El día que mi jabón de manos casi destruye la paz laboral

Gente
hace 3 horas
El día que mi jabón de manos casi destruye la paz laboral

El ambiente laboral y de oficina puede ser de por sí algo complicado y difícil de manejar. Se juntan no solo las exigencias del trabajo, sino la necesidad de convivir trabajar junto con otras personas que pueden tener personalidades, gustos manías muy diferentes a las propias. Puede parecer que no, pero estar preparado es fundamental, porque puedes encontrarte con situaciones, como las de la siguiente historia.

“¿Soy el malo aquí por negarme a dejar de lavarme las manos solo porque a mi compañera de trabajo le ‘molestan’ los olores?”

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Tengo una compañera de trabajo que siempre dice que es sensible a los olores. Nadie puede usar desodorante, y mucho menos perfume, en la oficina porque arma un berrinche si huele algo que no sea oxígeno limpio y sin diluir.

Normalmente, solo se queja con el jefe, y luego todos recibimos un correo electrónico genérico de la empresa que dice que somos una zona libre de fragancias y bla, bla, bla. Pongo los ojos en blanco. Todos de vuelta al trabajo.

Ahora, ha estado extra molesta estas últimas semanas. Sigue diciendo que huele a perfume. Nadie va a admitir que usa. Recibimos correos electrónicos sobre olores en la oficina casi a diario ahora y nada cambia. Así que decidió tomar la ley en sus propias manos, por así decirlo.

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Como 2 o 3 veces a la semana, comienza a caminar por los pasillos, mete la cabeza en el escritorio de cada persona, respira hondo y pasa al siguiente escritorio. Todo para tratar de encontrar al culpable.

El viernes, hizo esto de nuevo. Acababa de regresar del baño cuando llegó a mi escritorio. Me hizo su prueba de olor e inmediatamente perdió los estribos. Aparentemente, el perfume que ha estado oliendo las últimas semanas venía de mí. Después de que armó un escándalo frente a todos, determinamos que lo que estaba oliendo era jabón de manos que usé en el baño.

Perdió suficiente tiempo de mi día en ese momento, así que profesionalmente le dije que se fuera por ahí y que no voy a dejar de lavarme las manos porque es una hipocondríaca. La forma en que lo dije fue algo así como “lavarse las manos con jabón es una práctica de higiene innegociable y no voy a dejar de hacerlo. ¿No puedes razonablemente esperar que evite eso?”

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Como sospechaba, me llamaron a una reunión con mi jefe y la compañera de trabajo hoy. Trabajo en una empresa pequeña, así que no tenemos un departamento de RR. HH. dedicado y nuestro jefe se encarga de este tipo de problemas.

Al final descubrimos qué pasó. Ella no olía un perfume, sino que el tipo de mantenimiento del edificio puso jabón nuevo en el baño hace un par de semanas. Eso coincide con cuando la compañera de trabajo empezó a oler “perfume” en la oficina.

Mi jefe terminó comprando jabón de manos nuevo, creo que para suavizar las cosas, y puso las botellas en los baños. Le pidió a todos que, por favor, usaran los nuevos jabones sin perfume hasta que puedan cambiar los que están en el baño.

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Mi compañera de trabajo armó un drama durante la reunión. No paraba de señalarme con el dedo y decir cosas como “¡TÚ no me respetas! ¡TÚ no te tomas en serio mis problemas!”. Lo cual, honestamente, es cierto. No me tomo en serio sus problemas. Hay veces que huele algo que nadie más puede oler y se enoja con la gente que usa fragancias. Luego la he visto entrar al baño justo después de que alguien se roció perfume y no notar nada. El año pasado también exigió que todos dejaran de usar detergentes perfumados en casa. Nadie ha dejado de usarlos, incluyéndome a mí, pero ella cree que todos lo han hecho y, casualmente, ya no huele el detergente perfumado.

Como sea, soy profesional en el trabajo. Así que, aunque en realidad no la tomo en serio, no lo demuestro. No somos amigos, pero no la trato de manera diferente. Ni siquiera me uno cuando la gente habla mal de ella, lo cual es mucho. La única razón por la que me siento cerca de ella es porque todos los demás han pedido cambiarse de lugar. Yo la puedo tolerar, así que esa ha sido mi mesa por un tiempo.

Le pedí que explicara qué hice, que la hiciera sentir que no la respeto. No pudo dar con una respuesta (porque no la hay) y como que se trabó con las palabras. Luego le pregunté cuándo podía esperar una disculpa por avergonzarme el viernes y acusarme de no respetarla hoy.
Al final, simplemente se fue y cuando regresé a mi escritorio, su bolso ya no estaba, así que supongo que se fue.

¿Qué dicen los expertos?

La Hipersensibilidad Química Ambiental (MCS), podría ser el principal problema. Los afectados reportan síntomas reales y debilitantes, tales como dificultades respiratorias, náuseas o migrañas, aunque estén expuestos a niveles mínimos de fragancias o limpiadores. De momento, persiste el debate sobre si esta es una enfermedad únicamente física o si tiene un componente psicológico significativo (efecto nocebo).

El hecho de que la colega huele aromas que no son percibidos por nadie más y de que sus síntomas se desvanecen cuando cree haber solucionado el problema (aunque en realidad no sea cierto) sugiere un posible componente de trastorno de síntomas somáticos o ansiedad agravada. En estas situaciones, la ansiedad por enfermedad o el estrés laboral pueden aparecer físicamente, intensificando la percepción del olfato hasta llegar a una hiperosmia de origen psicógeno. Los síntomas son reales para el individuo, pero la causa es una respuesta psicológica a las tensiones internas o externas.

Para dar con una solución efectiva, la empresa debe lidiar con ambas situaciones: controlar el conflicto conductual (como la “caza de olores”) con claras normas e impulsar un ambiente laboral que valore la higiene y la sensibilidad a las fragancias. Y por supuesto, debe buscar adaptaciones económicas para los productos de la oficina cuando sea preciso.

¿Qué cosa te molesta o te genera sensibilidad que los demás no logran percibir? ¿Cómo manejarías tu esta situación si fueras el compañero que se lava las manos?

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Comentarios

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Entiendo que cada uno puede tener sus sensibilidades y molestias, pero pedir que la gente no se lave las manos, me parece un poco mucho, ¿no?

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Es verdad que algunos perfumes pueden ser molestos, pero ya el jabón, me parece demasiado...

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Qué pesada! Yo pienso que no debe primar el bienestar individual sobre el general

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