12 Personas compartieron su inolvidable experiencia de visitar al médico

La belleza del futuro parece haber llegado en forma de luces de colores. Pero antes de dejarte hipnotizar por las máscaras de luces LED que ves en redes, te contamos qué es este tratamiento, qué beneficios tiene y si realmente vale la pena para decirle adiós al acné y las arrugas. Spoiler: no es milagroso, pero tiene ciencia detrás. Y sí, las imágenes parecen una película de ciencia ficción.
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La fototerapia LED es un tratamiento no invasivo que utiliza luz de baja intensidad para mejorar la salud de la piel. Hoy día se ha convertido en una de las opciones más buscadas por quienes apuestan por una piel tersa sin recurrir a métodos más invasivos, como las cirugías o las inyecciones estéticas.
La exposición a la luz LED es indolora, no molesta ni pica y no requiere tiempo de recuperación. Cada sesión con la mascarilla dura entre 15 y 30 minutos. Aunque se dice que en principio lo recomendable es hacerlo de dos a tres veces por semana al comienzo del tratamiento, todo depende de cada tipo de piel y del objetivo con el que se aplique la luz: no es lo mismo si queremos combatir el acné que si buscamos reducir arrugas o líneas finas de expresión.
Aunque hoy parezca lo último de lo último, la fototerapia LED tiene historia. En los años 60, el médico húngaro Endre Mester descubrió por accidente que la luz roja ayudaba a cicatrizar heridas y estimulaba el crecimiento del cabello en ratones.
En realidad, estas dos observaciones fueron en principio efectos secundarios de la aplicación de un láser de baja potencia sobre la piel afeitada de un ratón. Lo que el científico buscaba era ver si este podía influir en el crecimiento de ciertos tumores y, por accidente, como suele ocurrir con los grandes descubrimientos, observó estos dos hechos: el pelo del ratón crecía y sus heridas cicatrizaban.
Décadas después, la NASA se apropiaría de esta técnica para curar heridas de los astronautas en el espacio. Al día de hoy, el método se ha domesticado y se ha vuelto una herramienta muy usada en clínicas estéticas y hasta en casa.
No todas las luces LED hacen lo mismo: cada color tiene una función específica según las necesidades de la piel o el efecto que estemos buscando. Aunque las luces azul y roja son las únicas con respaldo científico sólido, en tratamientos estéticos también se utilizan otros tonos, como el verde y el morado (asociado con efectos relajantes y detox). Si bien sus beneficios aún no están comprobados por la ciencia, algunas personas los encuentran útiles como complemento.
Aunque prometedora, la fototerapia no es milagrosa pero aporta mucho. Como ocurre con otro tipo de tratamientos estéticos, sus resultados no son mágicos ni instantáneos sino acumulativos y pueden tardar tiempo en manifestarse. Esto significa que podrás notar cambios luego de varias sesiones y siempre y cuando la combines con otros hábitos de cuidado y tengas en cuenta los siguientes consejos:
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