El caso de la anciana con malestar que resultó ser un feto de 50 años

En la tranquilidad de su vida, una anciana amable y llena de experiencias, descubre su propia historia aún sin contar. Sorprendida por algo más que simples achaques de la vejez, se da cuenta de un misterio escondido desde hace mucho tiempo en su interior. Lo que ella pensaba que era solo una molestia de la edad resultó ser un enigma atrapado en lo más profundo de su ser.

Estela Meléndez, una anciana de 92 años, fue al hospital Claudio Vicuña en San Antonio, Chile, debido a un intenso dolor abdominal que interrumpió su rutina tranquila y generó preocupación, ya que a su edad los síntomas corporales no deben pasar desapercibidos.

Después de realizarle las pruebas de rutina y no encontrar nada extraño, los médicos decidieron hacerle unas radiografías. Lo que observaron en las placas los dejó sorprendidos.

Los médicos pudieron determinar que lo que provocaba malestar a la anciana era un feto momificado en su vientre, según reportaron los diarios locales. Los expertos médicos determinaron que el feto encontrado llevaba en su interior 50 años o más. Debido a la avanzada edad de la paciente, los especialistas descartaron realizar alguna cirugía para retirarlo.

“Lo más probable es que nunca se dio cuenta de que estaba embarazada, pero creo que ha debido sufrir dolores abdominales desde hace mucho tiempo” explicó un médico.

Pero los efectos de tener dentro un feto durante tanto tiempo le ocasionaron otro tipo de problemas de salud a la anciana.

“Ella ha vivido siempre con problemas por este tema. Tiene una pierna más corta por el peso y no puede orinar bien. Antes incluso tenía que orinar acostada”, dijo Luis Meléndez, uno de los familiares de la anciana.

Estela vive en una humilde casa en un pueblo costero de Chile, sus hijos también refieren que a pesar de que oficialmente tenía 92 años, realmente estaría por cumplir 110, esto porque fue inscrita al padrón a la edad de 17.

También reportan que a pesar de las molestias, nadie le hacía mayor caso a la anciana y sus malestares eran tratados como simples dolores abdominales.

Sus hijos recuerdan que, más o menos, hace 50 años, ella se encontraba embarazada y perdió al bebé. Así que los doctores le hicieron un raspaje, pero sospechaban que no lo hicieron bien. Ahora al ver las radiografías quedo comprobado que el feto siguió con ella, por siempre.

“La llevaron al hospital, le dijeron que tenía cáncer y la operaron de cáncer. Y nunca le dijeron que lo que tenía era un bebé. Y ahí se quedó con eso adentro”, contó Luis, su hermano menor.

A pesar de su avanzada edad y la bola en su abdomen, Estela vivía de manera normal en su hogar realizando sus actividades normales. Pero un día se cayó y se golpeó en el codo, por lo que su hermano Luis la llevó a la clínica de la zona, donde Estela dice haber sido operada de cáncer varias décadas atrás.

La doctora que la atendió fue la que hizo el increíble descubrimiento “Le destapó el vientre y se lo vio y quedó sorprendida. ’Esta señora está embarazada’, dijo. ’Llévamela a que le saquen otra radiografía’”, contó Luis.

“Cuando un adulto mayor sufre una caída, se toma una radiografía de cadera, para descartar fractura de pelvis. Al hacerla apareció una imagen que es propia de la columna vertebral de un feto”, explicó Dagoberto Duarte, director del Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio.

Es un hecho sin precedentes en la historia de salud chilena. Según los datos de Duarte, el feto tenía unas 30 semanas de gestación y pesaba alrededor de dos kilos. Era un embarazo abdominal, con el embrión implantado fuera del útero.

Las autoridades aseguran que Estela nunca fue operada de cáncer, como ella refería. Sin embargo, sus familiares aseguran que el “cáncer” que tuvo Estela hace más de 50 años era en realidad este embarazo. Y que en la década de 1980 se le realizaron radiografías en el consultorio local donde se vio lo que tenía. “Sí sabían, pero no quisieron hacer nada”, denuncia Luis.

Por la avanzada edad de la paciente era muy peligroso retirar el feto momificado, así que Estela tendría que seguir viviendo con él hasta el fin de sus días.

Los casos como estos son sorprendentes y demuestran que sabemos muy poco del ser humano y de sus capacidades para resistir malestares por décadas. Tenemos otros casos sorprendentes como el de una mujer que estuvo paralizada por 20 años, de una mujer que se curó de una enfermedad sin tratamiento y de una familia que lucha contra el tiempo acumulando memorias.