Lo que hizo mi prima el día de su boda la dejó marcada como la oveja negra de la familia

El casamiento es una experiencia que marca a las personas para toda la vida. La ceremonia, el vestido, la emoción de la familia y la promesa de amor eterno parecen sacados de un cuento.
Pero a veces, lo que debería ser un día inolvidable por lo hermoso, termina siéndolo por otras razones un poco más extrañas. Así es como, en cada reunión familiar, se recuerda una y otra vez esa historia particular. En este artículo presentamos un relato cuya protagonista da que hablar y no precisamente por su inmaculado vestido o su infinita bondad.

“Esto pasó hace casi 20 años y todavía se habla en mi familia. Mi prima nos anunció a todos que había conocido a un gran hombre. Aproximadamente seis meses después, se suponía que se casarían. Tuvo suerte, porque mi mamá y mis tías accedieron a preparar toda la comida. El ‘salón’ de la boda era la casa de mi tío (no el papá de ella). Él tiene un terreno enorme, así que armaron la ceremonia afuera con sillas, y pusieron carpas para la recepción y la comida.

La familia de mi mamá es grande. Tenemos parientes por todo el país e incluso algunos en el extranjero. Así que vinieron más de 100 personas que viajaron desde lejos, alquilaron autos y reservaron hoteles para poder asistir a la boda.”

“La mañana del evento, mi prima, la novia, estaba actuando muy raro. Se mostraba muy reacia a prepararse. Se sacaba el vestido de novia y se ponía ropa casual una y otra vez. Todos estábamos confundidos, pensábamos que tenía miedo o se había arrepentido. Mientras tanto, mi mamá y mis tías se estaban muriendo de calor en la cocina preparando toda esa comida para tanta gente. Alguien notó que ella iba varias veces a su auto y volvía a la casa, pero, como todos estábamos ocupados armando todo, no le dimos demasiada importancia. Para colmo, ¡el novio no aparecía por ningún lado! Todos le decíamos que lo llamara. Ella ‘lo hizo’ y, al parecer, iba directo al buzón de voz.

Los invitados estaban llegando, todo se estaba preparando y el novio no aparecía en su propia boda. Empezamos a interrogar a mi prima, preguntándole qué estaba pasando, y ella dijo que él había tenido una reunión ayer en Nueva York, pero que supuestamente volvía anoche, cosa que no pasó. Nos quería hacer creer que él la había dejado plantada. Pero en ese instante, todos nos dimos cuenta de que estaba mintiendo. Salió un momento afuera. Mi tía agarró su teléfono y revisó el historial de llamadas: ¡No lo había llamado ni una sola vez! Todos empezamos a gritar, preguntándonos qué estaba intentando hacer.”

“Mi tía lo llamó y él atendió. Le preguntó dónde estaba. Él dijo: ‘Estoy en Nueva York por trabajo.’ Ella le dijo: ‘¿Cómo que por trabajo, si hoy es tu boda?’ Imagino que a esta altura no les sorprenderá saber que él no tenía ni idea de que había una boda, ¡y mucho menos de que él era el novio! Estaba en shock y no podía creer lo que mi prima había hecho. Dijo que nunca le propuso casamiento, que siempre supo que él iba a estar de viaje ese fin de semana y que ella también lo sabía.

Salimos todos a encararla y se había ido. Así, como si nada. Más tarde, su hijo nos contó que en esas idas y vueltas al auto estaba agarrando los regalos y el dinero que iban dejando en la mesa, y los iba guardando en su auto. Mi tío dijo que cuando ella salió, intentó agarrar más cosas, pero él le dijo que esperara un poco porque se veía mal hacerlo tan pronto. No tenía idea de que ese era todo el plan desde el principio. Más tarde, hizo una broma: ‘Bueno, supongo que esto fue simplemente otra reunión familiar.’”

“Después de eso, todos estaban hablando del dinero que habían gastado. Mi mamá gastó más de 700 dólares en víveres para la boda, 300 en alquilar un auto, y además lo del hotel. Mi vestido (ni me acuerdo cuánto costó) era de David’s Bridal. Yo era la niña de las flores y nunca llegué a hacer mi parte.

Cada vez que cuento esta historia, la gente no lo puede creer. Y sí, estoy de acuerdo, es una locura. Pero al recordarlo, me da un poco de risa lo ridículo que fue todo. Ella sigue siendo, hasta el día de hoy, la oveja negra de la familia. Y lamentablemente esto no fue lo peor que hizo a costa nuestra.”

Este relato podría ser llevado a la pantalla grande y convertirse en un éxito de taquilla, ¿no crees? Si fueras la mamá o el papá de la novia, ¿cómo hubieras reaccionado? ¿Qué charla hubieras tenido con tu hija? ¡Cuéntanos en los comentarios!