6 Cuestiones de crianza en las que las madres deberían escuchar a los padres
Los enfoques de los hombres y de las mujeres sobre la crianza de los hijos son muy diferentes. Los papás pueden aprender de las mamás a ser responsables, y las mujeres a veces necesitan aprender de los hombres a mantener la calma. Pero, complementándose entre sí, los cónyuges pueden crear un maravilloso tándem, que será más valioso para su hijo que cualquier maestro.
Genial.guru está seguro: tanto las mamás como los papás saben mucho sobre la crianza de los hijos. Pero a veces las mujeres, preocupadas por sus hijos, toman decisiones apresuradas. Aquí están los 6 mejores deseos que las mamás deberían acallar para escuchar la voz de la razón. O de su propio esposo.
1. Curar
Las madres ansiosas agarran los medicamentos ante el menor salpullido o resfriado del niño, y en el mejor de los casos, serán los recetados por el médico la última vez. Muchas veces sucede que los remedios prescritos por el médico no le gustan a la madre, y ella, por consejo de sus amigas, abuelas y otros “profesionales”, los reemplaza por otros. Al mismo tiempo, al niño se le prohíben los paseos, se le ponen cien capas de ropa y se tapan todas las ventanas y las ranuras, aunque todo debe hacerse exactamente al revés.
Los papás no son tan ansiosos. No es que se tomen la salud del pequeño a la ligera. Simplemente entienden mejor que un pequeño resfriado puede desaparecer por sí solo, que un niño activo, incluso con temperatura, no necesita ser forzado a estar en la cama. Y, en general, se toman con más calma el hecho de que los niños se enferman.
2. No curar
Las mamás también se van al otro extremo. Después de leer consejos en Internet, las mujeres muchas veces no quieren ponerle al niño las vacunas obligatorias. Dicen que tienen miedo de las complicaciones y creen que el cuerpo puede hacerles frente a todas las enfermedades por sí solo, como antes del advenimiento de las vacunas.
Los papas suelen ser más estrictos en materia de vacunación: si el médico dijo que hay que vacunar, hay que vacunar. Son los hombres quienes muchas veces deben explicarles a las ansiosas mujeres que la gente muere a causa de las vacunas, que las mismas se someten a pruebas rigurosas y que las complicaciones después de una vacuna contra la gripe (si es que de repente aparecen) son mucho más fáciles de superar que las complicaciones de la propia gripe.
3. Volver a alimentar
El aumento de la ansiedad es característico de las madres en muchas áreas, y el deseo de alimentar mejor al niño nace en una mujer mucho antes de que se convierta en abuela, y alimente a su nieto con pasteles y albóndigas 10 veces al día. Incluso una disminución del peso del niño, normal inmediatamente después del nacimiento, causa en las madres ansiedad genuina, y si el bebé no aumenta de peso como se supone que lo haga a su edad... hola, 10 comidas al día.
Los papás a este respecto también son estrictos: hay que alimentar al niño exactamente tantas veces cuantas ha aconsejado el pediatra, y no cada vez que el bebé lo pida. Después de todo, tal vez solo le guste el proceso de la alimentación. O quiera atención y que lo alcen, y no volver a comer. Así que acostumbra al bebé al hábito de comer respetando un horario e infunde una firme creencia de que no solo existe para ser alimentado.
4. Desarrollar habilidades constantemente
En el tema de elegir “el desarrollo”, las madres muchas veces no saben cuándo parar: llevan al niño a nadar, a dibujar y al inglés, piensan llevarlo a un masaje, como aconsejó la vecina, y quieren enviarlo a una escuela de desarrollo temprano junto con una conocida del patio de juegos. Y, en el mejor de los casos, esto se hace por el bien del desarrollo de los talentos del niño, y no para presumir a las amigas de tener un joven manos tijera.
Los papas muchas veces perciben los círculos de aprendizaje y los talleres con escepticismo (y no siempre se equivocan). Muchos de esos “desarrolladores” de hoy, en realidad no les sirven de casi nada a los niños. Los papás tienden a elegir una o dos actividades a las que llevarán al niño y, lo más probable es que este método traiga más beneficios para el bebé. Pronto será un pequeño experto en el campo de sus pasatiempos favoritos.
5. Cuidar
La sobreprotección de los hijos es principalmente propia de las mujeres. En su preocupación por el niño, las mamás muchas veces van demasiado lejos: envolverlo en una camiseta, un chaleco, un suéter y un mono, prohibir correr y saltar para que no se lastime, o directamente no permitir que se aleje de una y listo.
Los papás, por el contrario, les dan a los niños más libertad, dándose cuenta de que los moretones y los golpes no solo son inevitables, sino que también son útiles. Este enfoque, según los psicólogos, ayudará al niño a volverse independiente y a sentirse cómodo en la edad adulta.
6. Dedicarse solo al niño
No es solo que a veces las mujeres se dedican completa y enteramente a los niños, olvidándose de sí mismas. Las madres generalmente ven las caricaturas y las películas que les gustan a los niños, leen los libros que el niño ya ha aprobado, compran los juguetes que seguro le gustarán al niño. Hacer algo a su manera, aún si va en contra de los deseos del niño, les parece injusto para él.
Los papas son más relajados y la expresión “regala un helicóptero a control remoto a mi hijo, jugaré con él” no es una broma en absoluto. Los padres muchas veces ven con los niños las caricaturas que les gustan a ellos mismos, juegan con ellos a las consolas y montan bicicletas infantiles. Y no dudan en “explotar” un poco a los niños. No hay nada de malo en pedirle a un niño que saque el control remoto que se ha caído debajo del sofá. Es una ayuda elemental. Y le inculcará al niño la actitud correcta hacia la vida en general y hacia los padres en particular. Lo principal es tomarse las cosas sin fanatismo: la palabra “niño” no proviene de la palabra “esclavo”.
¿Qué tipo de crianza te resulta más cercana? ¿Sueles actuar como las mamás o como los papás?