Cuántas horas de sueño necesitas en diferentes planetas

Curiosidades
hace 8 meses

Te encuentras en una nave espacial que te llevará hasta Plutón para tu viaje de exploración galáctica. Es el viaje más largo desde la Tierra y no hay atajos, así que tendrás que ponerte cómodo. Se recomienda que todos a bordo duerman al menos 8 horas por las “noches”. Los astronautas de la Estación Espacial Internacional tienen pequeñas habitaciones individuales con bolsas de dormir especiales y espacio suficiente para sus pertenencias personales. Si no fuera así, flotarían y se chocarían entre sí.

Lo bueno es que el viaje solo llevará unos cuantos días, así que puedes tener tus 8 horas de descanso durante el resto del viaje. Después de un par de días, llegas por fin a Plutón, y un autobús te lleva al hotel. El planeta enano es uno de los lugares más oscuros del sistema solar: como se encuentra muy lejos del Sol, refleja muy poca luz.

Miras por la ventanilla y ves unos paisajes decentes, con cordilleras montañosas de unos 3000 m de altura. Pero, en lugar de picos nevados como los de Suiza, ves metano helado. Tienes un reloj inteligente que puede analizar las características de la atmósfera. Plutón está lleno de nitrógeno y metano. Tras un par de horas, llegas por fin al hotel y te registras. Te sorprendes al descubrir que tu reserva es de solo un día.

Una de las primeras cosas que notas es lo débil que es la gravedad, lo que te trae problemas para dormir. Por fin, tras haber disfrutado de un día completo, estás listo para ir a la cama. Pero, técnicamente, el día aún no se termina. Un día solar plutoniano, cuando el planeta rota en torno a su propio eje, demora unos 6 días terrestres. Así que tus 12 horas de diversión y exploración fueron como haber pasado solo una hora en la Tierra.

Si eso te parece largo, no te molestes en esperar 248 años para celebrar Año Nuevo. Esa es la cantidad que Plutón necesita para dar una vuelta en torno al Sol. Después de un tiempo, tu reloj biológico se adapta a las condiciones locales, así que terminas durmiendo más de 72 horas para sentirte renovado. Al día siguiente partes del hotel y vuelas hacia Neptuno. Este magnífico planeta azul se ve precioso, aunque es extremadamente peligroso. Pero ¿por qué no? Te gusta la aventura.

Disfrutas de una vista fantástica de las 14 lunas de Neptuno mientras esperas el servicio a la habitación. Sientes el efecto de la diferencia horaria y decides descansar un par de horas. Si bien planeabas tomar una siesta, terminas dedicando el día entero a comer bocadillos. Un día aquí dura alrededor de 17 horas terrestres. Lograste quedarte dormido y descansar unas 10 horas, más de la mitad del día. Al igual que Plutón, Neptuno necesita más de 100 años para orbitar en torno al Sol; 165 años terrestres, para ser precisos. Después de un tiempo, ajustas tus hábitos de descanso a solo unas 3 horas para disfrutar del resto de tu viaje.

Llegas al planeta más grande de nuestro sistema solar: Júpiter. Después de aterrizar, tienes que dedicar otro mes a viajar antes de llegar a tu hotel. No te preocupes, un día entero aquí dura unas 10 horas. Te registras y decides quedarte en el hotel; como hay clima de tormenta, no es fácil salir. Uno de tus programas incluye un viaje a la Gran Mancha Roja, una zona que ha sido azotada por tormentas similares a huracanes a lo largo de los últimos 300 años.

Esta mancha tiene el tamaño de dos Tierras, y Júpiter podría albergar 1300 planetas como el nuestro sin problemas. Después de un par de días disfrutando de los paisajes, regresas al hotel y descansas. Como 10 horas equivalen a un día, te sientes muy cansado y duermes un día entero, pero no pudiste descansar bien, ya que la gravedad aquí es más fuerte que en la Tierra. Tampoco te resultó sencillo ir al baño en medio de la noche. Finalmente logras obtener tus 2 horas de descanso y adaptarte a las condiciones de Júpiter.

Marte es mucho más pintoresco que el resto. Reservas un día entero en el monte Olimpo, un volcán que resulta ser la montaña más alta del sistema solar. Es 3 veces más grande que el Everest. Tu hotel tiene una hermosa vista de la montaña, y es el más lujoso y avanzado que has visitado. El día dura 25 horas, bastante similar a la Tierra. Eso significa que puedes recuperar tus 8 horas típicas de sueño. Lamentablemente, fuera del domo hay una megatormenta de polvo que cubre todo el planeta. Una vez que se calma, emprendes un viaje a los casquetes polares, cubiertos con casquetes glaciares de dióxido de carbono. Puedes sentir cómo cae la temperatura. Si bien Marte es el planeta rojo, es bastante frío.

Necesita 687 días para darle la vuelta al Sol. Tu cuerpo comienza a sentir los cambios de viajar de un planeta a otro. En muchos lugares no lograste pegar los ojos durante un día entero, por más que nunca habías tenido problemas para dormir antes. En Mercurio te registras en un hotel subterráneo que parece un hormiguero, y sientes inmediatamente el calor proveniente del Sol. Mercurio es el planeta más cercano a nuestro amigo brillante, pero Venus es el más caliente. Este pequeñín necesita 1408 horas para completar un día entero, alrededor de 60 días terrestres. Qué bueno que llegaste mientras atardecía.

Disfrutas de una vista épica del paisaje y, una vez que el Sol desaparece por completo, el lugar se enfría, y mucho. Como Mercurio no tiene una atmósfera que atrape el calor, el frío toma el control rápidamente, así que hibernas un mes entero antes de irte.

Llegas a Saturno, el planeta anillado, y ves las lunas gigantes que lo orbitan. Saturno solo tiene 11 horas por día, y su atmósfera superior es muy ventosa. Además de la fantástica vista de las lunas, no puedes perderte los anillos. Están hechos de partículas de hielo y roca de todos los tamaños, desde un grano de arroz hasta un bote. Miles de millones de estas partículas flotan en el aire. Los científicos creen que son los restos de cometas y planetas enanos.

Después, viajas a Titán, la luna más grande de Saturno y la segunda más grande del sistema solar. Según los científicos, Titán tiene las condiciones más similares a las de la Tierra. Solo es más frío, ya que está más lejos del Sol. Además de la Tierra, Titán es el único lugar en todo el sistema solar con lagos, ríos y océanos líquidos; está lleno de lagos de metano y etano. Te subes a un fabuloso crucero alrededor de este satélite. La atmósfera también es similar a la nuestra y tiene los ingredientes correctos para dar inicio a la vida. Miras al cielo y ves cómo se forman unas nubes y comienza a llover.

Te escondes bajo la parte cubierta del barco y esperas a que pare. Titán tiene un ciclo hidrológico de metano bastante similar al de la Tierra. Eso significa que, primero, el agua se evapora hacia el cielo y después comienza a llover. Tras un maravilloso recorrido en crucero, viajas a otras de las lunas y de regreso a Saturno. Mientras regresas a la Tierra, miras todas las fotos que tomaste. Tu viaje entero duró casi un año terrestre, y tu cuerpo ya no puede ajustarse a las condiciones de nuestro planeta. Te acostumbraste dormir y despertar en plena oscuridad o expuesto a una luz solar extrema.

Has dormido en diferentes lugares con diferentes intensidades gravitatorias, así que ya no sabes cómo se siente dormir en una cama normal. En algunos lugares, te apoyaste erguido en cápsulas de descanso para compensar la falta de espacio. Como resultado, tienes dolores de cabeza constantes y te despiertas en medio de la noche sin recordar quién eres. Además, fuiste más liviano que de costumbre durante la mayor parte de tu viaje, así que perdiste un poco de masa muscular. Hay noches en las que ni siquiera puedes dormir y esperas a que el Sol asome, tal como hacías en Saturno o Júpiter. Como resultado, tus ciclos de sueño se alteraron. La vida en la Tierra se ha vuelto mucho más difícil para ti después del viaje, así que decides hibernar un tiempo para ajustarte a las condiciones de nuestro planeta, tal como hiciste en Mercurio.

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