La hija transgénero de 11 años de Charlize Theron disfruta de todo su apoyo
En un momento en el que la igualdad y la inclusión son temas de suma importancia mundialmente, Charlize Theron es un gran ejemplo de respecto a la elección personal. A través de la experiencia de su hija Jackson, quien nació biológicamente niño, pero se identifica como niña, quiere destacar la importancia de apoyar y aceptar a las personas tal y como son. Descubramos juntos su historia.
La actriz no tuvo justamente una infancia de cuento
Charlize nació en Sudáfrica, y tanto su infancia, como su adolescencia, fueron bastante complicadas. Ella era hija única y creció en una granja, alejada totalmente de las tecnologías y las modas pasajeras de occidente. Con el positivismo que la caracteriza le saca el lado bueno a su situación recordando “El entorno era genial. Por lo general, iba descalza por la tierra: sin videojuegos, ni computadoras, tampoco había conciertos. Esto significaba que tenías que buscar cómo entretenerte”.
Si bien consiguió resurgir como el ave fénix, fueron muchas las adversidades a las que tuvo que enfrentarse. Las adicciones de su padre hicieron de él un hombre conflictivo que con el tiempo convirtió la vida de la actriz y de su madre en una pesadilla. Y como si esto fuera poco, la estrella de Hollywood sufrió problemas de salud gran parte de su infancia. Tuvo una enfermedad llamada ictericia, cuyo tratamientos fue tan agresivos que hasta perdió sus dientes.
Su madre ha sido su inspiración, como mujer y mamá
Ha declarado en muchas ocasiones que está orgullosa de quien es y de ser mujer, y que se lo debe a su madre. A sus 15 años, su padre falleció y desde entonces, su mamá ha luchado por el bienestar de ambas. Gestionó la empresa familiar y sus grandes deudas, respecto a lo cual la actriz recuerda “El mejor regalo que me hizo mi madre fue poder verla ponerse un traje y tacones, asistir a una reunión de la junta y dirigir el espectáculo. Yo la miraba con la boca abierta, pensando: ’¡Yo quiero ser así!’”.
Tiempo después, la apoyó en su decisión de ser bailarina profesional. Además de comprarle el billete para probar suerte en E.E.U.U. le mandó dinero durante meses para ayudarla con sus gastos. Pero una lesión en una de sus rodillas hizo que tuviera que abandonar la danza y la sumió en la depresión. Fue entonces, cuando su madre voló desde Sudáfrica hasta Estados Unidos para “darle un tirón de orejas” y animarla a no rendirse tan fácilmente, cosa que la llevó a iniciar su exitosa carrera actoral.
Siempre supo que iba a adoptar
La adopción siempre estuvo entre los planes de Charlize, más allá de que tuviera hijos biológicos, siempre sostuvo que en algún momento de su vida adoptaría. Sus palabras se hicieron realidad en 2012, cuando Jackson llegó a su vida. Y más tarde, en 2015, su familia crecería aún más con la llegada de su hija August, también por medio de la adopción. Cuando solicitó ser adoptante era soltera, cosa que la obligó a dirigirse solo a agencias que aceptaran solicitudes de madres solteras.
Aún hoy, para muchas agencias de adopción, las familias monoparentales siguen sin ser una opción, respecto a lo cual la actriz ha dicho: “Hemos envuelto nuestras cabezas en la idea de dos padres, madre y padre, pero no en la idea de uno solo. Es triste. Conozco a muchas personas solteras que serían increíbles padres. Mi lucha fue fácil debido a mis circunstancias, pero desearía lo mismo para todas las mujeres que quieran compartir su vida y ser parte de la crianza de un niño o niña”.
Ha mostrado públicamente su apoyo a la comunidad LGBT+
La actriz contó que durante su infancia vivió muy de cerca la discriminación del colectivo LGBT+. Uno de sus vecinos era gay, pero debido a los prejuicios sociales, tenía que ocultar su naturaleza. A través de él, y siendo muy joven aún, Charlize entendió que eso no estaba bien, que cada ser humano merecía poder mostrarse tal y como es “Sudáfrica era conservadora y religiosa, así que desde los 4 años recuerdo haber vivido allí y al lado de este niño que era gay, y nadie quería hablar de eso”.
Por eso, la actriz ha usado su trabajo para dar visibilidad y normalizar a este colectivo, tanto a través de sus personajes, como de las películas en las que forma parte del equipo de producción: “Quiero que las historias que cuento y los personajes que interpreto reflejen qué es la comunidad LGBT+, de manera en la que no estemos haciendo un millón de preguntas al respecto. Así es como debería ser”.
Quiere a sus hijas tal y como son
Como toda madre, la actriz quiere que sus hijas se acepten y se amen tal y como son, independientemente de su raza, género o cualquier otra de las tantas etiquetas que existen en la sociedad. Por esa razón, no ha dudado en hacer su deseo público; “Quiero que crezcan en un mundo en el que se vean a sí mismas, donde tengan la conciencia de que pueden ser quienes quieran porque lo ven. Y no solo en el cine, también en la vida”.
También contó, cómo fue que supo que Jackson, de actualmente 11 años de edad, desde su inocencia infantil le dijo que se auto percibía como niña. Fue tan claro, conciso y simple como decirle con total seguridad: “¡No soy un niño!”. Desde entonces, Charlize ha respetado su deseo y le ha dejado ser quien considera que es, con libertada, sin vergüenzas, ni tapujos.
No le importa lo que lo demás piensen
Si bien la actriz prefiere mantener a sus hijas lo más alejadas posibles de los medios y las redes, como cualquier mami orgullosa, no puede evitar presumir de vez en cuando de ellas compartiendo imágenes de eventos escolares, vacaciones familiares o cualquier otro momento que considera importante. Respecto a sus vidas privadas y sus elecciones personales, considera que deben ser ellas mismas quienes las hagan públicas si así lo desean, cómo y cuando consideren necesario.
Aunque no le importa la opción pública, ni considera que deba dar explicaciones, la razón por la que decidió hacer pública la transexualidad de su hija, fue para informar a los medios que pronombre deberían utilizar para referirse a Jackson, a partir de ese momento. Fue simplemente, porque cuando su hija la escuchaba, o escuchaba a terceros, referirse a ella bajo pronombres masculinos, se sentía mal y al saberlo su madre no podía permitir que su pequeña siguiera sintiéndose así.