6 Señales poco obvias de las venas varicosas
Cuando uno dice que tiene várices, muchas personas imaginan nudos bien pronunciados en las piernas. Sin embargo, además de los problemas estéticos, esta enfermedad puede provocar complicaciones más graves, incluyendo la pérdida de movilidad. Las estadísticas dicen que un 30 % de mujeres y un 10 % de hombres piden ayuda médica ante este problema. Así que es importante conocer los síntomas no tan visibles, así podrás comenzar un tratamiento lo antes posible para evitar consecuencias desagradables.
Genial.guru te trae una lista de los primeros síntomas de várices, los cuales te pueden ayudar a prevenir la enfermedad.
1. Picazón en las piernas y los tobillos
Uno de los síntomas más obvios e ignorados de las várices es la picazón en las piernas y los tobillos. Es causada por los cambios que suceden en los vasos sanguíneos cercanos al foco de la inflamación. El estancamiento de la sangre en las venas lastimadas causa la malnutrición de los tejidos, es decir, los productos del metabolismo ya no se expulsan de la forma correcta. Este proceso causa resequedad excesiva en la piel.
La picazón puede parecer un síntoma no tan "peligroso", sin embargo, es lo que señala la enfermedad al comienzo. Más tarde puede provocar hasta úlceras tróficas.
Qué tratamiento te dará el médico:
- Te mandará a tomar antihistamínicos que reducirán la hinchazón de los tejidos y aliviarán los espasmos que interfieren con la circulación normal de la sangre y la linfa.
- Te recetará sedantes para tranquilizar tu sistema nervioso y mejorar el sueño.
- Te recomendará cremas antibacteriales que impedirán la propagación de la infección y humectarán la piel.
2. Calambres musculares
Las várices de las piernas se pueden manifestar con diferentes síntomas, como los calambres nocturnos en las piernas. Debido al estancamiento de la sangre, aparece una alteración de la circulación en las venas y pequeños vasos sanguíneos. A su vez, aumenta la presión sobre el tejido adyacente, las terminaciones nerviosas se irritan y, como consecuencia, aparecen calambres. Además, por malnutrición, los músculos comienzan a sentir déficit de oxígeno, lo que también provoca esa espantosa sensación.
3. La piel cambia de color
Muy a menudo, los pacientes de várices se quejan de que la piel en el área de las venas afectadas cambia de color. Un tono no parejo, manchas blancas o, al revés, oscuras, deben ser una señal de alerta para las personas que creen padecen esa condición.
El cambio de color es provocado por la mala circulación de la sangre y de la linfa. Al principio, estas manchas no molestan en absoluto, pero con el tiempo y el desarrollo de la enfermedad pueden hacerse más duras, ponerse rojas y provocar picazón. En esos casos, si el paciente no se somete a un tratamiento, podría sufrir inflamaciones y úlceras.
4. Dolor que aumenta después de períodos de inmovilidad
Si después de largos períodos de inmovilidad tus piernas comienzan a doler, es una señal para ir al médico. Al inicio de la enfermedad, el dolor es casi imperceptible y se termina al levantar las piernas o al hacerles un pequeño masaje. A pesar de su poca intensidad, es un síntoma preocupante. Esta sensación en las extremidades está vinculada a la mala circulación de la sangre. En una persona sana, la misma fluye de forma rápida de las piernas hasta el corazón, pero las várices suelen obstruir ese proceso.
Los flebólogos aseguran que las várices se asocian con la salud del corazón, y recomiendan a los pacientes de esta enfermedad hacerse exámenes del sistema cardiovascular para evitar problemas con las válvulas del corazón.
5. Entumecimiento y hormigueo
El periódico entumecimiento de las plantas de los pies puede señalar posibles várices. Si esto ocurre raras veces, no hay nada malo, ya que es una cuestión fisiológica. Sin embargo, si se repite muy seguido, es necesario hacer una visita al flebólogo.
El entumecimiento es un proceso complicado. Es provocado por el mal funcionamiento de las articulaciones, el cual, a su vez, es el resultado de un déficit de oxígeno en los tejidos. Las piernas no reciben suficiente líquido interarticular, el cual es responsable de la actividad motora normal.
Los médicos advierten del peligro del entumecimiento y recomiendan recurrir a la ayuda calificada si los síntomas persisten.
6. Hinchazón
A menudo, cuando se te hinchan los pies, es a causa de las várices. Sucede por la acumulación de líquido en el espacio intercelular. Esto puede suceder si las válvulas venosas no funcionan bien. Normalmente, los pies se inflaman en la noche, y eso puede intensificarse cuando hace calor. Para determinar el cambio, los médicos recomiendan medir tu tobillo. Si en la noche la medida supera en 1 cm el resultado de la mañana, lo más seguro es que sea el momento para pedir ayuda. Las estadísticas dicen que las mujeres sufren más por las várices que los hombres.
Cómo prevenir las várices:
- Sé activo y muévete cada día. La correcta circulación depende directamente de tu actividad física.
- Los vuelos de más de 4 horas aumentan el riesgo de estancamiento de la sangre y pueden provocar trombosis de venas profundas. Es necesario tomar mucha agua durante ese tipo de viajes. Será mejor que te quites los zapatos y no te pongas ropa demasiado estrecha. Todo eso puede impedir que la sangre pase a los vasos periféricos.
- Usa medias de compresión. Ese es uno de los métodos más asequibles de prevención de las várices. Si las usas de forma correcta, evitarán la aparición de inflamaciones.
- Comienza a llevar una vida saludable. El sobrepeso, cigarrillo y la comida alta en grasas son los principales enemigos de las piernas hermosas.
- Toma no menos de 1,5 litros de agua al día. Si estás deshidratado, la sangre se pone más espesa, lo que dificulta su movimiento por las venas y vasos sanguíneos.
- Escoge bien la posición de las piernas al estar sentado. Al cruzarlas puedes dificultar la circulación de la sangre.
- Las mejores actividades físicas para prevenir las várices son: caminata (incluso en una oficina o subiendo las escaleras), estiramientos, carreras y yoga.