15+ Buenas historias que harán derramar una lágrima incluso a un cínico empedernido
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Kelly Heather, de 38 años, se sometió a una cirugía cerebral para extirpar un tumor, pero las señales de advertencia estaban lejos de ser comunes. Todo comenzó con una línea descolorida en su uña, algo que la mayoría podría pasar por alto. Lo que parecía una mancha inofensiva resultó ser un indicador sutil de una grave condición de salud. Su historia es un poderoso recordatorio de la importancia de prestar atención incluso a los cambios más pequeños en nuestro cuerpo.
Kelly Heather, madre de cuatro hijos, ahora lucha contra un melanoma en etapa cuatro que, trágicamente, se extendió a su cerebro durante su embarazo. Ella cree que su condición pudo haberse prevenido si los médicos hubieran tomado en serio sus preocupaciones.
Heather buscó atención médica por primera vez en 2017, al notar una línea oscura en la uña de su dedo medio, pero las pruebas iniciales la descartaron como algo inofensivo. Sin embargo, la línea se oscureció, y en tres meses, fue diagnosticada con melanoma, un tipo peligroso de cáncer de piel que se había desarrollado debajo de su uña.
Su experiencia subraya la importancia de abogar por nuestra salud y asegurarnos de que los síntomas sean investigados a fondo.
Ese diagnóstico marcó el inicio de un largo y doloroso camino, compartió Heather en una entrevista. Su primera cirugía consistió en la extracción de la base de su uña en un intento de detener la progresión del cáncer.
Sin embargo, seis meses después, apareció un crecimiento similar a una verruga en la punta de su dedo, lo que generó más preocupaciones. Su médico le recomendó amputar el dedo para evitar que el melanoma se propagara aún más, una decisión que reflejaba la gravedad de su situación.
“Dije: ‘Lo que sea necesario, solo háganlo,’” recordó la mujer, originaria de Kent, Inglaterra. “Prefiero eso a que se extienda a otro lugar.”
Después de la cirugía, pidió más pruebas, pero los médicos se negaron. Esta decisión, dice ella, permitió que el cáncer se propagara.
“No quisieron darme esa tranquilidad extra con más escáneres, y creo que el cáncer podría haberse detectado mucho antes, antes de que llegara a mi sistema linfático, donde se propagó muy rápido,” dijo Heather, quien descubrió un bulto en su axila dos años después de la amputación.
En este punto, Heather dice que el melanoma se había vuelto metastásico, lo que significa que se había extendido a otras partes de su cuerpo. Esto la llevó a otra cirugía mayor, durante la cual los médicos le extirparon 20 ganglios linfáticos en un esfuerzo por contener el cáncer.
Cada etapa de su trayectoria reveló lo agresiva que se había vuelto la enfermedad, sumando a la carga física y emocional que afectaba tanto a ella como a su familia.
“El melanoma es la forma más agresiva de cáncer de piel y no sigue las reglas de los demás tipos de cáncer,” dice Kelly Heather. Después de la cirugía, Heather se sometió a inmunoterapia y, en abril de 2024, los médicos le informaron que estaba en remisión. Sin embargo, en diciembre, estando embarazada de 35 semanas, comenzó a perder el control muscular.
“Mi pierna empezó a moverse y temblar incontrolablemente, y en menos de un minuto, estaba teniendo una convulsión completa en la cocina,” explicó. “Pensé que estaba muriendo, y todo lo que podía pensar era que mis hijos habían perdido a su mamá y que mi bebé iba a morir.”
La causa de la convulsión, según Heather, fue un tumor cerebral con el mismo perfil genético que su melanoma, confirmando que el cáncer se había extendido. A pesar de su condición, logró dar a luz a su hijo, Te-Jay, el 9 de diciembre. Apenas dos semanas después, se sometió a una cirugía cerebral para extirpar la mayor parte del tumor posible.
Sin embargo, los médicos no pudieron extraerlo por completo sin arriesgar una parálisis permanente en su lado izquierdo. Como resultado, Heather ahora necesita radioterapia para tratar el tumor restante, lo que añade otro desafío a su ya difícil camino.
Heather recibió la devastadora noticia de que había un 25% de probabilidad de que el cáncer se hubiera transmitido a su recién nacido.
“Ninguna mamá querría pensar que posiblemente ha transmitido un cáncer a su bebé,” dijo Heather. El pequeño es monitoreado regularmente y, hasta ahora, se encuentra sano. “Es solo otra preocupación más,” añadió.
La página de GoFundMe se ha creado para apoyar a la familia, que junto con el pequeño Te-Jay, incluye a los hijos Preston, de 17 años, Brendan, de 15, y Rhea, de 7, a quienes Heather comparte con su pareja Tom.
“Podría terminar en silla de ruedas, pero este es el menor de sus problemas,” explica la página de GoFundMe. “Seguir viva el próximo año es su mayor lucha. Le han dado un 50% de probabilidad de que el tratamiento funcione. Si este tratamiento falla durante el primer año, no habrá otro tratamiento disponible para Kelly.”
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