11 Errores que todos cometemos al hacer remodelaciones por nuestra cuenta

Consejos
hace 3 años

Somos una típica familia joven con una hipoteca, un gato y un perro. Como todos los demás, solo queríamos comodidad y calidez por poco dinero. Por lo tanto, decidimos hacerle una remodelación a la casa con nuestras propias manos. Parecía tan fácil y divertido cuando comenzamos las reparaciones: “¡Solo pintaremos todo de blanco y listo!”, pensamos durante los primeros 3 meses; “En Internet hay videotutoriales para cualquier cosa”, “¡Nos pueden ayudar nuestros amigos!”. Pasaron seis meses, y todo lo que parecía simple desembocó en muchas horas de trabajo tedioso y agotador. Resultó que los consejeros de la red se contradecían entre sí, proporcionaban información innecesaria e incomprensible, y sus consejos, por regla general, eran demasiado sofisticados y poco aplicables a las reparaciones “amateur”. Justo por eso, hemos decidido compartir con ustedes los descubrimientos que hicimos en ese período de remodelación, para que puedan ponerlos en práctica en sus vidas cotidianas.

Te invitamos, junto a Genial.guru, a recorrer nuestra casa. No creas que nos consideramos albañiles profesionales, este texto no se hizo para demostrar lo geniales que somos ni lo mucho que fracasamos en nuestras tareas. Simplemente sabemos que, de haber visto al menos uno de estos consejos antes de haber comenzado nuestra remodelación, nos habríamos ahorrado mucho tiempo y energía. Esperamos sinceramente que encuentres útiles nuestros hallazgos y que no cometas los mismos errores que nosotros, que no debas sufrir cuando se te entumezcan las manos, cuando la masilla se meta en tus ojos, o cuando debas hacer largas filas para devolver un producto.

Queremos advertir desde el comienzo que esta es nuestra primera remodelación grande y que aún no ha finalizado: hacemos muchos viajes de negocios, trabajamos hasta tarde y recibimos invitados los fines de semana; simplemente no tenemos suficiente tiempo para terminar todo de una vez. Y sí, el proceso nos ha agotado tanto que decidimos cerrar los ojos a algunas de las cosas que quedaron sin terminar: las completaremos cuando podamos, pero ya no nos desviviremos por hacerlas.

1. Piso desigual

En la sala de estar colocamos un piso laminado, mientras que para la cocina escogimos linóleo, el cual es más práctico. Si embargo, el primero es más grueso que el segundo, y se debe colocar sobre un sustrato cálido, por lo que, incluso con nuestros pisos perfectamente planos, el resultado fue una gran diferencia de altura. Ahora tenemos la pesadilla del perfeccionista: suelo desigual. El bordillo “reconcilia” la diferencia entre ambos materiales, pero los pies siempre sienten el defecto, al igual que el trapo de piso que, en cada lavado, mete la suciedad debajo del borde.

Idealmente, los diseñadores recomiendan medir cada milímetro del grosor de los materiales y levantar toda el área que sea más baja.

2. Techo de Durlock

Si no eres un albañil profesional, es mejor renunciar a la idea de hacer un techo de paneles de yeso por tu cuenta. Parece fácil y barato, pero, en realidad, es una aventura de múltiples etapas.

Primero, hay que poner los paneles sobre el techo, pero es difícil hacerlo entre dos personas: las láminas de Durlock son grandes y pesadas (no sabíamos que los paneles de techo son más livianos, por lo que usamos los “de pared”). Luego, hay que llenar las costuras entre cada pieza y, lo más desagradable, emparejarlos con papel de lija: si no tienes experiencia, el polvo fino se mete en tus ojos aún a pesar de usar gafas protectoras. Y eso solo es el comienzo: después hay que pegar en cada costura una red, volver a enmasillar, lijar, quitarse el polvo... Y después de eso, hay que emparejar, lijar y, finalmente, poner una capa de masilla en toda la superficie del techo.

No tenemos mucho tiempo libre, por lo que terminar esa reparación nos llevó 3 meses, y habrían sido 5 de no ser por la ayuda de un amigo que estudió albañilería. De haber elegido el techo elástico, todo el trabajo nos habría llevado 1 día. Sí, es más caro, pero vale la pena. ¡Y habría quedado perfectamente plano y mate! El nuestro terminó con montículos, huecos y líneas irregulares.

3. Juntas incorrectas

Cubrimos la unión entre la bañera y la pared con un sellador que luego tapamos con una cinta flexible. De haber hecho juntas inclinadas, el agua se deslizaría a la bañera. En cambio, estas estructuras angulares la retienen. Como resultado, todos los listones se ondularon y comenzaron a juntar aún más líquido, por lo que deben limpiarse a mano constantemente.

4. Interruptores y puertas

Parece elemental, pero, aun así, nos equivocamos y colocamos interruptores del lado de las bisagras de la puerta. Además, colocamos uno solo para el baño y el pasillo. Ahora, nuestras visitas juegan constantemente a: “¿Cómo encender la luz del baño?”. Y nosotros hacemos muchos movimientos innecesarios: primero hay que ir al interruptor, y luego a la puerta que debe ser “rodeada” para llegar al baño.

5. Puerta y piso

Hicimos las reparaciones en períodos interrumpidos. Cuando terminamos la primera habitación, decidimos poner allí una puerta para proteger el espacio de la masilla del corredor. Hubiera sido mejor colgar una película protectora. Violamos el orden del trabajo: el piso debe colocarse antes. Así que ahora, a pesar de todos nuestros esfuerzos, se ha formado una brecha entre el laminado y el canto de la puerta, la cual acumula basura.

6. El laminado y el perro

Adoramos a nuestro perro. Pero no puede entrar en nuestra habitación y subirse al sofá. Se le permitía todo lo demás, exactamente hasta el momento en que pusimos el laminado. Ahora no puede entrar a la sala de estar.

En primer lugar, no importa la frecuencia con que le cortemos las uñas, siguen haciendo mucho ruido al caminar en ese material. En segundo, el laminado de bajo costo no es el revestimiento más confiable: se nos estremece el corazón cada vez que nuestro perro decide estirarse, rasgando el piso con las uñas. En tercer lugar, es demasiado liso para él, ¡ni siquiera puede sentarse cómodamente! Sus patas se deslizan torpemente todo el tiempo.

7. El color de las paredes

¿Ven ese horrible color melocotón? En el tarro decía beige. Pasé un montón de tiempo revolviendo la mezcla, necesité 2 veces más cantidad de colorante de lo que decía en las instrucciones, pero en ninguna concentración el tono llegó a ser lo que se prometía en el envase.

Cuando solo me faltaba pintar los rincones, la mezcla de pintura se terminó. Al hacer una nueva, no logré el mismo tono, por lo que ahora tenemos un pasillo multicolor. Como el colorante no se mezcló completamente, hay manchas de pintura blanca en la pared.

Más tarde me enteré de que, para obtener el color deseado, se puede pedir que la mezcla se haga en la tienda: es un servicio barato, la pintura termina teniendo una consistencia uniforme y el colorista crea exactamente el tono que quieres.

8. Piso grisáceo

Cuando teníamos un linóleo marrón, podía limpiar el piso una vez a la semana y vivir el resto del tiempo con la conciencia tranquila. Luego escogimos uno de color mostaza con un diseño geométrico, y la suciedad tampoco era visible. Ahora tenemos el laminado “pera blanca”, que en la tienda se veía gris.

Pensamos que el piso de color gris resolvería todos nuestros problemas de limpieza, pero nos equivocamos mucho con el tono. Limpio los pisos cada dos días, pero siempre se ve sucio. Sobre este suelo, cada gota se ve como una horrible mancha. Solo conozco un caso peor: el piso negro de nuestros amigos, que se ve manchado incluso inmediatamente después de haber sido lavado. Nosotros por lo menos no vemos las marcas blancas que deja el agua al secarse.

9. Bañera con relieve

Tenemos una moderna bañera de acrílico, diseñada con una pendiente hacia el desagüe. La colocamos perfectamente a nivel, como estaba escrito en el manual. Pero hubiera sido mejor haber dejado una pequeña inclinación o haber elegido un modelo en el que no hubiera depresiones cerca del desagüe. El agua fluye hacia esos huecos y se estanca en ellos, y, como resultado, hay que limpiar esos lugares constantemente.

10. Las manijas

Tenemos las puertas de madera más económicas. Al mismo tiempo, en la tienda, los vendedores lograron persuadirnos para que compráramos unas manijas cuyo precio era la mitad del de la puerta, y unos caros mecanismos de cerraduras.

Lleva mucho tiempo y esfuerzo meter esas piezas masivas en la puerta, y luego imagínate: cada vez que quieres entrar a la habitación, primero debes presionar el mango, luego jalar, y recién entonces entrar. Ya después de que haber comprado todo, descubrimos una opción mucho más económica y “viable”: unas perillas comunes y corrientes con un mecanismo de bola. ¡Simplemente tiras y entras!

Tuvimos que devolver las manijas costosas, y aprendimos una lección: no sucumbir a la persuasión de los vendedores.

11. La “manta” de la bañera de acrílico

El agua se enfría realmente rápido en una bañera de acrílico. Desafortunadamente, lo descubrimos después de haberla instalado. Para lograr que mantenga mejor el calor, se puede recubrir su superficie exterior con espuma de poliuretano. De haberlo sabido, la habríamos colocado en todos los lados de la bañera antes de instalarla, ya que, una vez fijada, solo pudimos aislar una parte de ella.

Trucos que no conocíamos

1. Los zócalos

Si pintas el zócalo del techo de poliestireno del mismo color, ya no se verá tan “plástico”. Nosotros los pegamos de a tres, y a todos se nos entumecieron los brazos. Más tarde supimos que no era necesario sostenerlos con las manos todo el tiempo para que tengan el ángulo perfecto, sino que se pueden sujetar con alfileres.

Si las paredes tienen papel tapiz o paneles de yeso, los alfileres ayudarán a pegar el zócalo. Las marcas se pueden tapar con masilla, pero la mayoría desaparecerá debajo de la primera capa de pintura.

2. Decoración de laminado

Los restos del laminado pueden servir para hacer el canto de las ventanas, decorar una pared que esté muy a la vista, o hacer que un rincón aburrido luzca atractivo.

3. Cableado eléctrico en placas de yeso

Si vas a tapar las paredes con Durlock, no hagas el cableado eléctrico primero. Antes, coloca los paneles de yeso, y luego corta una ranura estrecha en donde irán los cables.

Es más difícil y lleva más tiempo acoplar 2 paneles de yeso. Además, es mucho más fácil ocultar un surco estrecho con masilla. Para no rayar las paredes, puedes medir el ancho del panel de yeso antes de hacer los hoyos.

4. Interruptor con indicador de luz

Colocamos en el pasillo un interruptor con un indicador luminoso de pura casualidad. Cuando pusimos una bombilla que ahorra energía, resultó que incluso al apagarse, sigue brillando con una luz tenue. La misma es muy débil, no irrita ni interfiere con el sueño (en la habitación contigua), pero por la noche, si necesita salir, no tienes que vagar por el cuarto sin ver nada. Es especialmente útil para aquellos que le temen a la oscuridad.

Y aquí va una última confesión: todas las pequeñas deficiencias, como las bisagras de la puerta manchadas de pintura o los restos de yeso en las estufas, son un verdadero infierno. El trabajo grande al menos se puede ver: terminas de pintar todo el techo y sabes que hiciste un gran trabajo, mientras que las cosas pequeñas te llevan mucho tiempo, pero no te dan una sensación de satisfacción. A nosotros nos siguen sobrando esas pequeñas “sorpresas”.

Todavía no hemos terminado de colocar los zócalos en el dormitorio, no hemos quitado la cinta de pintura de los enchufes y no hemos terminado de instalar los cantos de las ventanas. Pero esta experiencia de remodelación conjunta nos ha enseñado muchas cosas: nos hemos unido contra un enemigo común: la remodelación. Además, hemos descubierto nuevos talentos en el otro (yo no tenía ni idea de que podía enmasillar, y mi marido no sabía que es un experto instalando puertas), hemos aprendido a negociar (¡incluso sobre el color de los enchufes!), y finalmente hicimos todo lo que quisimos. Ahora, nuestra casa es nuestro sueño encarnado, el cual hicimos realidad con nuestras propias manos.

Bueno, casi hicimos.

Tal vez tú también estés lidiando con una remodelación de hogar. Cuéntanos sobre tu experiencia, y no nos sentiremos tan solos en esta batalla. Tal vez incluso se te ocurrieron varios trucos de cómo simplificar el proceso de transformación de la casa. Comparte en los comentarios tus consejos e historias, ¡serán muy útiles para nosotros!

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