Lo que la ciencia (y el sentido común) explica qué pasaría al pisar cada planeta

Inventos
hace 16 horas

¿Alguna vez te preguntaste qué pasaría si te aventuras fuera de la Tierra? Según las películas, la cabeza nos explotaría o incluso que nos toparíamos con algún marciano. Bueno, sobre esto último no tenemos una respuesta. Pero sí podemos imaginar qué sucedería con nosotros si tuviéramos la audacia de visitar cada planeta de nuestro sistema solar. Así que, prepárate para un viaje fascinante.

1. El Sol (no es un planeta, pero... por si acaso)

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Si fuéramos al sol sin traje (o incluso con uno) la aventura cósmica terminaría más rápido que un parpadeo. La superficie del Sol arde a unos 5,600 °C, ¡más caliente que cualquier horno inimaginable! Además, su núcleo alcanza una asombrosa temperatura de 15 millones °C. Claramente, no somos filetes cósmicos. En lugar de una experiencia relajante, seríamos tostados, vaporizados, y luego desintegrados antes de siquiera llegar a ponernos protector solar.

2. Mercurio, un horno y un congelador a la vez

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Al estar más cerca del Sol, en Mercurio, durante el día, las temperaturas pueden alcanzar los 430 °C. Sin embargo, no tiene una atmósfera que actúe como una manta térmica. Así que, cuando el Sol se esconde, las temperaturas se desploman hasta unos gélidos −180 °C. Si intentáramos aterrizar en Mercurio, la aventura sería brevísima, no más de dos minutos. Si fuéramos allí de día, nos rostizaríamos; y, durante la noche, nos congelaríamos instantáneamente.

3. Venus, el verdadero horno asfixiante

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Venus es un mundo de calor infernal, y nubes de ácido corrosivo. La razón de tanto desastre es su atmósfera increíblemente densa, que atrapa el calor en un efecto invernadero descontrolado. Y su temperatura es prácticamente constante, de unos 475 °C. Si pisáramos su superficie, sobreviviríamos un máximo de un segundo, y obtendríamos el peor bronceado de nuestras vidas.

4. Tierra, nuestro oasis en el sistema solar

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La Tierra es nuestro único refugio seguro en el sistema solar, donde podemos vivir por décadas gracias a su temperatura ideal y mezcla química perfecta. Pero fuera de la atmósfera terrestre, y sin protección, la cosa cambia. Allí perderíamos el conocimiento en unos 15 segundos por falta de oxígeno. Nuestros fluidos corporales empezarían a hervir debido a la presión del aire, solo para después congelarse. ¡Y hasta podríamos ser impactados por micrometeoroides o basura espacial!

5. Marte, una carrera contra el tiempo (y el frío)

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El Planeta Rojo tiene una atmósfera tan delgada y tenue que calor que recibe del Sol se escapa sin piedad. Esto provoca oscilaciones de temperatura brutales: desde unos suaves 20 °C a unos gélidos −153 °C. Aunque aquí aguantaríamos más que en Venus o Mercurio. Pero, la temperatura no es el único factor mortal. La atmósfera de Marte es apenas una fracción de la densidad de la Tierra. Por eso, el tiempo de supervivencia sería de unos escasos dos minutos.

6. Júpiter, el triturador estelar

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Técnicamente, en Jupiter no se puede “aterrizar”, ya que no tiene superficie. Más bien, es una bola de gas y líquidos turbulentos. Si una nave espacial quisiera atravesarlo, las presiones y temperaturas extremas la aplastarían y vaporizarían. Con nosotros, la historia sería aún más breve. Sentiríamos una presión de hasta 290 millones de kilos por cada centímetro cuadrado de nuestro cuerpo. ¡Sería como tener unos 160,000 coches apilados! No tendríamos ni un microsegundo para reaccionar.

7. Saturno, el patito flotador cósmico

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Este gigante gaseoso, hecho sobre todo de hidrógeno y helio, tiene una característica loca: Es menos denso que el agua. Es tan “ligero” que, si existiera una bañera lo suficientemente grande, flotaría en ella. Aunque parezca inofensivo, la idea de “caminar” en Saturno, es imposible, porque no tiene superficie. En su lugar, nos hundiríamos a través de su atmósfera. Y no sería un descenso tranquilo; en segundos, la presión nos dejaría como una tortilla bien prensada.

8. Urano, la heladera súper gigante

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Este gigante de hielo ostenta temperaturas promedio de unos −195 °C. Ni el abrigo más grueso del mundo nos salvaría del congelamiento. Pero la cosa no termina ahí. Urano esconde un pequeño núcleo rocoso en su interior, pero llegar allí es misión imposible. Para alcanzarlo, primero tendríamos que atravesar una atmósfera gélida, llena de fluidos supercríticos (una extraña mezcla de agua, metano y amoníaco). En cuestión de segundos nos convertiríamos en una paleta humana gigante.

9. Neptuno, el planeta más helado (y ventoso) del vecindario

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Neptuno es incluso más gélido, con temperaturas promedio de −201 °C. También es el más ventoso de nuestro sistema solar. Estamos hablando de vientos nueve veces más potentes que los de la Tierra, impulsando nubes de metano congelado a velocidades de más de 2000 kilómetros por hora. Sobrevivir allí sería imposible. Por un lado, el viento nos harían volar como un trapo por aquí y por allá; o nos congelaríamos como un cubito de hielo en cuestión de segundos.

Así termina este paseo por nuestro vecindario solar. Si bien viajar por el cosmos suena épico, sobrevivir sin protección (o con ella) no tanto. Por suerte, tenemos a la Tierra: quizás no sea la más grande con anillos majestuosos, ¡pero es perfecta para nosotros! La próxima vez que te quejes del frío o el calor, piensa en Venus o Neptuno.

¿Qué dato curioso del universo te fascina más?

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