8 Descubrimientos médicos geniales que le salvaron la vida a millones de personas

Inventos
hace 6 años

La medicina no siempre fue como estamos acostumbrados a verla. Hace tan solo un par de cientos de años, la neumonía o la apendicitis eran algo fatal, y los cirujanos no tenían idea de que debían lavarse las manos antes de una operación, y no prestaban atención a los desgarradores gritos de los pacientes (en ese entonces aún no existía la anestesia). Pero hubo genios que, a pesar de las burlas de sus colegas, hicieron increíbles descubrimientos.

Genial.guru te contará sobre los mayores avances médicos que salvaron millones de vidas y cambiaron las viejas ideas sobre el mundo.

1. La anestesia

Antes de la invención de la anestesia, todas las operaciones eran monstruosamente dolorosas o muy rápidas. El cirujano ruso Nikolái Pirogov realizaba una amputación en 3 minutos, de lo contrario los pacientes morían de shock.

La falta de una anestesia eficiente obstaculizaba el desarrollo de la cirugía: las operaciones abdominales no eran una opción. Por supuesto que los médicos experimentaban con infusiones de amapola o mandrágoras, y hasta hacían enemas de tabaco. Pero ninguno de esos remedios lograba quitar el dolor completamente y, además, podía ser peligroso para la salud de los pacientes.

Todo cambió cuando el dentista estadounidense, William Morton, decidió usar como anestesia éter etílico. Y lo que lo motivó a hacer su descubrimiento fue la falta de dinero: por temor a los procedimientos dolorosos, los pacientes preferían evitar ir al dentista. El médico abordó el desarrollo de un método de tratamiento de manera responsable: experimentó con animales, trató a sus amigos más cercanos y recién presentó el medicamento al público cuando estuvo convencido de su seguridad.

El 16 de octubre de 1846 puede considerarse el cumpleaños oficial de la anestesia. En presencia de una gran multitud de personas, Morton realizó una operación de extirpación de un tumor maxilar. El paciente permaneció dormido durante todo el procedimiento, y este fue el triunfo del médico.

2. Aséptico y antiséptico

Hasta el siglo XIX, a los cirujanos ni siquiera se les ocurría la idea de lavarse las manos antes de una operación o de un parto. ¿La desinfección? No sabían nada sobre eso. Era normal usar un solo instrumento quirúrgico en una docena de pacientes. Como resultado, la mayoría de las operaciones terminaban con supuración y gangrena, y los partos, con septicemia. La mortalidad después de la intervención de los cirujanos era enorme.

El médico húngaro Ignaz Semmelweis fue el primero en obligar a sus subordinados a lavarse las manos con una solución desinfectante de lavandina. La innovación de Semmelweis redujo 7 veces la mortalidad entre las madres parturientas. Sin embargo, el descubrimiento no fue valorado en vida del médico: la comunidad científica consideraba sus ideas delirantes. Semmelweis murió en un hospital psiquiátrico, donde fue internado por sus colegas.

Un poco más tarde, el inglés Joseph Lister demostró la necesidad de esterilizar los instrumentos y de desinfectar las heridas. Los descubrimientos de Semmelweis y de Lister salvaron millones de vidas.

3. Los rayos X

Antes del descubrimiento de los rayos X, los cirujanos tenían que volver a quebrar los huesos de los pacientes si se unían mal. Estas operaciones eran dolorosas y muchas veces no llevaban a una recuperación completa.

Todo cambió con el descubrimiento accidental de Wilhelm Röntgen. El físico estaba realizando experimentos con tubos de rayos catódicos, y notó que una radiación desconocida emanaba del lugar de la colisión de los rayos. Resultó que esta radiación (Röntgen los llamó rayos X) podían penetrar algunos materiales opacos. Las primeras radiografías fueron tomadas por el físico en su estudio: la imagen de la mano del Dr. Köllicker, un amigo de Röntgen, se difundió por todo el mundo en poco tiempo. Este evento causó emoción en la comunidad científica, y horrorizó a la gente común: las personas tardaron mucho tiempo en acostumbrarse a esta clase de imágenes.

Representantes de muchas empresas industriales pidieron repetidamente a Röntgen vender su invento, pero el científico ni siquiera lo patentó. Y fue gracias a esta accesibilidad de la tecnología que comenzó el rápido desarrollo de las industrias relacionadas: oncología, pulmonología, radiología y muchas otras.

4. Los antibióticos

Un mundo sin antibióticos era terriblemente peligroso: cualquier infección era potencialmente mortal. Contagiarse con tuberculosis, tos ferina o neumonía era equivalente a una sentencia de muerte.

La idea de que algunos microbios pueden combatirse con la ayuda de otros existía ya en el siglo XIX. Pero el primer antibiótico fue descubierto por el investigador escocés Alexander Fleming en 1928. A pesar del hecho de que Fleming era conocido por ser un brillante científico, hizo el descubrimiento más importante de su vida gracias al desorden en su laboratorio. En una placa de Petri con estafilococos olvidada, aparecieron unos hongos de moho que destruyeron a las bacterias patógenas.

Alexander Fleming recibió por su descubrimiento el Premio Nobel y, gracias a él, la humanidad puede combatir con éxito la tuberculosis, la neumonía, la malaria y otras enfermedades que antes se consideraban incurables.

5. La insulina

Los órganos que son afectados por la diabetes

Hoy en día, 450 millones de personas en todo el mundo viven con diabetes. Antes de la invención de la insulina, era imposible para los diabéticos tener una vida plena: las complicaciones causadas por la enfermedad conducían a la pérdida de la visión, insuficiencia renal y otras consecuencias graves.

A principios del siglo XX, los científicos sabían que la causa de la diabetes era la falta de la hormona pancreática llamada insulina. Pero nadie lograba crear un medicamento que pudiera compensar la ausencia total o parcial de la hormona. No fue hasta el 1922 que el fisiólogo canadiense Frederick Banting aisló una sustancia del páncreas de los animales a la que llamó “ailetin”. El nombre internacional “insulina” le fue asignado a la droga más tarde.

La primera persona en recibir inyecciones de insulina fue un adolescente de 14 años. Después de la primera inyección de la droga, su estado de salud mejoró significativamente. El Dr. Banting recibió por su descubrimiento el Premio Nobel, y se convirtió en el poseedor más joven del mismo. En el momento de recibirlo solo tenía 32 años.

Este invento causó una verdadera revolución en la endocrinología. La insulina sigue siendo el único medicamento disponible y seguro para detener la diabetes.

6. La quimioterapia

El tratamiento contra el cáncer siempre fue muy peligroso y muchas veces no terminaba con la victoria sobre la enfermedad. Los tumores malignos son muy difíciles de vencer, porque las células cancerosas mutan constantemente y crean nuevos clones.

Sidney Farber es considerado el padre de la quimioterapia moderna. Era hijo de un emigrante polaco, llevaba un estilo de vida muy humilde, y se pagaba los estudios sus estudios en la Universidad de Harvard tocando el violín. Desde asistente médico hasta investigador líder en procesos tumorales en niños: ése fue el camino profesional que atravesó el médico. El Dr. Farber fue el primero en probar y patentar un medicamento para combatir la leucemia linfoblástica aguda en niños.

Todos los medicamentos de quimioterapia son unos poderosos venenos celulares. Por ejemplo, la mecloretamina, que también se conoce como gas mostaza, inicialmente se usó como un arma química, y recién más tarde se descubrió el efecto antitumoral de este compuesto tóxico.

7. La vacunación

Antes del siglo XIX, millones de personas morían cada año en Europa a causa de la epidemia de viruela, y los sobrevivientes muchas veces quedaban discapacitados. La viruela no perdonaba a nadie: se convertían en sus víctimas tanto los monarcas como la gente común, y la tasa de mortalidad alcanzaba el 80 %.

La idea de que las personas podrían contagiarse con una infección para que luego se volvieran inmunes a ella nació ya en el siglo X. Los médicos chinos vacunaban a las personas sanas con un líquido de un frasco que habían usado los pacientes con viruela. Aunque estos métodos eran muy peligrosos: la tasa de mortalidad era alta.

La primera persona que logró inventar un método efectivo y relativamente seguro de vacunación fue el médico rural Edward Jenner. Notó que las vacas lecheras que habían tenido la viruela bovina quedaban inmunes a la viruela humana y concluyó que las vacunas podrían salvar muchas vidas. Edward Jenner tenía razón. A pesar de la confrontación de la iglesia y de la falta de comprensión de la mayoría de los otros médicos, en los primeros años transcurridos después del descubrimiento de este método de prevención, fueron vacunadas más de 100 mil personas.

El método de Jenner sirvió como “fuente de inspiración” para la creación de las vacunas contra la rabia, el tétanos y el carbunco. Según los datos de la OMS, la vacunación contra la poliomielitis, el tétanos, la tos ferina y el sarampión salvan anualmente la vida de 3 millones de niños en todo el mundo.

8. Las vitaminas

El hecho de que algunos productos ayudaban a curar enfermedades era conocido ya por los antiguos egipcios. Sabían con certeza que el hígado de pollo ayudaba contra la hemeralopia, pero no sabían por qué. Las personas suponían que el déficit de alimentos nutritivos podía conducir a ciertas enfermedades: el escorbuto, el raquitismo, el beriberi. Pero los mecanismos de su aparición seguían siendo desconocidos.

En el siglo XVIII, toda la comunidad científica se reía de un médico escocés llamado James Lind. Habrase visto, el extraño hombre proponía tratar a los marineros que padecían escorbuto con limones y limas. Aunque el tiempo demostró que Lind tenía razón: el escorbuto surgía por una deficiencia aguda de la vitamina C.

Docenas de científicos de diferentes países trataron de resolver el misterio de los nutrientes, pero el Premio Nobel fue ganado por el doctor inglés Frederick Hopkins y el holandés Christiaan Eijkman. Ellos finalmente lograron explicarle a la humanidad qué eran las vitaminas. Este descubrimiento previno y curó muchas enfermedades, algunas de las que la gente moderna ni siquiera ha oído hablar.

Bono: recuerdos falsos

Los científicos de la Universidad de Massachusetts implantaron recuerdos falsos en el cerebro de los ratones. Los neurocientíficos introdujeron información ficticia en aquellas áreas del cerebro que son responsables de la información del pasado, y literalmente reemplazaron los buenos recuerdos por los malos.

Hace unos años, este descubrimiento era considerado increíble. Más o menos igual que una operación indolora en el siglo XIX. Sin embargo, hoy las operaciones bajo anestesia son consideradas rutinarias. Tal vez algún día el trasplante de memoria se convierta en una realidad. Y nuestra vida será mucho más genial que las películas de Hollywood.

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