Mi hija me buscó después de 15 años y ahora me cuesta confiar en ella

Crianza
hace 7 horas

Se habla mucho del vínculo casi legendario entre madres e hijos. Sin embargo, no todas las relaciones son iguales, como lo demuestra la historia de esta lectora de Genial.guru. Para ella, demasiado tiempo ha pasado, y siente que la relación con su hija quizá nunca vuelva a ser la misma. Además, no puede evitar desconfiar de los motivos detrás de este repentino acercamiento.

Ahora tengo más de 60 años, estoy divorciada y tengo dos hijos adultos. También tengo cáncer en etapa terminal

Mi hijo y yo somos muy cercanos. Está felizmente casado y tenemos una excelente relación. En cambio, con mi hija estamos distanciadas; no hemos hablado en 15 años. No la culpo. Tuve una aventura y destruí nuestra familia. Aunque mi matrimonio era infeliz, eso no justifica lo que hice, y sigo arrepintiéndome hasta el día de hoy. Mi amante era mi jefe, la relación no duró y terminamos poco después.

Sentí tanta culpa que no quise ocultarlo. Le confesé todo a mi esposo y a mis hijos. En ese momento, mi hija tenía 15 años y mi hijo, 10. Desde ahí, todo fue en picada.

Mi esposo reaccionó con furia y dijo cosas terribles sobre mí. Pero mi hija fue aún más cruel con sus palabras. Desde pequeña, siempre estuvo más unida a su padre, y esto fue la gota que derramó el vaso. Nos divorciamos, y ella decidió quedarse con su papá, mientras que mi hijo prefirió vivir conmigo.

La distancia entre mi hija y yo siguió creciendo

Cada vez que nos encontrábamos, me evitaba. Le supliqué perdón, pero parecía que ya no podía soportarme. Cuando cumplió 18 años, cortó todo contacto conmigo para siempre. Lloré, rogué, intenté buscarla durante años, hasta que me rendí. Cuando mi hijo cumplió 18, nos mudamos a otro estado.

Pasaron los años y, aunque la tristeza siempre estuvo ahí, finalmente encontré paz. Ahora estoy jubilada y tengo una relación maravillosa con mi hijo y, aún más, con mi nuera. Tienen dos hijos hermosos, y lo admito, los consiento mucho. Me fue bien en mi carrera, me retiré con una buena situación económica y puedo darme el lujo de pasar tiempo con ellos, llevarlos de viaje y comprarles regalos.

No fui invitada a la boda de mi hija, pero aun así traté de mantener el contacto: le enviaba cartas, postales en fechas especiales y regalos para mi nieta. Las cartas y postales siempre eran devueltas, pero los regalos no.

De la nada, recibí una llamada

Era mi hija, llorando y suplicándome perdón por teléfono. Me pidió disculpas repetidamente por haberme dejado fuera de su vida y me rogó que la perdonara. Me confesó que su hija había preguntado muchas veces por mí, ya que sabía de mi existencia gracias a sus primos y a su tío (mi hijo). Por supuesto, me alegré de escuchar su voz, pero no puedo evitar sentir que el momento en que lo hizo es sospechoso.

Mi hijo sabe sobre mi cáncer en etapa terminal, y creo que se lo contó a su hermana. Ya hemos hecho las paces con la enfermedad, y mi testamento está hecho. La mayor parte de mi herencia está destinada a mi hijo y a mis nietos. También he creado un fondo universitario para la hija de mi hija, aunque solo yo sé de su existencia. Sé que suena terrible, pero no puedo evitar preguntarme si mi hija realmente quiere recuperar nuestra relación o si está interesada en mi dinero.

No estoy segura de si su intención es sincera

Dado el momento en que ha decidido contactarme, ¿es posible que mi hija solo quiera una reconciliación por mi testamento? ¿Está buscando redención o simplemente dinero?
Por supuesto, estoy dispuesta a verla a ella y a mi nieta, pero ¿es realmente amor lo que siente por mí?

Para ser honesta, incluso mi hijo tiene sus dudas, aunque me asegura que mi hija realmente quiere pasar tiempo conmigo. Me parte el corazón admitirlo, pero no puedo confiar en ella porque, en realidad, ya no la conozco. ¿Estoy equivocada? ¿Qué debería hacer?

Querida lectora de Genial.guru, sentimos mucho tu dolor y lamentamos saber sobre tu enfermedad. Perder el contacto con un hijo durante tantos años ya es bastante difícil, y ahora que ha regresado, es comprensible que estés atravesando una montaña rusa de emociones, especialmente en un momento tan delicado de tu vida.

Tu desconfianza también es natural. Que tu hija te haya buscado ahora puede significar dos cosas: o realmente quiere enmendar las cosas y recuperar la relación, aunque el tiempo sea limitado, o sus intenciones son más materiales. Antes de tomar una decisión, hay algunos puntos que podrías considerar y algunas acciones que puedes tomar.

Deja el pasado atrás y mira hacia el futuro

  • Acepta tus errores: Lo primero es recordar que, aunque hoy tu hija es adulta, cuando rompió contacto contigo todavía era prácticamente una niña. En su mente adolescente, tú fuiste la culpable de todo. El hecho de que reconozcas tu error demuestra que lo supiste desde el principio. Comienza validando el dolor que le causaste, porque fue la razón de su distanciamiento. En ese momento, ella pudo haberse sentido traicionada. Aceptaste tu responsabilidad y admitiste que destruiste la familia, así que el resentimiento que sintió fue genuino. Es importante que reconozcas sus sentimientos, incluso si decidió mantenerse alejada todos estos años.
  • Sé respetuosa: Dicho esto, tú también tienes derecho a sentirte de cierta manera. Y sí, el momento en que ha decidido volver es un poco sospechoso. Sea cual sea tu decisión, recuerda ser respetuosa y amable. No añadas más dolor con palabras amargas o crueles. Aunque tu hija sea adulta, tú sigues siendo su madre, así que intenta manejar cualquier conversación difícil con suavidad. Habrá lágrimas, sin duda, pero deja que sean lágrimas de sanación.
  • Enfócate en el futuro: Puede que la relación con tu hija nunca haya sido la mejor, pero ahora tienes la oportunidad de cambiar eso. Además, podrías construir un vínculo con tu nieta.
    ¿Estás dispuesta a intentarlo? Tienes la oportunidad de reconstruir lazos familiares, pero solo si decides dar ese paso. Habla con tu hijo y tu nuera; puedes considerar su opinión antes de tomar una decisión definitiva.

Prueba el terreno estableciendo límites

  • Establece límites: Si sientes que aún no puedes confiar plenamente en tu hija, ¿por qué no empezar con algunas llamadas o videollamadas antes de un encuentro en persona? Y cuando finalmente se reúnan, hazlo en un lugar neutral, como un restaurante o una cafetería.
    Evita hablar de dinero en la conversación. En su lugar, pregúntale sobre su vida, su esposo y trata de reconectar con ella desde lo emocional.
  • Hablen sobre sus expectativas: Sé clara con tus preguntas. ¿Qué tipo de relación espera tu hija tener contigo? Explícale cuánto tiempo puedes dedicarle y por qué. Prioriza tu salud y bienestar emocional, y date el espacio que necesites. Si llegas a sentir que la relación se está fortaleciendo, quizás podrías reunir a ambos hermanos y, si lo crees necesario, hablarles sobre tu testamento y los motivos detrás de tus decisiones.
  • Prepárate para cualquier desenlace: Cuando finalmente se reencuentren, podrías descubrir que realmente pueden construir una hermosa relación, que ella no busca tu dinero y solo quiere recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, también existe la posibilidad de que las cosas no resulten como esperas. No pongas tus expectativas demasiado altas, simplemente deja que la relación fluya y ve cómo se desarrollan las cosas.

Busca ayuda profesional si la necesitas

Hablar con un terapeuta podría ayudarte a procesar tus emociones y aclarar tus sentimientos. Incluso podrían sugerirte asistir a sesiones de terapia con tu hija para que ambas puedan expresar lo que sienten. Si realmente deseas reconstruir el vínculo con ella, buscar orientación profesional podría ser el camino más seguro para lograrlo.

Te deseamos días llenos de paz, querida lectora, y esperamos que esta reflexión te ayude a encontrar tranquilidad.

Las relaciones familiares pueden ser complicadas, pero con empatía y actitud positiva, siempre existe la posibilidad de mejorar. Aquí tienes otra historia sobre cómo los malentendidos llevaron a una batalla financiera entre padres e hijos.

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