Abuela encargada de preparar la cena navideña pone polémica condición para que sus familiares se sienten a la mesa

Historias
hace 11 meses

En las cenas navideñas, las risas son más fuertes que los fuegos artificiales y los secretos familiares son tan complicados como armar un rompecabezas de mil piezas. Desde el desfile de platos que desafían las leyes de la física hasta las conversaciones que podrían rivalizar con cualquier serie de televisión, nuestras cenas navideñas son como una telenovela que nunca viste venir.

Carolina Duddridge, una mujer de 64 años, ha generado controversia en las redes sociales al admitir que cobra a sus hijos y nietos por la cena de Navidad. A los adultos les solicita entre 15 y 19 dólares, mientras que los niños de 9 a 3 años pagan $6 y los de un año pagan $3.

La residente de Cardiff defiende esta decisión, argumentando que todo está bastante costoso y no tiene intenciones de cambiar su posición. En una entrevista, expresó: “No estoy buscando obtener beneficios, simplemente lo hago para recibir un poco de ayuda con los costos de la comida”.

Además, compartió que al llegar noviembre, revisa su cuenta bancaria para identificar quiénes le han transferido dinero para la cena. “Les recuerdo a aquellos que me deben que cumplan con su fecha límite de pago hasta el 1 de diciembre”, añadió.

Caroline anticipa que la cena de este año será más costosa que nunca y afirma que se esforzará por encontrar los precios más económicos. Aunque es consciente de las críticas que recibe por esta práctica, no le afecta. Esta iniciativa surgió tras el fallecimiento de su esposo en 2015, lo que no solo representó un dolor profundo, sino también la imposibilidad de asumir por completo los costos de la comida navideña.

La abuela reconoció que inicialmente sus familiares se quejaron, pero con el tiempo comprendieron la situación y ahora esta práctica se ha convertido en una tradición navideña. Según ella, uno de los aspectos positivos de cobrar por la cena es la reducción significativa del desperdicio de alimentos, ya que solo adquiere lo necesario.

Todos los invitados participan en la elección del menú. En la mesa se sirven típicamente refrescos, platos de comida, galletas navideñas, postres, nueces y queso. Para concluir, Caroline afirmó que, a pesar de las críticas, considera que esta idea resulta muy práctica.

Las reuniones familiares, ese cóctel de risas, abrazos y, a veces, un toque de caos organizado. Desde los debates culinarios hasta las historias vergonzosas que resurgen cada año, nuestras reuniones son como una mezcla única de sitcom y telenovela. En resumen, nuestras reuniones son el escenario perfecto para crear recuerdos inolvidables y para descubrir quién es el campeón indiscutible en el arte de contar chistes malos.

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