“No los he invitado”, la historia de una nuera que demostró a los padres de su esposo que su casa no era un hotel gratuito
Historias
hace 6 meses
Estamos acostumbrados a pensar que la respuesta a una buena acción debe ser la amabilidad o al menos la gratitud. Pero hay personas que perciben la sensibilidad como debilidad y, en cambio, acaban abusando de nosotros. También ocurre que la propia buena acción, hecha precipitadamente, es más molesta que las intrigas de los detractores.