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No hay nada que acabe más rápido con la confianza en uno mismo que mirarse al espejo y ver unos dientes amarillos y sin brillo. No importa cuánto te cepilles los dientes, no brillan como tú quieres. Y seamos sinceros: nadie quiere ocultar su sonrisa solo porque sus dientes no brillan tanto. Una sonrisa blanca y deslumbrante puede marcar la diferencia y aumentar tu confianza.
Si te frustra que tus dientes parezcan más “amarillos como la mantequilla” que “blancos como perlas”, no estás solo. Un dentista te desvela los errores cotidianos que podrían estar saboteando tu sonrisa sin que te des cuenta. Entremos en materia.
¡Resulta que tu rutina de cepillado podría estar haciendo más mal que bien! Los dentistas advierten que algunos errores muy comunes podrían estar amarilleando más tus dientes en lugar de mantenerlos blancos. El Dr. Ferakh Hamid, de Aesthetique Dental Care, dice que muchas personas se saltan, sin saberlo, un paso crucial en su rutina de higiene bucal, lo que provoca manchas persistentes y decoloración.
¿La buena noticia? ¡Tiene fácil solución! Es hora de averiguar lo que puedes estar haciendo mal.
¿El primer error? Saltarse el paso de mojar el cepillo de dientes antes de cepillarse. Algunas personas creen que mantener las cerdas secas hará que el dentífrico sea más eficaz para eliminar las manchas, ¡pero eso es un mito! En realidad, un cepillo de dientes seco puede ser demasiado agresivo con el esmalte y causar más daños que beneficios. Además, sin un poco de humedad, el dentífrico no se extiende de manera uniforme, lo que significa que no aprovechas todas las ventajas de la sesión de cepillado.
El doctor dice: “Antes de empezar a cepillarte los dientes, es una buena idea humedecer el cepillo. Este pequeño paso facilita que la pasta se extienda por todos los dientes, haciendo que la limpieza sea más eficaz.”
Así que, si te has estado cepillando con un cepillo seco, es hora de hacer un sencillo cambio: solo tienes que añadir un chorrito de agua y ya estarás en camino hacia una sonrisa más sana y brillante.
¿El segundo error? Cepillarse los dientes demasiado pronto después de comer o beber algo ácido.
El Dr. Hamid advierte de que muchos británicos dañan su esmalte sin darse cuenta al tomar el cepillo de dientes justo después de tomar un jugo de frutas, bebidas gaseosas (incluso sin azúcar), o comer alimentos ácidos como naranjas y pomelos. Aunque pueda parecer una buena idea lavarse los dientes lo antes posible, cepillarse demasiado pronto puede ser más perjudicial que beneficioso.
He aquí por qué: los alimentos y bebidas ácidos ablandan temporalmente el esmalte, haciéndolo más vulnerable. Si te cepillas enseguida, no estarás eliminando las manchas, sino desgastando esa capa protectora, lo que puede hacer que tus dientes se vean aún más amarillos con el tiempo.
¿Cuál es la solución? ¡Fácil! En lugar de cepillarte los dientes inmediatamente, espera al menos una hora antes de agarrar el cepillo. Mientras tanto, puedes enjuagarte la boca con agua o masticar chicles sin azúcar para neutralizar el ácido.
Un pequeño cambio como este puede marcar una gran diferencia a la hora de mantener tu sonrisa brillante y sana.
Y he aquí 6 interesantes datos que los dentistas no comparten con sus pacientes.