¿Habría sobrevivido el Titanic si hubiera sido más pequeño?

Curiosidades
hace 10 meses

Era el barco más grande jamás construido en su época y se suponía que era insumergible. Pero a los pocos días de emprender su primer viaje en 1912, el Titanic desapareció bajo las implacables olas del Atlántico Norte. Y de sus más de 2200 pasajeros y tripulación, solo 706 sobrevivieron aquella terrible noche. ¿Le habría ido mejor a un barco más pequeño en la misma situación? ¿Importó en verdad el tamaño del iceberg al final? ¿Fue un error que el barco cambiara de rumbo en el último momento para evitar el impacto? Estas son tres preguntas que tienen a la gente pensando: “¿Y si?”.

Sabemos que el Titanic fue considerado una maravilla de la ingeniería en su época. Diseñado por Thomas Andrews para la compañía naviera británica White Star Line, tenía algo más de 270 m de longitud y 53 m de altura; construido con abundante espacio para 840 camarotes, una alberca, una pista de squash, un gimnasio y dos comedores.
Pero fue bajo la cubierta donde se encontraba una de sus “novedades” más impresionantes. El casco del Titanic estaba dividido en dieciséis compartimentos diseñados para ser estancos. Hasta cuatro de estos podrían retener agua en caso de rotura, y los doce restantes ayudarían a mantener el barco dañado a flote. Gracias a estos compartimentos, la embarcación se consideraba “insumergible”.

Se rumora que Phillip Frank, vicepresidente de White Star Line, llegó a declarar: “No hay peligro de que el Titanic se hunda. El barco es insumergible, y los pasajeros no sufrirán más que inconvenientes”. El 14 de abril de 1912 se demostró que eso era un error cuando el Titanic chocó con un iceberg. Cuando el hielo rasgó el casco del barco, varios de esos compartimentos estancos se rompieron. El Titanic solo tardó dos horas y media en hundirse. Pero ¿el tamaño del iceberg con el que chocó selló su destino? ¿Habría cambiado algo si este hubiera sido más grande o pequeño?

Los icebergs tienen una gran variedad de formas y tamaños. Son trozos de hielo que se han desprendido de los glaciares o de las plataformas de hielo del Ártico y del Antártico, y ahora vagan por el océano hasta que acaban derritiéndose. Uno de los icebergs más altos jamás encontrados habría eclipsado fácilmente al Titanic. Descubierto en 1957, ¡tenía 168 m de altura! Eso se acerca a la altura del Monumento a Washington. Imagina chocar con algo tan grande. Aunque los icebergs más pequeños pueden resultar igual de peligrosos. Algunos son del tamaño de una casa y se denominan “pedacitos de iceberg”. Otros, más cercanos al tamaño de un auto, se llaman icebergs sumergidos. Estos pueden ser mucho más difíciles de localizar para los barcos y embarcaciones, por lo que son más complejos de evitar. Y aunque son más pequeños, pueden producir mucho daño cuando son golpeados.

También es fundamental recordar que los icebergs son siempre más grandes de lo que parecen, ya que la mayor parte de su masa se encuentra bajo la superficie del océano. De hecho, ¡más del 80 % del volumen de un iceberg está bajo el agua! La mayoría de sus bordes afilados y dentados no pueden verse. Si te acercas demasiado, corres el riesgo de dañar el casco de tu barco. Dado que el Titanic no se percató de su inminente destino, un iceberg más pequeño, golpeado en el mismo ángulo, podría haber sido suficiente para hundir al poderoso barco. Ahora bien, es posible que, si el iceberg hubiera sido más grande, se hubiera detectado antes. El Titanic podría haber tenido tiempo de cambiar el rumbo y evitar el impacto.

Pero perder ese iceberg no habría garantizado la seguridad del Titanic. Estaba viajando en un tramo peligroso del Atlántico llamado Iceberg Alley. Está situado a 402 km al este y sureste de Terranova, Canadá. Detrás de un iceberg, podría haber otro. Y otro después de ese. Así que la tripulación a bordo tuvo que permanecer muy atenta para evitar varias colisiones potenciales, no solo una. Un barco más pequeño podría haber sido más adecuado para el viaje. El tamaño del Titanic era ciertamente un reto a la hora de manejar. De hecho, acababa de salir de su muelle en Southampton cuando estuvo a punto de colisionar con otro transatlántico más pequeño, el SS New York, ¡perdiéndolo por solo 0,6 m! Es evidente que este gigantesco buque de vapor no estaba hecho para maniobrar rápidamente en espacios reducidos. Un barco de ese tamaño necesitaba tiempo y espacio para cambiar de rumbo.

Pero cuando se trata de barcos contra icebergs, el tamaño de la nave no siempre importa. El Islander era un barco de vapor diseñado para recorrer el Paso Interior de Alaska. En el verano de 1901, chocó con un iceberg, que abrió un agujero en la parte delantera o la proa del barco. El buque no se hundió de inmediato y la tripulación trató de ponerlo a salvo. Al final, la proa se sumergió por completo y la popa se levantó y salió del agua. El barco no tardó mucho más en hundirse por completo. De los 168 pasajeros y miembros de la tripulación, 128 sobrevivieron. Y se perdieron 3 millones de dólares en oro. El Islander tenía un casco de 73 m, por lo que era casi una cuarta parte del tamaño del Titanic. Y ese menor tamaño no pareció ser de mucha ayuda para evitar una colisión con un iceberg.

Y luego estaba el Hans Hedtoft en 1959. También conocido como el “Pequeño Titanic” o el “Titanic danés”, fue calificado como el “barco más seguro a flote”. Tenía 83 m de largo y 95 personas a bordo. Al igual que el verdadero Titanic, el Hans Hedtoft estaba diseñado específicamente para hacer frente a todo lo que el mar pudiera arrojarle. Además de su doble fondo de acero, tenía una proa blindada y siete compartimentos estancos. ¿Cómo podría hundirse un barco así? Pero podía. Y lo hizo. Estaba en su primer viaje, regresando a Copenhague, cuando tuvo problemas. El 30 de enero chocó con un iceberg. Se envió una alerta SOS, pero cuando el Johannes Kruss llegó para ayudar, el Hans Hedtoft no estaba en ningún lado. La única prueba de su existencia fue un cinturón salvavidas que fue arrastrado a la orilla en Islandia... 9 meses después.

Una vez más, el tamaño más pequeño del barco no jugó a su favor. Un tamaño más pequeño del Titanic no habría garantizado un viaje seguro en 1912. El último “qué hubiera pasado si” se refiere a la elección de último momento cuando se divisó el iceberg y sonó la alarma. En primer lugar, el Titanic podría intentar detenerse por completo. Pero esto no era una opción, ya que el barco necesitaba 800 metros para hacerlo, y el iceberg estaba a solo 274 m de distancia. En segundo lugar, el Titanic podía intentar evitar al iceberg alejándose de él. Esto fue lo que el capitán ordenó. Pero el intento fue infructuoso, resultando en un profundo corte en el casco del barco. ¿La última opción? Chocar con el iceberg de frente. ¿Habría cambiado algo?

La respuesta es un intrigante “quizá”. Algunos piensan que una colisión frontal habría salvado al Titanic. En este escenario, se habría limitado el daño a la parte delantera del barco. En lugar de que el iceberg desgarrara al casco y comprometiera varios de los compartimentos estancos, solo cuatro de ellos se habrían roto. Esto hubiera significado que los otros podrían haber hecho su trabajo de mantener el Titanic a flote. El barco podría haberse atascado, sin poder moverse. Pero hubiera permanecido sobre el agua hasta que llegara la ayuda. Esto hubiera proporcionado a un barco como el Carpathia el tiempo suficiente para llegar al lugar del accidente y poner a salvo a la gente a bordo. Uno de los diseñadores del Titanic, Edward Wilding, hizo una afirmación similar durante una investigación sobre el hundimiento. Sostuvo que la mayoría de las personas habrían sobrevivido a un choque frontal, y que el Titanic, en sí mismo, no se habría hundido.

Sin embargo, otros no están de acuerdo. En primer lugar, los mamparos especiales del Titanic se diseñaron específicamente para proteger al barco de colisiones con otros buques, no con icebergs. Estos compartimentos se arrugaban en caso de impacto, absorbiendo parte de la fuerza, mientras que el otro barco absorbía el resto. Aunque los daños seguirían siendo importantes, los mamparos restantes mantendrían al barco a flote. Pero un iceberg no tiene la misma flexión en una colisión que la que experimentaría con otro barco. La mayor parte de la fuerza sería absorbida por el Titanic, lo que provocaría mayores daños en el barco. Peor aún, el impacto se llevaría a través de toda la longitud de la nave. Los remaches reventarían. Las costuras se romperían. Los compartimentos se inundarían velozmente, y el barco se hundiría aún más rápido, con lo que habría menos supervivientes.

En cualquier caso, como ocurre con la mayoría de los “y si”, nunca sabremos realmente la respuesta. A pesar de lo trágico que fue el primer, y último, viaje del Titanic, dio lugar a cambios que ayudaron a que las salidas al mar fueran mucho más seguras. Los resultados de las audiencias sobre el desastre condujeron a la creación de la Patrulla Internacional del Hielo o PIH en 1914; una organización que rastrea los icebergs en los océanos Atlántico y Ártico para asegurarse de que los buques de la zona puedan evitarlos. En Estados Unidos y Gran Bretaña, los barcos estaban obligados a llevar suficientes botes salvavidas para acomodar a todas las personas a bordo. Se hicieron obligatorios los simulacros regulares de botes salvavidas. Por último, los mamparos de los barcos se hicieron más altos para evitar que entrara el agua. Y los fondos se estiraron para crear dobles cascos, ayudando a que los compartimentos fueran realmente impermeables. No se puede negar que la del Titanic fue una tragedia terrible, pero las lecciones aprendidas de esa “noche para recordar” han ayudado a prevenir muchas más.

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