No fui al nacimiento de mi nieta y ahora mi hija está disgustada conmigo

Así como nadie viene al mundo sabiendo ser padre, lo mismo sucede con los abuelos, quienes están todo el tiempo aprendiendo cómo ayudar a su familia y disfrutar de sus nietos. Pero antes de su rol, también son individuos que no quieren perderse ninguna etapa de su vida, y tienen deseos de vivir nuevas experiencias. Pues eso le sucedió a este usuario, que decidió tomarse unas vacaciones, y sus días libres terminaron coincidiendo con la llegada al mundo de su nieta.

Seguramente es difícil anticiparse a una situación así, pero ambas partes, tanto abuelos como padres, pueden sacar algunos aprendizajes de esta historia

• Así como los padres deben aprender a ser padres, los abuelos también deben adaptarse a su nuevo rol. La llegada de un nieto al mundo puede reforzar la relación entre padres e hijos, pero eso no significa que todas las personas tengan disponibilidad para ayudar a los miembros de la familia a toda hora. Cuando la familia crece, los roles cambian, y eso puede ser genial, pero todos precisan un proceso de adaptación en el que debe haber paciencia por parte de todos para distribuir la ayuda necesaria de la forma más equilibrada posible.
• Merecemos un descanso en algún momento. Un padre nunca deja de serlo; sin embargo, al crecer los hijos e independizarse, ellos también tienen derecho a darse sus gustos, viajar y tener nuevas experiencias sin sentir que todo puede pender de un hilo si ellos no están presentes. Cuando las circunstancias pueden condicionar su asistencia, como en este caso el estar en otro país, a miles de kilómetros de distancia, lo mejor es no dar por sentada su ayuda y buscar otras alternativas.

• Los estereotipos familiares están en constante cambio. Así como las madres de ahora no son como las de hace 20 años, tampoco lo son los abuelos. Cada vez se pueden ver más casos en los que los abuelos no se dedican solo a su familia, sino que acompañan y apoyan a todos los miembros de la mejor manera, sin perder la oportunidad de disfrutar de su libertad, viviendo la tercera edad como una etapa de nuevos aprendizajes. Y eso también debe estar libre de prejuicios y reproches.
• La compañía rejuvenece. Pero aunque no haya que depender de ellos en toda eventualidad familiar, lo cierto es que así como los padres primerizos necesitan a los abuelos, los flamantes abuelos también precisan de su familia para su propia salud. Para los abuelos, sentirse acompañados, disfrutar a sus nietos y compartir momentos es importante para sentirse útiles, vitales, elevar su autoestima y salir de la rutina.

• Las madres necesitan mucha contención durante el parto. Siendo, como en este caso, madres primerizas, o ya sea por experiencias pasadas, muchas madres pueden sentirse intranquilas ante las dudas de todo lo que puede suceder en el trabajo de parto. Es por eso que, sea cual sea nuestra participación como familiares o seres cercanos, debemos brindar nuestra contención y aliento, sin importar si estamos en otra parte del mundo o en el mismo hospital.
• La compañía puede beneficiar el manejo del embarazo. Los estudios sugieren que el apoyo de la pareja y los familiares de las mujeres embarazadas actúa directa o indirectamente como un amortiguador contra los pensamientos negativos y las inseguridades. Así que es importante no desestimar los miedos y disconformidades de una mujer embarazada, prestar nuestro oído y hacerla sentir acompañada y escuchada.
• Sé paciente. Mientras las emociones y los horarios se adaptan a una nueva realidad para los padres primerizos, muchas creencias acerca del cuidado de un bebé pueden entrar en choque. Nadie es dueño de la verdad, existen consejos que pueden ser muy anticuados o innecesarios, como así pequeños errores en cuanto a la crianza que todos podemos cometer. Nadie recibe un diploma para ser padre, se aprende desde la práctica.