Rompí con mi padre por culpa de su esposa y luego descubrí un terrible secreto

Crianza
hace 2 días

Las relaciones familiares son complicadas, pero cuando hay engaños de por medio, pueden volverse insoportables. Siempre tuve una relación difícil con mi madrastra, pero un momento de acaloramiento lo cambió todo y me llevó a descubrir una verdad que nunca vi venir. 💔

¡Hola, Genial.guru! Mi vida se está desmoronando y me siento traicionada. Comparto mi historia porque quiero desahogarme de todo esto y agradecería muchísimo que alguien me aconsejara sobre qué hacer. Me siento perdida.

Nunca he vivido con mi madre y no la veo tanto como me gustaría, pero intentamos cenar juntas de vez en cuando. La quiero y la respeto, a pesar de la distancia que nos separa.

Por otro lado, las cosas en casa no fueron fáciles para mí con mi padre y mi madrastra, y empeoraron. Mi complicada relación con mi madrastra llegó a un punto de ruptura cuando ella llamó a mi mamá “desastre” por millonésima vez. Le dije a mi papá: “Haz que pare o me voy”. Él ni siquiera me miró. Se quedó callado, así que hice la maleta y me fui. Pensé que si de verdad se preocupaba por mí, intentaría detenerme, pero no lo hizo.

Hice un descubrimiento impactante

Mi plan era quedarme un tiempo con mi madre, profundizar en nuestra relación y buscarme una casa que pudiera permitirme. Cuando llamé al timbre de mi madre, no fue ella quien contestó. Era un hombre que me miraba con expresión confusa.

Dije mi nombre y pregunté por mi madre. Me contestó: “Te has equivocado de casa. Aquí no ha vivido nunca nadie con ese nombre”. Estaba confusa, pero era tarde, así que me fui a casa de mi tía, porque no quería volver a casa de mi padre. Cuando se lo conté todo, no pude evitar llorar desconsoladamente.

Mi tía intentó consolarme y me dio un abrazo. Luego me dijo que creía que ya era lo bastante mayor para saber la verdad. Me dio un vuelco el corazón, pero le dije que me contara todo lo que supiera. Me dijo que la casa no era de mi madre, que mi padre me había dado un dirección incorrecta. Ella nunca me quiso y me abandonó cuando nací. No tenía donde vivir y siempre estaba pidiendo refugio a amigos y gente que apenas conocía. Mi padre le pagaba para que ella cenara conmigo de vez en cuando y era él quien compraba los regalos que ella me enviaba en ocasiones especiales.

La tensión con mi madrastra había surgido porque ella quería decirme la verdad, y él no. Me sentí muy mal. Volví a casa por la mañana. Nos sentamos todos: mi padre, mi madrastra y yo. Hablamos. Lloramos. El dolor de la traición aún persistía, pero empecé a entender por qué mi padre había ocultado la verdad.

El perdón es un proceso, y todavía estoy en ello. Perdoné a mi papá por su engaño porque sabía que solo intentaba protegerme. En cuanto a mi madre, sigo intentando asimilar que no era la persona que yo creía. Ahora intenta llamarme, pero no sé qué hacer. ¿La perdono? ¿Debo escuchar lo que tiene que decir?

Gracias por compartir tu historia. Navegar por las complejidades de la familia, la traición y el perdón es increíblemente difícil, y es comprensible que te sientas en conflicto. Aquí tienes algunos pasos que te ayudarán a procesar tus emociones y a tomar la mejor decisión para ti:

Date tiempo para recuperarte: Descubrir una verdad tan profunda sobre tu pasado es abrumador. Está bien que te tomes tiempo para procesar tus emociones antes de tomar ninguna decisión sobre tu madre. No te sientas presionada a responder a sus llamadas hasta que estés preparada.

Reconoce tus sentimientos: Puedes sentirte herida, traicionada o incluso enfadada. Esas emociones son completamente válidas. Permítete experimentarlas sin sentirte culpable. Escribir un diario o hablar con alguien de confianza puede ayudarte a superar estos sentimientos.

Considera la posibilidad de hablar con tu madre cuando estés preparada: Si te sientes emocionalmente preparada, escuchar la versión de la historia de tu madre puede aclararte las cosas. Sin embargo, si hablar con ella en este momento te resulta demasiado doloroso, puedes poner límites. Puedes decirle que necesitas tiempo o que prefieres comunicarte de una forma que te resulte más segura (por ejemplo, por carta o con un mediador).

El perdón es una opción, y es para ti: Perdonar no significa excusar lo sucedido; significa optar por liberarte del control que el dolor ejerce sobre ti. Si no estás lista para perdonar a tu madre, no pasa nada. Puedes dar pequeños pasos hacia la comprensión, y el perdón puede llegar con el tiempo, o puede que no, y eso también es válido.

Reconstruye la confianza a tu propio ritmo: Tu relación con tu padre y tu madrastra también ha sido puesta a prueba. No pasa nada si sanar esos lazos lleva tiempo. Mantén la comunicación abierta y hazles saber cómo te sientes mientras navegas por esta nueva realidad.

Busca apoyo: Si te sientes perdida, considera la posibilidad de hablar con un terapeuta, un grupo de apoyo o un amigo de confianza. Procesar una revelación tan grande es todo un reto, y no tienes por qué hacerlo tú sola.

En última instancia, confía en ti misma. No le debes perdón inmediato a nadie, pero sí mereces paz y sanación. Haz lo que te parezca bien, paso a paso.

En otra carta, una mujer revela que sus padres le programaron una operación de cirugía estética a sus espaldas y las cosas inesperadas que le dijo su médico. Léelo todo aquí.

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