Cómo enseñarles a tus hijos que “no” es no

Psicología
hace 3 años

Es posible que uno de los mayores retos para los padres sea ponerles límites a sus hijos. ¿Cuántos padres habrán tenido que enfrentarse a una rabieta de sus hijos solo por decirles “no”? Esta palabra puede ser despreciada por los niños, pero es saludable que aprendan a entenderla y a aceptarla. Por ello, marcar las reglas es imprescindible para guiar su educación y alentarlos a construir relaciones interpersonales sanas, incluso desde una edad muy temprana.

Genial.guru te explica cómo enseñarles a tus hijos a aceptar un “no” como respuesta para mejorar su comportamiento y, al mismo tiempo, que puedan entender qué significa el consentimiento con los demás.

1. Di “no” de manera positiva

Los niños deben aprender que sus acciones tienen consecuencias. Sin embargo, hacerlo de manera positiva es mejor que simplemente decir “no”. Como adultos, sabemos argumentar por qué no. Según un estudio de la Sociedad Canadiense de Pediatría, la disciplina efectiva y positiva busca enseñar y guiar a los niños, no solo obligarlos a obedecer. Su propósito es el de ayudar a los pequeños a organizarse, a internalizar las reglas y a adquirir patrones de comportamiento apropiados.

Esto es imprescindible al momento de corregir un comportamiento que dañe a las personas, a los animales o a las cosas. En este caso hay que hacer énfasis en las consecuencias, ofreciendo alternativas; por ejemplo, en lugar de decir “no lastimes al perro”, es mejor “puedes abrazar al perro, pero procura ser suave y no lastimarlo”.

2. Establece las normas

Como adultos, tenemos un conocimiento suficientemente amplio de lo que se debe y lo que no se debe hacer. Pero los niños no, y algunas veces lo olvidamos e intentamos que se comporten “a la altura de las circunstancias”.

Un niño no podrá adivinar lo que está bien o lo que está mal si no se lo decimos. Por ello, es importante crear reglas familiares que ayuden a crear una estructura. Pensemos en ellas como declaraciones claras y específicas sobre los comportamientos que se esperan de un hijo.

Nunca está de más recordarle las normas al niño, y siempre que pida algo que sea imposible, debemos explicarle los límites. Por ejemplo: “Recuerda que no vemos televisión mientras cenamos”.

3. Propón alternativas

Negar cualquier cosa todo el tiempo es agotador; no solo para los niños, sino también para los padres. Por eso, la crianza positiva propone que los límites vengan acompañados de alternativas. Si el niño está haciendo algo inapropiado, piensa en lo que sí te gustaría que hiciera y redirígelo hacia allí.

Una instrucción positiva le permite saber cómo comportarse de una manera que obtenga tu aprobación.

Por ejemplo, en lugar de decir “no, no puedes saltar en la cama”, es mejor “si quieres saltar, hazlo sobre el suelo, donde no puedes caerte ni lastimarte”.

4. Hazle saber cuáles son las consecuencias

Los niños pequeños no pueden comprender las justificaciones complicadas, pero las explicaciones sencillas sí. Explicar con calma y firmeza las consecuencias es lo más recomendable ante el mal comportamiento.

Por ejemplo: “Si no juntas tus juguetes ahora, al final del día tendrás que recogerlos todos y te sentirás cansado”. Sin embargo, como padre es importante no ceder. Pero aún más importante es recordar que nunca se le debe quitar al niño algo que realmente necesita, como una comida.

5. Da la vuelta si tu hijo sigue insistiendo

Por supuesto, en un inicio el “no” puede ser difícil de asimilar. Si tu hijo no deja de discutir o de cuestionar tus reglas, lo aconsejable es decir “no voy a hablar más de esto”, dar la vuelta y salir de la situación. No respondas a ninguna réplica o súplica, aunque el niño insista. Por supuesto, si ya recibió una explicación, no debes hacer nada más.

6. Sé el ejemplo

Es bien sabido que los adultos debemos predicar con el ejemplo. Los padres son los referentes de los hijos. Lo que puedan decir los padres no tiene tanto peso como lo que puedan hacer. Un niño entiende mejor el “no” cuando percibe que aplicamos las normas también en nuestro día a día como adultos.

Según una encuesta sobre nutrición y actividad física, los niños reflejan los hábitos de los padres. Esto destaca el importante papel que desempeñan los padres en el establecimiento de una base saludable, física y mental, de sus hijos.

Si un niño ve que sus padres, sus guías, respetan el “no”, seguramente él también lo hará.

7. Asegúrate de que todos conozcan los límites

Todos quienes participan en la educación del niño deben tener claras las normas. Esto quiere decir que abuelos, padres o tíos tienen que decir “no” en las mismas situaciones para evitar crear confusión en la cabecita del niño.

Según un estudio sobre disciplina familiar, las reuniones recurrentes son una de las estrategias más efectivas para implicar a toda la familia en el desarrollo de los niños. Relacionarse con la familia extendida es una buena forma de que los niños adquieran habilidades comunicativas y aprendan a mostrar respeto, a ser creativos, a expresar emociones y más.

Sin embargo, es importante que todos los miembros de la familia estén de acuerdo. Algunas veces, en familias grandes, la disciplina es un tema complicado y difícil de entender. Pero como padres es necesario dejarlo claro. Esto, por supuesto, se debe conversar siempre en privado, entre adultos, sin el niño presente.

8. Enséñale a decir “no” también

Cuando un niño aprende el valor de un “no”, suceden cosas favorecedoras: no solo comprende sus propios límites, sino que también establece límites con los demás. Así no solo nos aseguramos de que aprenda a cuidar la integridad de otros, sino también la suya. Debemos enseñarles a los niños a decir que no si su bienestar o su seguridad se ven amenazados de alguna manera.

Para ello, hay que hablarles sobre el consentimiento, esto quiere decir que no solo pueden decir “no” cuando se trata de su propio cuerpo, sus emociones o su espacio personal, sino que también deben respetar que alguien les diga que no.

Una vez que se han seguido todas las pautas para dejar claro que el “no” es sano y necesario, cuando los pequeños lleguen a la vida adulta experimentarán menos problemas en sus relaciones sociales.

¿Qué otros consejos podrías dar sobre la mejor forma de enseñarles a los niños a respetar las reglas? ¿Qué es lo más difícil que trae la paternidad, según tu opinión?

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