10 Soluciones para ordenar los objetos que parecen no tener lugar

Hogar
hace 1 año

El orden de la casa es un tema que a muchas personas les quita el sueño. Y es que pareciera que apenas uno si ha limpiado el polvo cuando ya todo está desordenado de nuevo, sobre todo si se tiene niños pequeños en casa. Lógicamente, podríamos creer que el secreto del orden es que todas las cosas tengan un sitio, pero lo cierto es que eso no siempre es posible. No todas las cosas que tenemos tienen un lugar. De hecho, esto puede sabotear de pronto las ganas siquiera de comenzar a organizar.

En Genial.guru comprendemos que si no tienes un lugar para guardar tus cosas, entonces jamás querrás hacerlo, por lo que te compartimos algunos consejos sobre cómo ganarle al desorden, de forma natural y sin estrés.

1. La ropa de temporada que estorba en el clóset

Ciertamente, no te pondrás un suéter de lana en pleno verano, pero seguramente está en tu clóset ocupando lugar, allí entre las bolsas y las botas. Esto, además de dificultar la visión general de qué ropa puedes ponerte en pleno calor, también acumula polvo y genera caos.

Para que no te suceda y puedas organizar mejor tu clóset, puedes optar por las bolsas plásticas de alto vacío, así te asegurarás de que la ropa permanece limpia y ordenada ocupando el mínimo espacio.

2. Ropa que todavía no vas a lavar

Según datos, los pantalones de mezclilla no deben lavarse cada vez que te los pones. Al menos de que estén muy sucios, claro. Pero si en general no tienen manchas muy difíciles, lo mejor es ponérselos recurrentemente antes de lavarlos. Aunque lo cierto es que puede llegar a ser fastidioso tener “esa silla” llena de ropa que no está lo suficientemente sucia, pero ya no está limpia para guardar.

Una buena idea es colocar un perchero especial para pantalones, en un área apartada del clóset, y colgar allí los pares que están esperando a ser usados y que todavía pueden tener dos o tres puestas antes de la lavadora.

3. Cosas para devolver

Todos tenemos artículos que nos han prestado y que vamos a devolver en algún momento, pero mientras tanto aguardan en algún lugar de la casa. Por ejemplo, un libro, un suéter, un paraguas; simplemente, al no pertenecernos, preferimos tenerlo a la vista para regresarlo en cualquier oportunidad.

Para que estos objetos no estorben en la entrada o en un rincón de la casa, puedes optar por canastos tejidos de mimbre o palma. Además de ser muy útiles, lucen increíble en cualquier decoración, con estilo y sencillez.

4. Artículos deportivos

Si practicas algún deporte, o alguien en tu casa lo hace, sabes que a veces hay artículos deportivos que saltan a la vista sin querer y por más que quieres guardarlos en un clóset o gabinete, no caben. No te quiebres la cabeza, ni te agobies, una buena idea es hacerles parte de la decoración, en el recibidor o en alguna estancia no ocupada.

Puedes colocarlos colgados en paredes, o sobre los libreros, en alguna esquina. No solo tu casa se verá con mucho estilo, además el artículo siempre tendrá un lugar visible para tomarlo cuando sea el momento de la práctica. Por ejemplo, si vives en un departamento pequeño, puedes colgar tu bicicleta con un rack especial en la pared de tu sala, dándole un toque industrial y moderno.

5. Medicamentos

Lo ideal sería tener un botiquín en casa donde guardar todos los medicamentos que van sobrando, pues siempre deben mantenerse en las condiciones adecuadas. Sin embargo, sabemos que esto no siempre es posible; algunos botiquines médicos se encuentran muy caros en las tiendas.

Intenta agrupar todas las cajas y frascos por utilidad: “medicinas de niños”, “vitaminas”, “medicinas de mascotas” y luego, en cajas de plástico o acetato, que asignes para uso exclusivo, guarda todo en ese orden. La caja puedes colocarla en un armario, en una gaveta de la cocina, o simplemente donde sabes que se mantendrá fuera del alcance de niños y mascotas.

6. Cosas rotas que no se pueden reciclar

Los accidentes en casa suceden y algunas veces uno que otro de nuestros electrodomésticos termina quebrado, como las cafeteras, teteras, jarras y/o jarrones. Por sus componentes, no siempre se pueden reciclar, lo que significa un montón de basura no renovable.

Pero siempre se puede sacar mucha creatividad y crear algo más, como maceteros o portacubiertos, y añadirlos a la decoración de tu cocina.

7. Muchos dibujos infantiles

Los dibujos de los niños causan mucha ternura y siempre es un hermoso gesto recibirlos, pero cuando se acumulan seis, diez, veinte... ya no caben más en el refrigerador, ni en las paredes. Lo sabemos, seríamos horribles padres si los tiráramos, ¿cierto?

Una magnífica idea es colocarlos en un marco intercambiable. Esto quiere decir que el marco puede desmontarse cada vez que uno quiera cambiar de dibujo y así exhibir una obra de arte diferente cuando se desee.

8. Manuales y garantías

De los papeles que más acumulamos en casa, son los manuales o garantías. Algunos ya expirados, incluso. Es mucho papel desperdiciado y luego tirado a la basura. Pero algunos de ellos pueden tener páginas en blanco que se pueden reutilizar.

Lo único que hay que hacer es juntarlos, cortarlos a la misma medida y engargolarlos. ¡Y listo! Una nueva libreta para anotar recados o cualquier cosa.

9. Juguetes rotos pero que tienen valor sentimental

En teoría, todos los objetos rotos que guardes en tu hogar son prácticamente basura. Pero con los juguetes podemos hacer excepción a la regla, al menos un poquito. Sobre todo cuando se trata de juguetes que nuestros hijos valoraron mucho o que, incluso, significaron algo importante en nuestra infancia.

El secreto para almacenar algo que ya no sirve o está dañado sin que se note, es justamente haciéndolo pasar por un objeto más. Quizá, si se trata de juguetes pequeños, puedes juntarlos y colocarlos en un bonito frasco, o pecera, sobre un estante; o, si se trata de un juguete más grande, puedes ponerlo sobre una pila de libros e instantáneamente se convierte en un objeto de uso.

10. Todo lo que quieres conservar, pero no sabes bien por qué

Aunque deseemos ser gurús del minimalismo, a veces almacenamos objetos pequeños pero que juntos son un cúmulo de cosas que no sabemos dónde poner. Por ejemplo, una memoria USB al azar, el boleto de una ida al teatro, una pequeña pieza de hardware que parece que podría ser útil, trozos de tela.

Para estas cosas, puedes tener un cesto (cajón o papelera) al que llames “objetos inadaptados”. Asegúrate de que sea solo uno, pero grande. Puedes guardarlo en algún lugar que esté fuera del campo visual, como el clóset. Cuando está lleno el cesto, revísalo todo con más claridad sobre qué guardar y dónde. Así será más fácil deshacerte del desorden que nunca sabes dónde colocar cuando decides comenzar a limpiar.

¿Cuáles son los objetos de tu casa que más trabajo te cuesta ordenar? ¿Qué soluciones puedes compartir con otros usuarios?

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