¿Realmente las orejas nunca dejan de crecer?

Curiosidades
hace 10 meses

Veamos cuántos de estos 19 datos sorprendentes ya conocías. ¿Sabías que tus latidos pueden cambiar según la música que estés escuchando? La música modifica nuestro estado de ánimo. Puede mejorar tu humor, y una buena melodía literalmente le habla a tu corazón, ya que tus latidos se sincronizan con el ritmo de lo que estás escuchando. La música también afecta a la respiración y a la presión arterial.

Somos los únicos en el reino animal con un mentón. Se trata de un rasgo óseo específico que sobresale de la mandíbula inferior. Algunos investigadores creen que los manatíes y los elefantes también tienen mentón, pero las estructuras de estos animales no se pueden comparar con la de los humanos. Si bien todavía no se sabe bien por qué lo tenemos, podría estar relacionado con el habla o la alimentación. No es igual para todos, pero, en promedio, las uñas de los pies crecen más lentamente que las de las manos. Crecen más o menos a la mitad del ritmo de las uñas de las manos. Además, las uñas de los dedos más largos crecen más rápido que las de los cortos. Y las uñas de la mano dominante suelen crecer más rápido.

Hablando de uñas, a medida que envejecemos cambian significativamente. También crecen más despacio con el tiempo. Además, se vuelven más gruesas en la vejez, ya que las células comienzan a acumularse. Las uñas de las manos no cambian tanto, dado que la gente las cuida más. En cambio, las uñas de los pies suelen lastimarse más a lo largo de la vida. Las orejas se hacen más grandes con la edad. Bueno, no precisamente más grandes, pero tanto la nariz como las orejas se caen a medida que envejecemos, ya que nuestra piel pierde elasticidad. La gravedad también hace lo suyo. Si bien existen otras partes del cuerpo que también cambian de forma similar, lo primero que vemos y notamos son la nariz y las orejas. Por ejemplo, los lóbulos de las orejas se alargan. Las orejas están hechas de cartílago, y, a diferencia de los huesos, el cartílago puede seguir creciendo.

Este es el hioides. Es un hueso bastante inusual, ya que no se articula con ningún otro hueso; solo está conectado a ligamentos y músculos. Se encuentra en la garganta, entre la laringe y la mandíbula. Nos ayuda a mantener todos los músculos de la parte inferior de la boca en su lugar. Lo utilizamos para hablar y tragar correctamente. La piel es el órgano más grande del cuerpo. Los seres humanos pueden tener en promedio unos 2 metros cuadrados de piel. Esto significa que podrías extenderla en el suelo de un baño de tamaño normal y cubriría la mitad de la superficie. Al mismo tiempo, la piel representa una gran parte del peso total del cuerpo: alrededor del 15 %. Más de la mitad de los huesos del cuerpo están en los pies y manos. Las manos tienen 27 huesos cada una, y cada pie tiene 26 huesos.

No solo parpadeamos para lubricar nuestros ojos. Lo hacemos de 15 a 20 veces por minuto para darle un pequeño descanso a nuestro cerebro. Por más que estos recreos sean muy breves, nuestro cerebro puede recargarse rápidamente y ponerse en marcha después al instante. Es similar a cuando reiniciamos la computadora. ¿Alguna vez notaste que el sabor del café a temperatura ambiente no es tan bueno? Si bien el café es perfecto, la temperatura afecta el sabor. Las papilas gustativas tienen receptores que son más sensibles a las moléculas de los alimentos cuando están a temperatura ambiente o a una temperatura ligeramente mayor. Por eso, cuando el café está caliente, puede parecer menos amargo, y por lo tanto sabe mejor. Esto se debe a que las papilas gustativas encargadas de detectar el sabor amargo no son tan sensibles cuando la bebida está caliente. Los olores también afectan al sabor. Por eso, aunque sea amargo, el café caliente también tiene un sabor delicioso porque puedes percibir su agradable aroma, algo que no sucede cuando está a temperatura ambiente.

Y ya que estamos hablando de las papilas gustativas, la madre naturaleza nos diseñó para que nos encante la comida. La lengua tiene 10 000 papilas gustativas que diferencian lo salado, lo dulce, lo ácido, lo amargo y lo umami. ¿Sabías que cambian cada dos semanas? Y esta es probablemente una de las características más importantes que tienen las personas. Por ejemplo: intenta comer un limón sin fruncir la cara. ¿Es más difícil de lo que pensabas? Lo haces por reflejo, se trata de una especie de respuesta de rechazo al sabor ácido, o incluso de una señal para nosotros mismos y para los demás de que algo anda mal. Hace mucho tiempo, que algo tuviera un sabor agrio significaba que podía ser perjudicial, así que podría ser un producto de la evolución para protegernos. El esqueleto humano no es seco, por más que es lo que solemos creer. El cuerpo tiene entre un 55 % y un 60 % de agua, y ese líquido no solo está en los músculos, la piel y los órganos, sino también en el esqueleto. De hecho, un tercio de la masa ósea está compuesta de agua.

Nuestros cuerpos tienen rayas. Se las conoce como líneas de Blaschko. Se trata de un patrón de rayas que cubre el cuerpo humano de la cabeza a los pies. Suben y bajan por nuestras piernas y brazos y atraviesan el torso. Son casi invisibles. Según los expertos, son una especie de reliquias del desarrollo de los humanos desde una sola célula hasta un ser completamente formado y bastante complejo. Cada uno de nosotros tiene toda una red oculta en su cuerpo. Sí, estamos hablando de los vasos sanguíneos. Son diminutos, pero si alineas todos los vasos sanguíneos del cuerpo, obtendrás un total de 100 000 km.

El cuerpo brilla. Sin embargo, no podemos ver ese brillo porque es mil veces más débil de lo que los ojos pueden percibir. En cualquier caso, no es tan raro: los animales con reacciones metabólicas también brillan. A modo de respuesta metabólica, emiten fotones que producen luz. La parte superior del cuerpo es la que tiene más luz vital, y no siempre brilla de la misma forma. Cuando tu horario de sueño es regular, tu bioluminiscencia es más fuerte alrededor de las 4 de la tarde. ¿Por qué muchos se sienten tan desorientados después de una siesta? La siesta tiene muchos beneficios: puede reforzar tu sistema inmunitario, mejorar tu humor y aumentar tu rendimiento en el trabajo. A algunos incluso les gusta tomar una taza de café justo antes de la siesta. Se supone que luego te despertarás descansado y recargado por la combinación de descanso y cafeína.

Pero todos somos diferentes, y algunas personas despiertan de la siesta sintiéndose mal. Eso se conoce como inercia del sueño, y es probable que la experimentes si tu siesta dura más de 20 minutos. Este fenómeno podría estar relacionado con la adenosina, una molécula específica que se acumula en el cerebro cuando estamos despiertos y que disminuye al dormir. Si te sientes desorientado, quizá se deba a que la adenosina no se ha eliminado del todo cuando te despiertas. La forma en que te sientas después de una siesta también tiene que ver con la genética. Por lo tanto, si no te sientes bien después de una siesta, mejor enfócate en tener una buena noche de sueño.

Si tienes problemas para dormir por la noche, puedes probar ponerte calcetines en la cama. Los científicos descubrieron que las personas que hacen esto se duermen más rápido, ya que los calcetines engañan a tu cuerpo y le hacen creer que está calentándose, por lo que el flujo de sangre a la piel aumenta. De este modo, la temperatura central del cuerpo desciende un poco, y esta señal le indica al cerebro que es hora de dormir. Pero no uses el mismo par de calcetines que usaste durante el día, mejor ponte un par limpio. El intestino es el único órgano que tiene su propio sistema nervioso independiente. Posee 100 millones de neuronas en la pared intestinal, y muchos suelen llamarlo el segundo cerebro. Las neuronas son como los mensajeros del sistema nervioso que transmiten información a los músculos, las células nerviosas y las células de las glándulas de todo el cuerpo.

Este sistema intestinal es tan independiente que puede mantener sus funciones incluso si la conexión neural primaria entre el cerebro y el intestino se corta. Eso significa que, si tu cerebro no pudiera comunicarse con tu “segundo cerebro”, las neuronas de los intestinos podrían seguir transmitiendo la información para que el sistema pueda funcionar de forma independiente. Pierdes casi un 8 % de agua durante un vuelo. Esto sucede porque estás en un entorno con un clima controlado, y la humedad puede bajar hasta un 10 o un 15 %. Eso es tres veces más seco que el desierto del Sahara, así que no olvides hidratarte cuando estés volando.

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