10 Consejos educativos que ayudarán a criar a un millonario

Crianza
hace 4 años

Elon Musk, Larry Page, Mark Zuckerberg, Oprah Winfrey: el mundo está repleto de historias sobre cómo los multimillonarios de hoy en día comenzaron desde cero logrando un éxito increíble. ¿Qué progenitor no quiere, en lo más hondo de su alma, que su hijo se convierta en uno de los poderes más influyentes del mundo? La pregunta principal es cómo criar a una persona rumbo al éxito.

Genial.guru consultó por todo Internet buscando una respuesta. No existe una receta única. Pero sí hay algo que se puede hacer para cualquier niño a partir de hoy mismo.

1. Conversar con los niños sobre el dinero, no solo se puede, sino que se debe

Este no es un tema tabú. A partir de una edad temprana, el niño debe saber de dónde proviene el dinero, para qué sirve y cómo ganarlo.

  • En una tienda atraemos su atención hacia los precios. El niño se sentirá feliz de ser parte activa del proceso, si te dice cuánto cuesta uno u otro artículo, si elige algo de la lista y, mientras tanto, se da cuenta de por qué, por ejemplo, la pasta a 5 USD puede quedarse en el estante y comprar una parecida por 1,20.

  • Explicamos qué hacen mamá y papá en su trabajo, por qué van allí y qué significa el sueldo.

  • Durante la cena, hablamos sobre las grandes compras y los viajes también desde el punto de vista económico.

2. Manda a tu hijo de compras

No es necesario que vaya solo a la tienda. Puedes quedarte cerca y observar. Los niños de 7-9 años hacen frente con facilidad a este tipo de tareas. Y, con aquellos que todavía no saben leer, por supuesto, puede recibir ayuda.

  • El niño tiene la lista de la compra, el objetivo y el dinero.

  • La tarea consiste en elegir los productos, no dejarse llevar por las tentaciones, calcular cuánto dinero se necesita y pagar en caja.

  • Por supuesto, es mejor comenzar por algo pequeño. Puedes mandar a tu hijo a hacer la compra para toda la semana solo si tus seres queridos están moralmente dispuestos a comer chocolate durante 7 días consecutivos.

Este método de educación económica se practica en las escuelas Montessori de todo el mundo. Los alumnos de turno van a la tienda a comprar productos para el resto de sus compañeros de clase, por ejemplo, fruta para el almuerzo o ingredientes para hacer pan más adelante.

Para los padres, este resulta ser un excelente entrenamiento para practicar cómo no intervenir. Trata de no ayudar ni corregir. Una experiencia ideal pasa por la obtenida de manera autónoma y sin injerencias.

3. Jugar juegos relacionados con la economía

  • “Monopoly” y “Cashflow” son juegos de mesa fascinantes tras los cuales cualquier participante puede comprender fácilmente qué significan las inversiones, los activos, pasivos e impuestos.

  • Con los niños más pequeños, puedes jugar de manera habitual al “banco”, “tienda”, “familia” y cualquier otro juego que le aporte una idea sobre cómo funciona el mundo financiero.

  • Los museos de profesiones ayudarán a subir este tipo de juegos a un nuevo nivel. Allí, el pequeño puede “trabajar” como cajero, gerente del banco, prestamista, “ganar” y luego “gastar” la moneda local.

4. La teoría de las tres alcancías: el primer paso para la planificación económica

Esta idea la promueven en sus libros Robert Kiyosaki (Padre Rico Padre Pobre) y Mark Allen (El curso del éxito). Para ello, es necesario contar con 3 o 4 alcancías. Su propósito puede elegirse al gusto, por ejemplo:

  • Ahorros. Poco a poco, se puede ahorrar una cantidad notoria para hacer realidad un sueño. Se considera que la capacidad de ahorrar es una buena vacuna contra los préstamos en el futuro.

  • Gastos. No todos los adultos saben esperar durante mucho tiempo, y para los niños es más difícil aún. Con esta alcancía, el niño entenderá lo agradable que es darse un capricho con dinero de su propio bolsillo.

  • Inversiones. Los niños no tienen muchas oportunidades para crear activos, pero puedes pedir para él una tarjeta bancaria con la posibilidad de acumular los intereses en función del dinero en la cuenta.

  • Caridad. Esta alcancía es necesaria para enseñar a un niño, no solo a recibir, sino también a dar. Por ejemplo, puede alimentar a un gatito callejero o participar en programas de voluntariado.

El niño por sí mismo decide en qué gastar (o ahorrar) su dinero.

Si este método te parece bien, puedes darle a tu hijo, por ejemplo, 3 USD por semana, para que sus alcancías poco a poco se llenen.

5. Bajo ningún concepto, digas “No tenemos dinero”

Algunos padres se justifican así para no complacer los caprichos de sus hijos. Esta frase de desdicha está a punto de salir por la boca cuando uno está de pie en medio de la tienda y el pequeño toma un enorme juguete y lo contempla con admiración. ¿Por qué no puedes decir esto?

  • Negatividad. Cuando se dice la frase “No nos lo podemos permitir”, el niño entiende lo siguiente: los padres no están satisfechos con lo que tienen y el dinero provoca emociones negativas.

  • Pasividad. Esta frase transmite al niño que no controlas tu vida. Una posición activa pasa por tomar la decisión de si comprar o no una u otra cosa, en vez de permitir que la cantidad de dinero en tu cartera te controle.

6. Entonces... cómo rechazar la compra correctamente en este caso

  • No hemos venido a comprar esto”. Aquí encontramos la planificación, la priorización y firmeza de los padres.

  • “Voy a recordar que esto te gusta y cuando vayamos a elegir tu regalo de cumpleaños (de Año Nuevo, regreso a la escuela, santo, por el día del patrón de la ciudad (¡nunca se sabe!)), definitivamente, tendremos en cuenta tus deseos”.

  • “Pongámonos de acuerdo en que compraremos regalos una vez por semana” (por ejemplo, el sábado). Si la petición no es a gran escala, no es difícil de soportar hasta el fin de semana. Es muy importante aprender a esperar y soñar, fijar unas metas (incluidas las económicas) e ir hacia ellas.

  • “Esto cuesta más de lo que planificaba gastar”. Esta también es una buena respuesta que deja en claro que el adulto planifica sus gastos.

  • “Si lo encuentras a un precio mejor, lo compraremos”. En primer lugar, este enfoque ayudará al niño a entender que una misma cosa puede tener precios diferentes. En segunda instancia, permitirá que evite compras impulsivas. Una pequeña demora servirá para saber si realmente necesita esta cosa.

7. Cocina con el niño una tarta a la semana

Nada puede brindarle al niño tanta variedad de habilidades y oportunidades como los experimentos culinarios en su propia cocina y junto a su mamá. En este proceso, se desarrollan:

  • la independencia y autoconfianza;

  • la capacidad de terminar las cosas que empieza, la habilidad de ver el resultado y disfrutarlo;

  • la capacidad de asumir riesgos y responsabilidades.

8. Crea para el niño un ambiente de aprendizaje único en base a sus gustos, olores y sonidos

El “campo motivacional” (o simplemente “campo”) es un concepto que fue inventado en 1951 por Kurt Lewin. Este estudiaba la influencia de los objetos circundantes en el desarrollo de la persona y su vida. Este término se utiliza de manera activa en mercadotecnia. Y muchos pedagogos y psicólogos hablan sobre la creación de un campo especial de la motivación durante el aprendizaje. Por ejemplo, la psicóloga Liubov Sgonnik enseña a los padres a averiguar cuáles son los gustos y olores favoritos de sus hijos y rodear al niño con ellos durante sus estudios. Por ejemplo, puedes llevarle su manzana favorita como refrigerio mientras está resolviendo un problema matemático complicado.

9. Deja que el niño falte algún día a la escuela

Los que consiguen el éxito no son los excelentes estudiantes que sacan siempre las mejores calificaciones, sino aquellas personas flexibles que saben aprender cosas nuevas, buscar nuevas oportunidades y que saben dónde salirse del sistema. A veces, en vez de ir a la escuela, es mejor pasar el día en tranquilidad, o por el contrario, elaborar para ambos un programa cultural activo.

Faltar alguna vez a clase puede ser beneficioso para:

  • Pensar sobre la salud psicológica. Algunas empresas están introduciendo esta práctica. Para los niños, esto puede ser no menos importante cuando solo necesitan “tomarse un respiro”.

  • Mantenerse físicamente fuerte. Para que no se activen los mecanismos de la psicosomática (cuando el cuerpo se enferma para, por fin, tomar un descanso), es mejor saltarse un par de días sin sentimientos de culpa.

  • Recuperar la motivación interior. En su base, según los científicos Edward L. Deci y Richard M. Ryan, se encuentran: competencia, autonomía contacto con el profesor. La competencia (“yo puedo”) y la autonomía (independencia) son cualidades que no son bien vistas en la escuela, y simplemente están a la “espera” de que se encuentre tiempo para ellas.

  • Mostrar tu amor. El profesor y escritor Dima Zicer no se cansa de repetir que detrás de todo lo bueno que los padres tratan de “aportar” a sus hijos, a menudo, se olvidan de lo principal: el amor. Y faltar un día a la escuela, por iniciativa paternal, es una manifestación de este. Cuando el niño sabe que sus padres forman parte de “su equipo” puede hacer frente a todos los problemas.

  • Priorizar. ¿Qué ocurre si al faltar a clase te pierdes una clase de Educación Física o un examen final de Matemáticas? Cualquier libertad lleva implícita una responsabilidad.

  • Asumir riesgos. La capacidad de dar un paso atrevido es una característica común en todos los millonarios. Un ejemplo digno de esto pasa por Howard Schultz. Este no tuvo miedo de abrir una red de cafeterías, en contra de los deseos de los jefes de Starbucks. Apostando todo a esta carta, Schulz comenzó su negocio desde cero. Más tarde, la empresa Starbucks se asoció con su negocio y se convirtió en una de las cadenas de cafeterías más grandes del mundo.

10. Permítete, a veces, ser un padre perezoso

Probablemente, cuando no vayas a preparar el desayuno, siguiendo un horario, o acompañar a tu hijo mientras hace los deberes, a este se le abrirán nuevas oportunidades en términos de independencia e iniciativa. Incluso cuidarlo es bueno con moderación. Cuanto mayor es el niño, más puede hacer por sí mismo. Cualquier pequeño de 6-7 años es capaz de alimentar al gato, limpiar los zapatos (sí, sí y los tuyos también), lavar la ropa y vaciar el lavavajillas. Simplemente, no todos saben que eso es posible.

El secreto pasa por el hecho de que la independencia es uno de los componentes más importantes del éxito. Y, en cuestiones económicas, también.

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"¿Qué progenitor no quiere, en lo más hondo de su alma, que su hijo se convierta en uno de los poderes más influyentes del mundo? "

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Yo quiero q mi hijo sea feliz

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