Lo que verías si pudieras entrar a una colonia de hormigas

Curiosidades
hace 8 meses

Esta pequeña hormiga puede parecer perdida, pero en realidad está buscando comida. Se ha alejado de su colonia y está oliendo algo delicioso cerca. Estos insectos tienen una vista débil. Por eso tienen que recurrir a las feromonas para comunicarse entre ellas. Estas, son el secreto de su coordinación. Son pistas químicas que las hormigas dejan caer a lo largo de su camino para que las demás sepan a dónde ir e incluso qué hacer. Cuando caminan, golpean con su abdomen diferentes superficies para dejar marcas. Estos insectos pueden soltar 20 señales diferentes para distintos fines. Esto se suma a su complejo sistema de comunicación. Algunas de las feromonas son una llamada para deshacerse de una amenaza. Otras invitan a otras hormigas a comer. (¡Oye, por aquí!) Hay feromonas que los insectos usan para pedir ayuda.

La hormiguita que has visto antes trepa por unos tallos y grava. De repente, encuentra un gran trozo de un bocadillo sobrante que fue tirado. Tras divisar semejante tesoro, esta voltea rápidamente y toca el suelo con su abdomen. Pronto aparecen otras hormigas carroñeras y obreras. Las primeras se comunican entre sí tocando sus antenas. Esto continúa hasta que la información necesaria llega al nido. Muchas carroñeras dejan lo que han estado haciendo y siguen el rastro hasta el sándwich.

Observan el enorme pedazo de comida que salió de la nada y comienzan a agarrar algunas migajas. Varias hormigas soldado más grandes, cuyo objetivo principal es luchar y defender el nido, patrullan la zona cercana. De este modo, otros insectos no pueden arrebatarles su premio. Emprenden un peligroso viaje de vuelta a casa: tienen una colonia que alimentar. Como la reina pone hasta 15 000 huevos en un solo día, necesitan toda la comida que puedan conseguir. La hormiga reina puede poner millones de huevos en su vida. Es la más grande de toda la colonia y la única que puede dar a luz a nuevas hormigas. La reina puede vivir durante años. Estas nacen cuando su madre pone huevos especiales.

No son como los normales, que acaban siendo hormigas obreras o soldados. Estos huevos especiales son puestos cuando la colonia alcanza cierto tamaño. Las hormigas que nacen de estos huevos son más grandes que los insectos normales y tienen alas. Estas son reinas jóvenes u hormigas macho que pueden participar en el proceso de reproducción. Las hormigas reinas potenciales tienen que aventurarse en el peligroso mundo exterior. Tienen que encontrar un nuevo lugar para iniciar un nido y luego una colonia. Solo 1 de cada 500 reinas lo consigue.

Los huevos que pone la reina se dividen en dos categorías: hormigas obreras no reproductoras y reales reproductoras. Una hormiga no nace grande o pequeña. Eso depende de lo que se les dé de comer cuando son jóvenes. Si acaban siendo grandes, se unen a las filas y se convierten en hormigas soldado. Si crecen hasta un tamaño promedio, se convierten en obreras o carroñeras. Y si son pequeñas, su trabajo será cuidar de las larvas y mantener el nido bonito y ordenado. Pero al final, el trabajo de cualquiera de estas es servir a la reina y solo a ella.

Las hormigas cubren todo el sándwich, recogen las migas y las llevan una a una al nido. Estos insectos pueden cargar de 10 a 50 veces su propio peso y tamaño. Esto las convierte en una de las criaturas más fuertes de la Tierra en relación con su volumen. Algunas transportan trozos más grandes, como pedazos de lechuga y queso. Incluso arrastran uno grande de pan, lo que requiere el trabajo colectivo de decenas de estas. Algunas hormigas soldado patrullan la zona para asegurarse de que sus compañeras están a salvo. Arrastran y transportan los trozos. Suben muchas colinas y bajan numerosas cuestas hasta casi llegar al hormiguero. Las hormigas de este sitio ya se han preparado para la llegada de la comida. Han despejado todo el espacio posible.

Una gran sombra se cierne sobre las hormigas “repartidoras”. Siguen su camino hacia la entrada de la colonia, pero la sombra se hace más grande. Es una avispa grande, y quiere su parte del sándwich. Las hormigas carroñeras se alarman y liberan las feromonas de advertencia. Las soldado captan este olor. Se agrupan para crear un muro de protección alrededor de las carroñeras para que puedan ponerse a salvo. La avispa sobrevuela sobre ellas pero no puede hacer nada. Llegan refuerzos y protegen a las que se dirigen al hormiguero. Toda la colonia está alerta y en modo defensivo.

Pero más avispas comienzan a volar alrededor, tratando de agarrar el pedazo del sándwich. Por suerte, las hormigas soldado están bien organizadas y se aseguran de no romper su defensa. El muro que forman se hace cada vez más grueso hasta que las avispas se van volando. Las hormigas lo celebran y se llevan la mayor parte del sándwich a la colonia. Los túneles por los que se mueven pueden llegar a tener hasta 1,9 m de profundidad bajo tierra. Esa es una distancia mayor que la altura de la mayoría de los humanos. El trabajo de las obreras es cavar los túneles y asegurar el nido. La reina pone huevos por todo este mientras las hormigas nodrizas llevan las larvas. Estas necesitan ciertas temperaturas para sobrevivir. Las nodrizas llevan las larvas cerca de la parte superior del montículo, donde la temperatura durante el día está bien.

Pero si hace demasiado calor, las larvas se trasladan por los túneles a otras cámaras más frescas. Arriba y abajo, arriba y abajo: así es el ciclo. Todo para conseguir la temperatura adecuada hasta que las larvas se convierten en hormigas maduras listas para servir a la reina. Hay muchas “autopistas” que atraviesan el nido. Unen las áreas principales. También hay pequeños túneles que conducen a pequeñas cámaras donde las hormigas pueden descansar, dormir y comer. Justo debajo de la superficie, se construye otro sistema de conductos. Como subir a la superficie por la entrada principal puede ser inseguro, estos túneles están diseñados para llevar la comida al interior del hormiguero. El único inconveniente de este sistema es que otras criaturas peligrosas también pueden colarse en estos conductos y emboscar a las hormigas en su propio hogar.

Las hormigas vuelven al nido con su trofeo. Se preparan para un festín. Pero como estos insectos también son criaturas extremadamente ordenadas, siempre se aseguran de que todo lo que traen a casa no cause un desastre. De todos modos, la comida se distribuye entre cientos de miles de hormigas. Trasladan la mayor parte del sándwich por los túneles en cuestión de horas. No hay descansos, solo trabajo. Pero de repente, sienten que el suelo retumba. Muchas obreras y carroñeras se precipitan por los conductos presas del pánico. ¡Afuera empieza a llover! Las hormigas son extremadamente rápidas en el manejo de situaciones de emergencia. Se dirigen rápidamente a la entrada principal del hormiguero y tapan el agujero con tierra. De este modo, no puede filtrarse agua en su hogar. Pero eso no puede impedir que la lluvia entre en el interior. Los hormigueros tienen muchas entradas y rutas de escape, por si acaso. No hay tiempo suficiente para bloquear estos hoyos también.

Las hormigas comienzan a correr hacia la superficie, tratando de evitar la inundación. Muchas pequeñas cámaras se llenan de agua. Pero las enfermeras consiguen llegar a la superficie. A pesar de que la lluvia sigue arreciando, los insectos consiguen llegar a un lugar seguro para esperar ahí hasta que pare. El hormiguero está completamente inundado. Esto significa que las hormigas tienen que encontrar otro lugar y construir una nueva colonia. Empiezan a buscar nuevos territorios. Se encuentran con otros hormigueros y tienen que evitarlos para sobrevivir. Al principio, eran alrededor de 250 000. Ahora, solo son la mitad de ese número. Después de horas de viaje, encuentran una tierra que parece ser lo suficientemente segura para establecerse. La reina no ha dejado nunca de poner huevos. Por eso, con su increíble capacidad de organización, las hormigas pueden construir un nido en cuestión de días.

Si la reina desaparece, las hormigas simplemente dejan de trabajar y abandonan la colonia. Como estos insectos son criaturas muy leales y no individualistas, ya no tienen un propósito vital. Y la mayoría de ellas no lo logran allá afuera más de una semana por su cuenta. Los primeros insectos aparecieron hace unos 400 millones de años. En cuanto a las hormigas, vieron la luz del día hace unos 100 millones de años. Caminaban al lado de los dinosaurios. No eran el insecto más dominante durante esa época. Las libélulas gigantes, las cucarachas y las termitas eran realmente peces gordos en el mundo de los insectos. Pero hace 60 millones de años, las hormigas reclamaron el título de insecto dominante. Había más de 12 000 especies viviendo en todo el mundo, excepto en la Antártida.

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