Me encargaron cuidar a mi sobrina, pero yo preferí irme con mis amigos

Historias
hace 1 año

Bien dicen por allí que tener una tía es como tener una segunda mamá que te consiente y te malcría. Es muy posible que a partir de esta creencia, algunas madres deleguen en sus hermanas y cuñadas varias de sus responsabilidades con sus hijos. Una de las situaciones más comunes es dejar a los pequeños a su cargo cuando hay diligencias por hacer, o quizás alguna escapadita nocturna. Pero ¿dónde terminan los derechos de una persona y empiezan los de la otra? Siempre es bueno conocer los dos lados de toda historia. Vamos a leer la que compartieron con nosotros hoy.

Entendemos que, como familia, siempre tendremos la mejor disposición para ayudar a nuestros parientes en cualquier situación. No obstante, es importante recordar que cada quien tiene su propia vida y sus inconvenientes. Ahora bien, ¿qué se puede hacer cuando nos hemos comprometido con antelación, pero surge un plan imprevisto y no lo queremos rechazar?

Veamos cómo lo afrontó esta tía:

No cabe duda de que esta chica se encontraba en una encrucijada muy difícil y eligió la opción que le pareció más viable. En teoría, estaba dejando a su sobrina con alguien que ya tenía experiencia cuidando a niños, pero ese no era el favor que su hermana le había pedido. Complicado, ¿no?

Sigamos leyendo cómo terminó esta historia.

Luego de leer el final de esta situación tan compleja, hemos decidido pensar en algunas soluciones que puedan ayudar a suavizar la tensión, no solo entre las hermanas, sino también entre toda la familia.

  • No asumas que están de acuerdo contigo. Aunque pueda parecer un poco exagerado, es esencial dejar las cosas lo más claras posible con las personas que nos rodean. La próxima vez, no interpretes el silencio de los demás, es mejor volver a escribir para confirmar que entendieron la información.
  • No te culpes. Dar cabida a la culpa es algo que tendemos a hacer como humanos, sobre todo en este tipo de situaciones. Sin embargo, es importante destacar que tu papel como tía no te obliga a desempeñar responsabilidades maternas.
  • Aclara tu rol. Como acabamos de mencionar, tú eres la tía y no la mamá, así que es esencial que tanto tu hermana como el resto de la familia entiendan la diferencia.
  • Razona con tu familia. Dicen por ahí que hablando se entiende la gente, así que la mejor opción siempre será conversar con los demás hasta llegar a un acuerdo. Es posible que ellos estén enojados, pero también deben entender tu posición.
  • Haz valer tu tiempo. Uno de los activos más valiosos del ser humano es el tiempo, y si nosotros mismos no aclaramos su importancia, nadie lo hará. Está bien que quieras a tu sobrina y que aceptes cuidarla sin que te paguen; sin embargo, y dada la actitud de tu hermana, sería bueno ponerle un precio a ese favor que le haces. De ese modo, es posible que empiece a valorarlo más.
  • Evita estar disponible siempre. Es muy común que las personas a nuestro alrededor nos den por sentados si siempre estamos ahí para ellas. Tomando en cuenta tu experiencia, sería oportuno decirle que no de vez en cuando a tu hermana; así, entenderá que tú también tienes compromisos propios.

¿Cómo es tu relación con tus hermanos y tus sobrinos? ¿Qué habrías hecho tú en esta situación tan compleja?

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