Mi cuñada me hacía la vida de cuadritos hasta que decidí darle una lección

Todos hemos crecido con cuentos de hadas sobre una madrastra malvada y sabemos que es solo ficción, y en la vida no siempre es así. Pero la protagonista del artículo de hoy se enfrentó a problemas reales con la nueva esposa de su padre, pero no se quedó callada y supo defenderse.
Mi padre y yo siempre hemos estado unidos. No tanto como mi madre y yo, claro, pero después de que mis padres se divorciaran, solía visitar a mi padre tres o cuatro veces por semana. Hace unos años conoció a una mujer, llamémosla Anna. Congeniamos enseguida, y cuando papá le propuso matrimonio, me quedé encantada. Hubiera sido una gran madrastra, pensé.
Unas semanas antes de la boda, cuando yo ya había comprado todo lo que necesitaba -el traje y los zapatos-, mi padre y Anna me dijeron que tenían que hablar conmigo. Resultó que estaban planeando una “boda sin niños”. Yo estaba segura de que eso solo se aplicaba a los niños pequeños, pero resulta que no quieren invitar a nadie menor de 18 años. Y yo aún tendría 17 en el momento de la boda, y Anna no iba a hacer una excepción ni siquiera conmigo, su futura hijastra.
Lo curioso es que yo cumplía 18 años un par de días después de su boda, pero seguía sin poder asistir. Así que celebraron su boda el fin de semana pasado y mi cumpleaños después. No hablé con mi padre ni con Anna en todo el tiempo. Celebré mi 18 cumpleaños con mi madre, y ayer publiqué fotos de mi cumpleaños en las redes sociales y firmé: “¡Por fin soy adulta! Incluso me alegro de que mi padre y Anna no me dejaran ir a la boda por mi edad, porque solo ahora me siento realmente adulta”.
¡Lo que empezó a pasar! Toda la familia (bueno, los que están suscritos a mí en las redes sociales) empezó a inundar a papá y Anna de mensajes furiosos, y pronto ellos me escribieron que yo era una egoísta inmadura, así que hicieron bien en no invitarme a la fiesta.
Nos parece que fue posible encontrar algún compromiso para no disgustar a su hija y complacer a su futura esposa. Sin embargo, lo principal es que la chica consiguió salir airosa de la situación y, por así decirlo, “vengarse”.