Cansada de que prioricen perros sobre niños, mujer lanza claro mensaje

Crianza
hace 6 meses

Actualmente, existe un debate entre algunos padres y algunos dueños de perros. Mientras que para unos, los niños son “ruidosos” y “caóticos” y los perros son “obedientes”, para otros es totalmente lo contrario. Esta perspectiva ha generado intensos debates en la sociedad sobre la poca tolerancia a los niños y el aumento de la misma hacia las mascotas (por suerte).

Aunque en ambas situaciones se tiene la responsabilidad de cuidar, alimentar, proteger y educar a otro ser vivo, no son experiencias equivalentes, como lo destacó la influencer Luz Carreiro durante una entrevista en el pódcast Mamás en Pausa.

“Yo también he tenido un perro y solía decir que era como mi hijo”, explicó Carreiro. “Sin embargo, eso cambió cuando tuve a mi hija y ya no tenía a mi perrito porque falleció. Me di cuenta de que no podía dejar a mi hija encerrada mientras corría al mercado, ni simplemente servirle su comida y marcharme. Las responsabilidades con un hijo humano son completamente diferentes y más complejas”.

Nadie cuestionaba cómo enseñé tres trucos a mi perrito...“, reflexionó la influencer. “Pero con mi hija, tendré que enseñarle lecciones durante toda su vida. Ahí es cuando te das cuenta de la gran diferencia que existe”.

“Comprendo el amor incondicional hacia nuestras mascotas, nuestros ’perrihijos’ de cuatro patas o como queramos llamarlos, pero las exigencias siguen siendo distintas”, concluyó

La influencer comentó su sorpresa por la falta de consideración hacia los padres en muchos lugares, donde no hay comodidades para quienes tienen hijos. Lamentó la escasez de sillitas de bebé en algunos restaurantes, como si se asumiera que los padres pueden cargar a sus hijos en brazos todo el tiempo, similar a cómo se maneja con los perritos que pueden acomodarse en el regazo.

“Creo que estamos experimentando una creciente niñofobia o adultocentrismo, donde las generaciones actuales son cada vez más firmes en su decisión de no tener hijos. Esto es completamente aceptable; si no quieres niños en un restaurante o en tu boda, está bien, cada uno tiene sus preferencias. El problema surge cuando estas preferencias se aplican en espacios públicos, que están abiertos para todas las personas. No se puede esperar que en lugares públicos no haya ciertos grupos de personas solo porque a alguien no le guste tratar con ellos. Eso es egocentrismo”, declaró la influencer, señalando la creciente tendencia de algunas personas a quejarse de la presencia de niños en espacios públicos donde tienen tanto derecho como cualquier otro individuo.

En última instancia, la tolerancia y la aceptación nos llevan a un mundo más colorido y emocionante. Al abrir nuestros brazos a los niños, invitamos a la frescura de la inocencia y a la chispa de la curiosidad en nuestras vidas. Del mismo modo, las mascotas nos enseñan el arte de la lealtad y la alegría desenfrenada, recordándonos la importancia de vivir el momento.

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