Por qué no recordamos nuestros sueños a menudo
Todas las personas sueñan. Sin embargo, muy pocas logran recordar lo que soñaron, debido a que existen ciertos factores que contribuyen a olvidar lo vivido en los sueños minutos después de despertarnos. Existen estudios que sugieren que ciertos estímulos pueden influir en los ciclos de sueño o en los intervalos del despertar en distintos períodos.
Genial.guru investigó qué factores influyen en que podamos recordar o no los sueños y cómo los estímulos externos pueden ayudarnos a retener los recuerdos de un sueño a largo plazo.
1. Es más fácil recordar las escenas vívidas que las estáticas
El proceso donde permanecemos dormidos se divide en dos grandes etapas: sueños NMOR y MOR. En la primera, soñamos con imágenes estáticas y reflexivas, mientras que, en la segunda, tendemos a soñar imágenes más dinámicas y vivas.
Los sueños que más recordamos suelen producirse en la etapa MOR y generalmente nos es más fácil recordar las escenas llamativas en cuanto a colores, imágenes y emociones. Asimismo, existen intervalos donde tenemos diferentes sueños en una sola noche, dependiendo de las veces que despertamos repentinamente.
2. Ciertos componentes y funciones del cerebro pueden afectar a la memoria del sueño
Un experto señala que tendemos a olvidar ciertos sueños a causa de unos componentes neuroquímicos del cerebro que afectan principalmente a la etapa MOR. Pero también puede tener relación con ciertas funciones cerebrales como la capacidad de almacenar aquello que nos parece llamativo y “digno” de recordar. Lo que no es esencial es simplemente eliminado de nuestra memoria.
3. La duración del despertar tras el sueño puede influir en su recuerdo
Existe un estudio que señala a los estímulos externos detectados por el cerebro mientras dormimos como responsables de la cantidad de veces que logramos recordar lo que soñamos durante el despertar. Para eso, se analizó a un grupo de personas, a quienes se les hizo escuchar una serie de sonidos mientras dormían en intervalos y que servían para despertarlas en el proceso del sueño.
Como resultado, se estima que es la duración del despertar y no el estímulo lo que ayuda a codificar el recuerdo del sueño para almacenarlo en nuestra memoria a largo plazo. Cuanto más grande sea la detección de los estímulos externos, hay mejores posibilidades de que se reactive el cerebro para recordar lo soñado.
4. La sugestión puede determinar la cantidad de veces que recordamos o no los sueños
Un estudio propuso la sugestión como un factor clave para mejorar la cantidad de veces que recordamos un sueño. En este caso, se analizó a personas que fueron divididas en dos grupos: a la mitad se le dijo que poseía una alta capacidad de sueño, y a los demás se les señaló que poseían una capacidad normal con base en cuestionarios completados por ellos mismos.
Los resultados sugieren que aquellas personas que creían tener una alta capacidad de sueño mostraron una frecuencia de recuerdos más elevada que las de sueño promedio. Sin embargo, esto también puede deberse a muchos otros factores como la depresión o ansiedad, por lo que se espera continuar con las investigaciones para obtener más datos al respecto.
¿Eres de los que olvidan los sueños? De ser así, ¿cómo te hace sentir no recordarlos?