8 Mitos y verdades sobre los “súperalimentos” que demuestran que no son mejores que los alimentos habituales

Salud
hace 4 años

Los llamados "súperalimentos" son productos con una alta concentración de sustancias nutritivas que no se encuentran en la naturaleza y que han existido en el planeta por más de mil años. Pero solamente ahora, en una oleada de entusiasmo por una correcta alimentación y un estilo de vida saludable, los deportistas, vegetarianos y la gente de vida saludable les han prestado atención. Aunque no hay que olvidar que el término como tal no es científico, ni médico, sino fue inventado por vendedores como un beneficio exagerado para el organismo.

Los "súperalimentos" y los productos que se plantean para su utilización a menudo son excesivamente caros. Por lo tanto, es más económico y correcto encontrar un digno reemplazo.

Genial.guru averiguó si es cierto que los superfoods son necesarios para la nutrición y si vale la pena creer en sus increíbles beneficios.

1. Bayas de Goji

Mito: las bayas de Goji o bayas tibetanas de larga vida son un producto único que contiene 5 veces más vitamina C que las mandarinas. El consumo regular de las bayas fortalece la inmunidad, estabiliza el funcionamiento del corazón, es capaz de regular la presión sanguínea, elimina la depresión, rejuvenece y ayuda a adelgazar.

Realidad: las baya de Goji contienen menos vitamina C que la grosella negra. Y para que el organismo reciba la misma cantidad de antioxidantes que una manzana roja tiene, se necesitará tomar 13 porciones de jugo de bayas de Goji. En realidad, no hay ninguna confirmación científica de que estas bayas influyan positivamente en la salud.

2. Semillas de chía

Mito: un consumo seguido de las semillas contribuyen a la quema de grasa, pérdida de peso, mitigar las sensaciones de hambre, reducción del colesterol, restablecimiento del nivel de azúcar en la sangre.

Realidad: por supuesto, es un producto beneficioso, sin embargo, la cantidad de vitaminas y fibras alimenticias de las semillas de chía no se distinguen de las semillas normales de lino y ajonjolí. Y las investigaciones demostraron que el consumo de chía no reduce el peso de una persona.

3. Café verde

Mito: el café verde contiene menos cafeína que el normal y el ácido clorogénico que tiene ayuda a adelgazar, eliminar la celulitis, mejorar el crecimiento y fortalecimiento del cabello y eliminar las estrías.

Realidad: de hecho, el café verde no se distingue por la cantidad de cafeína y ácido clorogénico del café negro. Es importante saber que, durante el proceso de elaboración, el café verde siempre se encuentra en condiciones no esterilizadas, pero la cantidad de polvo de este café es tan peligroso para la salud que a los trabajadores les prohíbe estar en el territorio sin máscara. Además, este café no se fríe, lo que significa que las bacterias y los microbios se encuentran en los granos.

4. Quínoa

Mito: quínoa es un poderoso medio fortificante, ella subsana las fuerzas del organismo, saca de él todas las sustancias dañinas, e incluso, su consumo frecuente ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades malignas.

Realidad: sí, este producto es rico en proteínas, casi como el trigo sarraceno. Contiene fibras alimenticias y es una fuente de carbohidratos, sin embargo, contiene pocos elementos nutritivos. Al mismo tiempo, este cereal no es el más digerible. Por lo tanto, la mejor alternativa es simplemente consumir trigo sarraceno o una porción adicional de verduras.

5. Azúcar de coco

Mito: el azúcar de coco contribuye a la formación de la hormona glucagón en el organismo, la cual ayuda a quemar la grasa y mejorar el funcionamiento del sistema cardiovascular. Esta influye positivamente en el funcionamiento del corazón, mejora la calidad del sueño y reduce el riesgo de padecer cáncer.

Realidad: el valor calórico del azúcar de coco prácticamente no se distingue del azúcar normal. Al contrario, el azúcar de coco es menos dulce que el de una remolacha, por eso, al consumirse, se puede necesitar una mayor cantidad para recibir el sabor habitual al tener mismo valor calórico. Hay sustancias útiles en esta azúcar, pero muy pocas, y su precio puede ser varias veces mayor que el azúcar normal.

6. Espirulina

Mito: espirulina es una planta única que puede curar hasta el 70 por ciento de las enfermedades conocidas en el mundo actual. Su consumo regular ralentiza el envejecimiento y ayuda a adelgazar. Como fuente de proteína, puede sustituir la proteína animal.

Realidad: en la espirulina viva realmente hay muchas sustancias útiles, sin embargo, después del procesamiento, secado y fabricación de cápsulas, todas las propiedades beneficiosas se reducen en un 50 por ciento. Los investigadores no encontraron en ella elementos que puedan influir en la pérdida de peso. La espirulina contiene mucha proteína, si bien un poco menos que la leche y los huevos. Y para abordar las deficiencias de las proteínas, hay que comer más de 100 gramos de espirulina al día, lo cual es muy problemático.

7. Bayas de Açaí

Mito: las bayas de Açaí ayudan a adelgazar, luchan contra el envejecimeinto, depresión, normalizan el sueño e incluso matan a las células de cáncer. Las bayas de Açaí contienen más proteína que los huevos de gallina.

Realidad: no existe ninguna investigación verdadera que demuestre el beneficio de las bayas. Debido a la falsificación, es difícil encontrar y comprar verdaderas bayas de Açaí. Las bayas frescas realmente contienen muchos antioxidantes, pero después del procesamiento, la mayor parte se pierde. Al mismo tiempo, este producto cuesta mucho dinero. El arándano habitual, las moras y la grosella negra contienen aproximadamente la misma cantidad de antioxidantes.

8. El algarrobo

Mito: el algarrobo es polvo de los frutos del árbol algarrobo que es rico en antioxidantes, los cuales prolongan la juventud. Además, contribuyen a la reducción del apetito y el colesterol en la sangre.

Realidad: el valor calórico del algarrobo es más alto que el del cacao en polvo (347 contra 289 kcal en 100 gramos). La tasa del nivel de azúcar también es más alta, aproximadamente en un 40 por ciento. Al mismo tiempo, el chocolate amargo solo tiene un 23 por ciento de azúcar. Tal vez, no vale la pena pagar doble y mejor permitirte un pedazo chocolate amargo.

Confiesa, ¿has creído en la publicidad de estos productos milagrosos?

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