El gigante megalodón acaba de volverse 2 veces más grande
El depredador más grande y feroz que jamás haya acechado los océanos. El tiburón megalodón dominó los mares durante siglos, antes de extinguirse hace millones de años. Sin embargo, los científicos han hallado muy pocos restos del tiburón gigante. Todos lo que sabemos de esta gran bestia marina ha sido gracias a los fósiles de sus dientes gigantes, que tienen más o menos el tamaño de una mano humana promedio.
Los científicos han estimado el tamaño de este tiburón prehistórico a partir de la medida de los dientes y con la ayuda de varios cálculos. En promedio, un megalodón tenía un largo de 10 m. El ejemplar más grande de la especie podía alcanzar los 17 m. Sin embargo, estos megatiburones podrían haber sido aún más grandes de lo que creíamos.
En el Museo de Historia Natural de Florida, un grupo de estudiantes examinó réplicas de dientes de megalodón creadas con impresoras 3D y utilizó el método del largo del diente para calcular el tamaño del tiburón. Pero pasó algo raro: cada estudiante calculó un tamaño diferente para el mismo tiburón. Sus estimaciones oscilaban entre los 12 y los 55 m. Un paleontólogo echó un vistazo a las ecuaciones de los estudiantes y se dio cuenta de que el método utilizado durante décadas para calcular el tamaño de un megalodón no era nada preciso.
Por eso, en lugar de usar el largo del diente, desarrollaron un nuevo método para calcular el tamaño de un megalodón a partir del ancho. Resultó que el megalodón típico tenía una longitud de unos 20 m, casi el doble del tamaño estimado previo. Eso significa que el megalodón promedio era tan largo como dos autobuses escolares.
Nunca se ha hallado un esqueleto de megalodón. Los esqueletos de los tiburones se componen mayormente de cartílagos, por lo que se descomponen rápidamente. Por suerte, los tiburones pierden y regeneran dientes en todas las etapas de su vida; un único tiburón puede llegar a desarrollar 40 000 dientes. Los científicos han logrado estudiar diferentes tipos de especies de tiburón valiéndose únicamente de los dientes, y el megalodón tenía unos 276. Cuando se caían, aterrizaban en el fondo del mar, donde pasaban millones de años fosilizándose. Más tarde, los científicos hallaron estos dientes, el único registro real que tenemos de la existencia del megalodón.
La palabra megalodón significa “diente gigante”. Sus dientes tienen un largo de unos 18 cm. Como referencia, el diente más largo de un tiburón blanco mide solo 7 cm. Para dar con un juego de mordedores más grande, tendrías que viajar 65 millones de años hacia el pasado y buscar un tiranosaurio, cuyos dientes medían unos sorprendentes 30 cm. Los dientes de megalodón se han encontrado en todas partes del mundo. Eso significa que, a diferencia de otros animales de su época, era una especie intercontinental. Incluso hoy, la mayoría de los tiburones y los animales marinos tienden a quedarse en un único mar u océano. El megalodón nadaba libremente por el mundo y se movía entre aguas tropicales y subtropicales. Los dientes de megalodón han aparecido en cada continente, con excepción de las aguas heladas de la Antártida.
Cuando un megalodón hace una aparición en una película o un programa de televisión, se lo retrata como una versión gigante de un tiburón blanco. En el pasado, los científicos creían que el megalodón y el tiburón blanco tenían un antepasado común, pero no es cierto. De hecho, es más probable que haya sido el archienemigo del ancestro del tiburón blanco, el tiburón mako de dientes anchos. Eso quiere decir que, después de todo, el megalodón no era nada parecido al tiburón blanco. En realidad, tenía una nariz mucho más corta y aletas pectorales más largas, lo que le daban una apariencia más robusta y mucho más amenazante.
El megalodón no solo era el tiburón más grande del mundo, también es el pez más grande que haya existido. Un superdepredador de este tamaño debe haber necesitado una gran dieta para poder moverse: se estima que consumía unos 1130 kg de comida todos los días. Su dieta consistía en especies más grandes de peces, delfines e incluso otras especies de tiburón. Se han descubierto huesos fosilizados de ballenas antiguas con marcas de dientes de megalodón. Eso significa que no se sentían intimidados por el tamaño e intentaban darse festines con las ballenas gigantes del pasado.
Los científicos han utilizado simulaciones de computadora para intentar descifrar el estilo de cacería de este tiburón antiguo. Con esta tecnología, han descubierto que el estilo de ataque del megalodón era muy diferente al de los tiburones modernos. Estos últimos nadan directamente hacia el punto más vulnerable de sus presas, como por ejemplo el vientre suave de una foca. Los dientes de megalodón estaban adaptados para morder a través de zonas cartilaginosas más duras. Por lo tanto, la evidencia sugiere que en primer lugar el megalodón mordía las aletas más duras de su presa para quitarles la posibilidad de escapar antes de dar el golpe final.
La boca de un megalodón medía unos 3 m de ancho y 2,7 m de alto. Era tan grande que podrías haber nadado dentro de ella sin tocar ningún diente, aunque no te lo recomendaría. Un megalodón podría haber tragado un auto entero sin siquiera tener que morderlo. Los equipos de investigación de Australia y los EE. UU. colaboraron para averiguar el poder de mordida del megalodón con la ayuda de simulaciones por computadora. Los resultados fueron aterradores.
Mientras que el tiburón blanco moderno tiene un poder de mordida de 1,8 toneladas de fuerza, el megalodón podía devorar a su presa fácilmente con un poder de 18,2 toneladas. La mordida del megalodón podría haber atravesado el metal con facilidad y superar a cualquier otro depredador del océano. Los científicos creen que tenía la mordida más poderosa de entre todas las criaturas que jamás hayan existido. Podría haber superado sin problemas la del tiranosaurio, cuyo poder de mordida alcanza las 6 toneladas. Misteriosamente, nadie sabe con exactitud cuándo o por qué se extinguió el megalodón. Sin embargo, existen muchas teorías que intentan explicarlo.
El megalodón ya había desaparecido hacia el final del Plioceno, una fase de enfriamiento mundial que se extendió durante 5 millones de años y terminó hace más de 2,6 millones de años. La nueva evidencia sugiere que el último megalodón vivió al menos hace 3,6 millones de años, justo en medio del plioceno.
Una teoría afirma que estos megatiburones desaparecieron debido a los cambios de temperatura que tuvieron lugar en esta época. A medida que la Tierra se enfrió, las temperaturas de las aguas tropicales de los océanos cayeron en picada. Los científicos creen que esto provocó la extinción de todos los animales marinos grandes, por lo que la fuente de comida del megalodón sufrió un fuerte golpe. Sin presas que cazar, su extinción también fue inevitable. El megalodón daba luz a sus crías en aguas cercanas a la orilla. Las aguas costeras poco profundas eran la guardería perfecta para los tiburones recién nacidos, ya que los mantenía alejados de los depredadores que acechaban en aguas profundas.
A medida que el hielo se formó en torno a los polos de la tierra y los niveles del mar cayeron, estos territorios de crianza desaparecieron. Los cachorros de megalodón no tenían más remedio que nadar hacia lo profundo del océano, lo que los exponía más a los peligrosos depredadores. Una nueva teoría sugiere que la explosión de una estrella, también conocida como supernova, podría ser la responsable de su extinción. Hace unos 2,6 millones de años, una supernova a más de 150 años luz de la Tierra iluminó el cielo prehistórico durante meses. Unos cientos de años después de haberse apagado, las partículas de energía cósmica de la explosión cayeron sobre la Tierra.
Estas partículas contenían cantidades peligrosas de radiación, y los investigadores creen que eso podría haber provocado la extinción en masa de varios animales marinos, incluyendo al megalodón. La radiación de las partículas se hundió cientos de metros en el océano, y era más peligrosa para las criaturas grandes que para las pequeñas. Mientras más grande sea el animal, más radiación absorberá, así que el megalodón, de casi 20 metros, era lo suficientemente grande como para absorber grandes cantidades.
Algunas personas creen que el megalodón sigue vivo hoy en día y que acecha en las profundidades de las aguas oceánicas, pero es improbable. Era una especie de agua cálida, lo que significa que no podría sobrevivir en las aguas frías del fondo del océano. Además, la mayoría de sus presas potenciales viven en aguas menos profundas, por lo que tendría poco alimento allí abajo. En pocas palabras, si aún existiera un animal tan grande como el megalodón en la actualidad, ya lo habríamos visto.