pura que aún recuerdo. Incluso recuerdo cómo era esa mujer, así de feliz me hizo. © bland3000 / Reddit
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Iba tarde, tenía mucho que hacer. Pasé corriendo por un supermercado y vi a un gatito sentado que miraba a todos lastimeramente, temblando. Encima, hacía frío y el viento era tan fuerte que incluso a mí me sacudía de un lado a otro. Pensé en entrar en el supermercado, comprarle comida y seguir corriendo. Entré deprisa, compré, pensé un poco y... al diablo todo, llevé al gatito a mi casa, me quedé con él todo el día. Resultó ser tan cariñoso, tan “casero”, se trepaba a mis rodillas. Y me sentí tan bien, lo olvidé todo, las cosas siempre pueden esperar, pero la vida de alguien... © Oídoporahí / Vk
Agricultores permanecen en silencio y no apuestan en una subasta para que un joven pueda comprar la granja de su familia.
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Estaba viajando en tren. Una mujer y su hijo viajaban en el compartimento conmigo. Ella fue a lavarse y se llevó con ella una bolsa de maquillaje, luego regresó y unos minutos más tarde se levantó de un salto: había olvidado la bolsa de maquillaje en el baño. Y ahí estaba todo el dinero que tenía. La bolsa de maquillaje, por supuesto, ya había sido “recogida”. Caminó por todo el vagón, llorando, pidiendo que, por favor, al menos le devolvieran un poco del dinero, si no, ella y su hijo pasarían hambre durante 5 días... Nadie confesó. Le di 100 USD, todo lo que me quedaba. Le dejé mi dirección, y ella, tan pronto como llegó a casa, me envió una transferencia. Hay que ayudar a las personas, todos los bumeranes vuelven, tanto los buenos como los malos. © Larisa Savina / Facebook
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Llegué a Múnich y me quedé dormido en el metro local. Desperté en una estación desconocida después de la medianoche. Salí y quedé aterrorizado: hacía frío, estaba lloviendo, no tenía dinero, las tiendas estaban cerradas, y no sabía dónde estaba. Honestamente, estaba a punto de desmayarme. Vi un taxi, me acerqué, le expliqué al conductor la situación, y entonces el taxista me invitó a cenar y me llevó gratis. Solo así, ¿entiendes? Este incidente ha revivido mi fe en la humanidad y la amabilidad innata de las personas. © Vijay Singh / Quora
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Hace unos años, perdí mi trabajo. Y tengo familia: una esposa y dos hijos, la situación era lamentable. Un extraño comenzó a enviarme 100 USD en efectivo o comestibles. Comencé a recibir regularmente tales sorpresas sin nombre ni dirección de remitente. Me las arreglé para volver a levantarme, pero hasta el día de hoy, no tengo idea de quién lo enviaba. © DrMussintouchit / Reddit
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Una vez, nuestro perro se perdió. Escribí anuncios y publicaciones en las redes sociales. Solo publiqué su foto, contando de él y sucedió lo que menos esperaba: alrededor de un centenar de voluntarios se reunieron y querían ayudar. Resultó que muchas personas quedaron conmovidas por nuestra pérdida... Recibimos un apoyo increíble. En el octavo día, al fin lo encontramos. No sé quién lloró más fuerte durante el reencuentro, si mi perro o yo. Y luego comenzaron a llegar los visitantes: nuestra familia hizo muchos nuevos amigos, porque todos querían ver al perro que derritió su corazón. © dinosarahsaurus / Reddit
El perdido y encontrado Stuart, que fue buscado por toda la ciudad.
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Teníamos dificultades financieras, y para ir a trabajar, yo usaba la ropa de mi hija, que me quedaba chica. Una vez, mi jefa dejó en claro que no me permitiría vestirme así en el trabajo. No pude soportarlo y estallé en llanto. Al día siguiente, había una nota sobre mi mesa: “Ve al cuarto de descanso”. Fui, y allí había bolsas con ropa hermosa de mi talla y bolsas con comida. Incluso había una pequeña caja con joyas y un sobre con dinero. ¡Estaba tan agradecida! Todo era anónimo, pero creo que lo hizo mi jefa. © Lisa Frangipani / Quora
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A finales de los años 80, la leche se iba a comprar con nuestros propios envases. Tenía unos 6 años, y mi abuela me envió por leche. En el camino de regreso, dejé caer el frasco y lo rompí. Me paré y estallé en llanto, porque me regañarían al llegar a casa. Por allí pasaba un hombre, se detuvo, me preguntó cuál era el problema y me dio dinero para que pudiera comprar más leche. Así como así. Recuerdo que me preocupaba que mi frasco fuera diferente, con una etiqueta diferente al del anterior: “Tal vez la abuela se dé cuenta”. Nunca olvidaré el acto de ese hombre extraño. © Stella Mezentseva / AdMe
Y tú, ¿tienes historias de bondad que quieras compartir con nosotros?
Comentarios
Es un gusto leer historias así :)
Qué hermoso, gracias por esto.
Que buenas historias.